¡¡Exijamos lo Imposible!!
Se acabó la compra de votos
Polimnia Romana
18 de Octubre, 2010
Nadie conoce mejor las necesidades de un pueblo que los seres humanos que lo integran. Un extraño no puede siquiera tratar de explicar los caminos tan difíciles por los que atraviesa una comunidad, o describir con palabras las reacciones que tienen sus hombres y mujeres ante los engaños y las apariencias que simulan sus gobernantes.
Para hacer política no se requiere de un doctorado o maestría en alguna universidad de renombre, para llegar al corazón de la gente no es necesario ser un economista o sociólogo reconocido. Para transformar el miedo, la desesperanza y el dolor en un Movimiento a favor de las causas justas no es preciso tener dinero ni paleros.
Aquel tiempo en que los políticos repartían regalos a cambio de votos terminó en México. Ya nadie les cree, ya no confían en sus discursos ensayados y vacíos. Si el objetivo de los aspirantes a cargos públicos es ganar elecciones tendrán que cambiar de estrategia.
El mejor ejemplo de la nueva política está a los ojos de quienes están dispuestos a protagonizar un cambio real. Sí hay OTRA opción....una que aniquila la frase por todos los medios vendidos repetida: "todos los políticos son iguales".
Después de superar mil y un obstáculos, después de luchar contra la peor de las mafias, hoy, un hombre continúa recorriendo su tierra, la tierra de todos. Estrecha manos callosas, abraza ancianos que no se han dejado vencer, carga y besa niños que sin saberlo tienen un futuro por ahora incierto, escucha palabras de amor y llanto, de ánimo y en ocasiones de confusión.
Él les habla sin palabras elegantes o frases rebuscadas, les enseña claramente lo que representaría una unión sumada a un esfuerzo extraordinario. La verdad que él les ofrece es recibida fácilmente y analizada de inmediato. El pueblo no tiene la educación de los libros, pero tiene la cultura de los viejos sabios y esa es la que le da su valor.
No hay mucho que explicar, la pregunta es directa, sin trucos: ¿qué les parece una alianza con la derecha? Todos saben que él habla de esa derecha fascista, elitista, que nos ha despreciado desde siempre.
La respuesta no se hace esperar, a grito pelado le hacen saber que jamás aceptarían una unión tan descabellada, absurda.
Solamente los que asistimos a esas asambleas podemos sentir la energía que produce el maravilloso vínculo pueblo-líder.
Los analistas políticos de la tele, los columnistas de diarios nacionales y revistas semanales no tienen la menor idea de lo que pasa en este país. Ellos intentan explicar a un ciego el color del cielo al atardecer. Es imposible tomar en serio sus conclusiones. Aunque son un buen indicador del giro que toman al recibir de un lado o del otro los jugosos contratos de publicidad para sus jefes, no son más que cuentos muy adornados.
El que vuela no puede saber lo que se siente caminar descalzo sobre un camino empedrado, tendría que renunciar a las nubes si su intención es dirigir a los que vivimos en la tierra.
Yo sólo creo en lo que puedo tocar, ver, oír... Yo he visto a los ojos a Andrés Manuel, y creo en él.
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