lunes, 23 de agosto de 2010

En el infierno está el lugar de fecal

¡¡Exijamos lo Imposible!!
“Cooperan o cuello a los mexicanos”
Por María Teresa Jardí

“Me suben el dinero para continuar con mi particular guerrita que ya ha logrado casi llegar a los 30 mil asesinados o subo los impuestos que el pueblo cautivo paga, porque no vayan a creer, señores legisladores, que voy a condenar a mis compinches empresarios a que paguen ellos de más ni un peso. No se les olvide que fueron ellos los que ayudaron a encumbrarme como usurpador en México y en cambio los que limpio por AMLO han de haber votado”. O lo que es lo mismo: “Cooperan y me dan el dinero a la buena o les mando otra iniciativa para que suban el más IVA y además para que se les agregue de una buena vez a las medicinas y a los alimentos”. O lo que es lo mismo, para que lo entiendan de una buena vez por todas: “Plata para mi guerra o plomo en los bolsillos de las amas de casa que ya ni pueden comprar la canasta más básica”. O lo que es lo mismo dicho en buen castellano: “O me otorgan el dinero que les pido para seguir regando la sangre de los mexicanos o lo pagan los mismos a los que estoy limpiando”. Ni más ni menos es lo que les ha dicho el gafe agregando, que el Ejecutivo federal usurpa, a los miembros de un poder, que nació para ser autónomo y uno de los equilibrios a un Ejecutivo loco.

Pero, poder, el Legislativo, que habiendo renunciado a representar al pueblo, largos ya sexenios atrás, apuesta por la corrupción de sus integrantes, finiquitados que están también los partidos políticos, como modus de vida de las mafias que el país controlan, aunque ellos sólo reciban, de esas mafias, la limosna que como perros hambrientos ellos mismos se otorgan: un coche último modelo de más de 200,000 pesos y la más moderna de las Ipod, porque los legisladores, pobrecitos, no pueden seguir usando el auto del año pasado y tienen todo el derecho de escuchar la música cada uno de su preferencia en su propio oído, en sus aburridas sesiones, para no dormirse y un radio ya se sabe que no es suficiente para sus atrofiados cerebros. Declaraciones las del gafe usurpador, que embonan, con la exprés, como los secuestros, resolución de la ejecución del alcalde de Santiago en Nuevo León.

Si los policías municipales presentados, más parecieran chivos expiatorios que como reales cometedores del atentado. Si los policías municipales ya estaban comprados por el narcotráfico. Y como es de suponerse, si existía ese arreglo, lo era con el que en la “plaza” manda. ¿Para qué matar al alcalde si ellos por encima del alcalde el poder controlaban? ¿Para qué exponerse? Para qué exponerse justamente a eso: a ser detenidos y acusados y, por ende, a perderlo todo, cuando es de suponer que todo a lo que puede aspirar el que se contrata como un policía municipal, garantizado lo tenían por el narco que en aliados los había convertido. No, no embonan las piezas. Ni siquiera en México. Ni siquiera hoy con el gafe usurpador funciona así el narcotráfico. Los narcos buscan aliarse con el mando más alto que se los permita. Si un mando alto no lo permite, bajan de escalón y van bajando en aras de la honestidad de los que como en una escalera se ubican de arriba para abajo.

No checa, no cazan las piezas y de lejos huele a otra fabricación de culpables, lo que sí embona en el rompecabezas de la política llevada al extremo de su propia destrucción en el México de hoy. García Luna, el favorito, de entre los favoritos, del gafe usurpador, hace rato que tiene el capricho de comandar, como jefe supremo, por encima del Ejército Nacional, que ya está, y del Estado Mayor Presidencial, que quizá aún no lo logra del todo, con su ejército paramilitar de hombres de negro, a todas las policías. Qué mejor que un crimen de un panista, joven, además, en un lugar convertido previamente en zona de guerra. Qué mejor que luego salir con eso de que sus propios policías lo asesinaron. ¿Qué mejor para desaparecer a las otras corporaciones municipales? Y ahí sí que todas las piezas del rompecabezas de manera perfecta embonan. Total un crimen más, ¿qué tanto puede significar a la hora de hacerse el propio juicio final? Más allá de que convencida está la mafiosa derecha que México hoy desgobierna de que no van a morirse nunca los que la integran y de que no existe el Infierno, son o se dicen católicos, y no es precisamente entre los que se reconocen así en apoyo de la jerarquía irredenta de esa iglesia, donde continúan en Dios arraigadas, y menos aún en el Hijo de Dios, las creencias. Es una lástima no poder creer en la existencia del Infierno. Porque de existir, es evidente que para dictadores, usurpadores y gente de su ralea estaría reservado como el lugar de destino final, para purgar de manera eterna los crímenes horrendos que cometen esos sujetos en la tierra y la fabricación de culpables, al lado de la tortura se ubica, incluso porque es en sí misma otra tortura perversa, junto con el derramamiento de sangre que ahoga ya al pueblo mexicano y ni qué decir de la desaparición de personas que también aumenta cada día.

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