martes, 16 de septiembre de 2008

ASESINATOS POR TODOS LADOS

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Me quedo con la hipótesis de la limpia
María Teresa Jardí

En la Marquesa fueron tirados los cuerpos de los 24 ejecutados, acabando para algunos, para siempre, con el legendario sentimiento de nostalgia, vinculado a ese lugar, donde los anarquistas, refugiados españoles, a los que Lázaro Cárdenas, El Tata, abrió generosamente sus puertas, como a los comunistas y como a los republicanos a secas, cuando tuvieron que salir de España.

De la misma España, que a pesar de la decepción que significa Rodríguez Zapatero por lo que a sus también ilusiones de reconquista toca, hoy inicia la investigación, al fin, de los crímenes cometidos por Franco.

La historia puede tardar muchos años en escribirse correctamente. Pero si algo garantiza la historia es que acaba por poner a cada uno en el lugar que merece.

Anarquistas, entre los que se encontraban mis abuelos maternos, que los domingos cuando el tiempo era propicio para ir a recoger “rovellons” o “bolets” (unos hongos anaranjados, que no sé cómo se llaman en español, pero que también se consiguen en algunos mercados, como el de San Juan, en el DF) que salen en familias, bajo los árboles, en tiempo de lluvias, que se freían ahí mismo, con ajos y perejil y que nos los comíamos acompañados de carne asada con ai- i- oli (una especie de mayonesa parecida a la crema de ajo que se come en Yucatán) acompañada la comida, también, por las tortillas de patata que se hacían en las casas y por la ensalada que ahí mismo se preparaba.

Que siempre no son de Guerrero. Que siempre sí son del Estado de México, al menos los cinco asesinados ya identificados. Los ejecutados, al parecer, en el camino por el que pasan los pobres alcohólicos para ir a curarse de su vicio frente al Señor de Chalma y a la bella imagen de la Virgen de Guadalupe. Dicen que gente de “El Chapo”. En el mejor de los casos un grupo de “Zetas” dadas las primeras características consignadas por los medios sobre el corte de pelo al estilo de como lo usan los militares. A final de cuentas, con salidos del Ejército, dicen, que se formó ese ejército de sicarios integrado también, al parecer, por kaibiles. Y lo de las actas en el bolsillo habla también de planeación institucional. Pero…

Quizá, efectivamente, vendedores de droga al menudeo, probablemente de entre los impresentables que eligen vender droga a los niños son los 24 tirados en La Marquesa luego de habérseles aplicado la pena de muerte, en un país donde las leyes señalan que fue abolida esa pena. Pena con la que se castiga un crimen, en el mejor de los casos, en general son pobres a los únicos que se les aplica, con otro crimen agravado porque es el Estado el que lo comete, a nombre del inaceptable y grave crimen que las leyes consignan que comete el que priva de la vida a otro.

Pero, posiblemente, y yo me sigo quedando en tanto no se presenten las pruebas en contrario, con esta hipótesis posible: los infelices del día.

Los elegidos, quizá, al azar, pero pobres, jornaleros y albañiles, para cubrir el número decidido por la limpia que se hace en el país por el usurpador y sus compinches. Asesinatos a cambio de seguir asaltando al erario y por ende exprimiendo al pueblo hasta el límite de sus fuerzas. Asesinatos para generar el miedo que permita la militarización para empezar en serio, contra todos, la represión.

Limpia de los que más temprano que tarde se sabe que van a decir ya basta a la miseria impuesta por los traidores como Calderón y como Cartens, por colonizadores extranjeros, como Mouriño, por los grotescos simios que controlan los sindicatos para mejor servir a sus amos los empresarios.

Asesinatos por dinero. Sin entender que la patria mexicana merece mucho más que a la corrupta derecha que a través de unas cuantas familias mafiosas todo lo controlan en beneficio propio.

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