miércoles, 11 de agosto de 2010

Paradojas de la vida en México

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Esto salió en TV sólo en Canal 11, y sólo se publicó en La Jornada.

(Ojalá y quieras darte una oportunidad de leerlo)
Rene Drucker Colin:
Una muestra de la vida nacional..

El 4 de junio del presente año, Carolina Aranda Cruz, de 11 años, estudiante de quinto de primaria, fue invitada a dar un discurso en el World Trade Center ante cientos de pediatras y del secretario de Salud. Su discurso terminó con una frase devastadora:

'Pobre México nuestro, tan cerca del futbol y tan lejos de la ciencia'.

Algunos extractos de su discurso son apabullantes. Carolina dice:' ¿Por qué apoyar más a los futbolistas que a los científicos? ¿Son mejores personas? ¿Producen mayor riqueza? ¿Nos divierten más? No creo, gracias a los científicos también nos divertimos, ellos inventaron las computadoras, los ipods, los simuladores. Además, salvo algunos casos, los jugadores de futbol nos hacen ver muy mal mundialmente y nuestros científicos, que nadie apoya, no'.

Y en otro segmento de su discurso expone: 'Me da pena que nuestro gobierno y nuestros empresarios inviertan tanto en futbol y seamos tan malos. Me da pena que inviertan tan poco en ciencia y seamos tan buenos.

Tenemos la mejor universidad de Hispanoamérica, según la revista Time , y cada vez le damos menos recursos a la UNAM o al IPN. ¿Por qué no apoyar a lo que ya dé resultados? Un país que no invierte en ciencia y educación siempre será un país pobre. ¿Queremos un México pobre?'

¡Qué les parece! Carolina le dio al clavo, y por demás, pues tiene razón.

Ya lo vimos, por poco perdemos en futbol con Cuba, país donde ese deporte casi no se juega, y perdimos con Honduras. Pero ejemplos de ésos abundan en la historia del futbol mexicano.

Por otro lado, cabe mencionar otra vergüenza. El discurso de Carolina sólo tuvo eco en un medio de comunicación escrito y en uno televisivo. La pobreza noticiosa de los medios de comunicación también se evidenció. Y las cosas no cambian.

Hace más o menos seis años, tres jóvenes mexicanos ganaron medallas de plata y bronce en una olimpiada científica en Dinamarca, donde compitieron 52 países.

Ningún medio de comunicación vio importancia alguna en mencionarlo en algún segmento. Estaban muy ocupados con señalar las medallas de Ana Guevara, de quien también estamos muy orgullosos. Pero tanta diferencia, ¿se vale? Yo pienso que no.

La semana que acaba de pasar Televisa llevó a cabo su foro anual llamado Espacio. Creo que cerca de 5 mil universitarios asisten para escuchar a diversos personajes de la vida académica y política. Entre los invitados estuvo el actual director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Juan Carlos Romero Hicks. La ocasión hubiera sido perfecta para hablar sobre los proyectos que tendría el Conacyt para impulsar las oportunidades en la ciencia para los jóvenes, o de las estrategias para desarrollar la tecnología que requiere el país en los próximos años y que podría abrir abanicos de oportunidad para la juventud.

Pero no, habló sobre la moral. Yo no tengo nada en contra de la moral, pero hubiera sido moralmente más correcto para el director del Conacyt explicar, presentar o desarrollar temas sobre los cuales cientos de jóvenes en el país están preocupados y que se relacionarían con su futuro como mexicanos con oportunidades.

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