¿Orgullosamente mexicanos, Mr. Calderón?
Por Manú Dornbierer
Satiricosas
Claro que había que festejar el salvamento de los mineros chilenos y la inteligente actitud del presidente Piñera, un hombre de derecha, multimillonario por añadidura, quien sorprendentemente -¿o quizás no tanto, Mrs. Clinton?- llegó a la presidencia de Chile el 17 de enero 2010, en un momento en que estaba a punto de suceder un terremoto que recordó el de Haití y puso en relieve la existencia de HAARP. Un momento en que la coalición de izquierda tenía una alta aceptación en la persona de la anterior mandataria, Michelle Bachelet. Hasta donde pudo, esa señora cuyo padre fue víctima de la barbarie pinochetista, logró disminuir algo el acendrado fascismo chileno, pero no le dieron chance para ir más adelante… ¡Ay, es duro de roer el fascismo! Por cierto un dato elocuente: el hermano del presidente Sebastián Piñera, José Piñera, fue ministro del Trabajo ¡de Pinochet!
Estas circunstancias plus la huelga de hambre de los indígenas mapuches del Sur (igual o peor tratados que todos los indios americanos), el descontento por el manejo de Piñera del terremoto de enero, hacen decir en la prensa internacional que le vino como anillo al dedo al presidente chileno el salvamento de San José y el superespectáculo mediático de la gesta. A ojos de la inmensa mayoría de terrícolas que lo presenció fue una victoria de la solidaridad humana, desde luego, pero viendo más allá también es una victoria bien orquestada para apuntalar a la derecha en el Cono Sur frente al despertar antineoliberal de Venezuela, Bolivia, Ecuador. Gran amigo de los presidentes colombianos al servicio de Washington es Sebastián Piñera. En cuanto a su muy protagónico ministro Laurence Golborne, ex dirigente de la filial chilena de la Exxon Mobil, lo llaman el animador estrella de este realmente impresionante festejo del Bicentenario Chileno… A ver qué pasa y a ver si lo mismo que sucede en México, el aplastamiento de los trabajadores y sus sindicatos, se transforma en un auténtico cambio de conciencia hacia el bienestar SOCIAL GENERAL. Ojalá la extraordinaria experiencia sirva para que la minería en Chile se transforme en una actividad lo más segura posible. Pero no será así si los sindicatos no son invitados a las reuniones sobre minas que se planean. La minería representa el 58% de las exportaciones y el 15% del PIB.
Seamos optimistas. Lo soy, pero como decía Churchill, un pesimista es un optimista informado. Según el periodista Paul Walder, el accidente de San José sobre todo constituye una alegoría del Chile contemporáneo: “un país donde la clase obrera se encuentra ‘sepultada’ por un sistema que la oprime”. Afuera de la mina de San José y lejos de los micrófonos y reflectores, 300 mineros que no se accidentaron claman porque les paguen sus salarios que hace varias semanas no ven…
FELIPE SE QUISO SUBIR AL CARRO
Haiga sido como haiga sido, qué bueno que están vivos los 33 mineros de San José nombrados “Héroes del Bicentenario” en Chile. Qué bueno que el billonario Piñera haya podido en este caso “rebasar por la izquierda” como amenazaba y no cumplió el inefable Calderón, que sigue con loqueras carísimas para el país y estorbosísimas para la Ciudad de México y el jefe de gobierno no dice ni pío, caramba. Para celebrar en beneficio de su familia y cuates cercanos el Día de la Raza 2010 hizo una Olimpiada Privada a la que trajo al campeón nadador Felps a nadar en un piscinita de hule por 112 doce mil dólares el chapuzón. Qué importa que el 44% de los mexicanos tenga dificultades para saciar su hambre. Eso, claro en pleno Paseo de la Reforma, para que se le quite el rencor al malvado Peje, “Peligro” preferido de Dick Morris y de Toño Solá.
Y después de esta nueva barrabasada sin tribunas para que siquiera le echara un ojo el pueblo, Mr. Calderón lanza una rimbombante felicitación a su amigo Piñera. Teniendo él y su antecesor Fox tanta pisable cola como represores de los trabajadores de México, y de los mineros especialmente, hubiera bastado un discreto mensaje protocolario. Nos avergonzó su oportunismo a los mexicanos que no estamos tan “orgullosos” de serlo y menos aún de las capas de sinvergüenzas que nos gobiernan sin que podamos romper la maldita cadena porque está protegida por el neoliberalismo, de salida en otros países, pero que pretenden aquí hacer eterno. La felicitación de Felipe fue como decir, vean qué lindos somos los de la Derecha y yo soy de esos, sólo que no funciona ni para un show. Y, claro, le salió, como se dice en buen mexicano el chirrión por el palito. No hubo quien no recordara estos días la tragedia en 2006 de 65 mineros abandonados bajo tierra en la mina coahuilense de Pasta de Conchos, Coahuila.
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