martes, 5 de octubre de 2010

Ahora si que se pasaron de rateros

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Avanza el desmantelamiento

Apuntes
Guillermo Fabela Quiñones
gmofavela2010@hotmail.com

La irresponsabilidad del grupo gobernante va de la mano con su voracidad, como lo patentizan los hechos. Mientras que propone reducciones drásticas al presupuesto de egresos en renglones vitales para el país, como la educación y la agricultura, por otro lado lleva a cabo acciones que revelan un alto nivel de corrupción, como la entrega del título de concesión a Televisa-Nextel de la licitación 21, a pesar de que un juez había notificado a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes no dar ese paso. Esta medida, que jurídicamente equivale a un desacato, acarreará daños patrimoniales a la economía nacional por un monto de 4 mil 887 millones de pesos, mientras que al monopolio televisivo le reportó un desembolso de apenas 180 millones de pesos.

Contra todos los obstáculos previstos e imprevistos, Juan Molinar Horcasitas llevó hasta sus últimas consecuencias el desacato, sin importar las consecuencias que esta medida habrá de acarrear a la nación al fortalecerse el monopolio que ejerce Televisa, de ahí el disgusto de su otrora socia en la explotación del medio de comunicación más lucrativo, Televisión Azteca, al quedar fuera del llamado negocio del siglo, que de concretarse daría a la empresa de Emilio Azcárraga Jean un poderío hegemónico incontrastable que ya no se le podría restar, mucho menos cuando va en sociedad con la estadounidense Nextel, que goza de la protección del Departamento de Estado, como quedó demostrado en una carta que dicha dependencia con sede en Washington envió a Mony de Swaan.

En este gran negocio, los intereses nacionales pasaron a un tercer plano, a lo cual se prestó el gobierno federal de manera por demás servil. Paradójicamente, el otrora socio de Azcárraga, Ricardo Salinas Pliego, se muestra como defensor del país en un ramo fundamental como sería explotar la banda ancha sin ninguna limitación, en beneficio exclusivo del monopolio y su socio estadounidense. Así queda perfectamente explicado porqué la firmeza con la que Felipe Calderón colocó en la SCT a un muy cuestionado colaborador, quien a su vez mandó a la Comisión Federal de Telecomunicaciones a un empleado, violando impunemente la autonomía del organismo, sin importarles las críticas.

En pago a este invaluable servicio, Molinar Horcasitas recibió todo el apoyo presidencial para desmantelar Mexicana de Aviación, y así poder aspirar a quedarse con la empresa a través de su hermano, colaborador cercano del ex concesionario de la compañía, Rogelio Azcárraga. Esto explica porqué Molinar Horcasitas recibió sin inmutarse el aluvión de críticas e insultos de los legisladores en su reciente comparecencia: son el precio a pagar por los extraordinarios beneficios que recibirá cuando deje el puesto, que lo convertirán en un miembro más de los nuevos ricos mexicanos, provenientes del servicio público.

Mientras Molinar se dedica a facilitar negocios privados con bienes públicos, la industria aeronáutica nacional se desmorona rápidamente, como lo demuestra el que el gobierno de Estados Unidos degradara de nivel los aeropuertos mexicanos, porque la Dirección General de Aeronáutica Civil no cuenta con personal suficiente y capacitado para hacer labores de supervisón de las terminales aéreas del país. En el presente desgobierno han sido cerradas seis líneas mexicanas, para dar paso a empresas extranjeras en la explotación de las rutas que quedan vacantes. Esto desde luego no es gratis, representa un beneficio para la burocracia dorada, como igualmente sucede en la concesión de minas a empresas canadienses y españolas. ¡Igual que hace cien años, cuando don Porfirio entregaba los bienes nacionales a inversionistas foráneos!

Esto explica porqué César Nava, el presidente del PAN, con una muy raquítica carrera pública, puede adquirir un departamento lujosísimo, con un valor superior a los 20 millones de pesos (según los demás propietarios del inmueble ubicado en Polanco), precio que pretende reducir falsamente a 7 millones. Con todo, incluso esta cifra mentirosa da idea del lujo que gusta disfrutar a los adalides panistas. De ahí su disponibilidad para facilitar todo tipo de negocios a la oligarquía, aun aquellos que lesionan gravemente los intereses nacionales, como es el caso con la explotación de las “bandas de frecuencia del espectro radioeléctrico para el acceso inalámbrico”. Lo curioso es que son los mismos que se desgarraban las vestiduras para criticar la corrupción de los políticos priístas.

El futuro se presenta muy negro de continuar como vamos, peor sin duda que hace cien años cuando estalló la Revolución Mexicana. En Los Pinos no hay quien ejerza las funciones propias de la Presidencia de la República, por eso el desorden que priva en el país, que puede catalogarse como una verdadera emergencia nacional de alcances incalculables. Como se dice coloquialmente: “Que Dios nos agarre confesados”.

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