viernes, 28 de noviembre de 2014

Decálogo discursivo contra el Pueblo

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Ni rumbo ni esperanza
Lilia Arellano

Estado de los ESTADOS

Presentó EPN un decálogo discursivo
Todo bien hecho; autocrítica ausente
Cédula de Identidad y el Mando Unico
Gobernadores a salvo y ediles con soga
Confirmado el secuestro de 30 jóvenes
Aparecen once adolescentes asesinados

Liquida doña Angélica crédito: 1.5 mdd

“La misión de un gobernante no es resolver problemas. Basta con posponerlos”.- Jorge Saldaña

Un claro y marcado rumbo al autoritarismo, a la imposición de la ley del garrote, se disfrazó de mensaje. Los prometidos cambios se dieron, pero no en razón de la agenda de los ciudadanos, sino de las necesidades del gobierno federal para imponerse y mantenerse en el poder, a sabiendas de la existencia de un rechazo popular que crece en la medida en la que sus dictados siguen afectando a los mexicanos. Un decálogo fue expuesto y en él, tal y como lo anunciamos en estas mismas líneas, la carga mayor va contra los municipios, en franca violación a su autonomía, independientemente de continuar con la fabricación de leyes que convierten en legales persecuciones y represión.

Enrique Peña Nieto estuvo acompañado de 30 gobernadores, de su gabinete legal, del ampliado, de diferentes organismos que le son fieles, empresarios y algunos ciudadanos que se mueven entre dos aguas. Habló durante 40 minutos y en ese tiempo, no hubo una sola mención a lo que antes dijo sobre corregir lo que se está haciendo mal, sino de la existencia de obstáculos y resistencias, pero, agregó, “la fuerza y la voluntad de cambio de los mexicanos siempre podrán superarlos” y, en esa última expresión, va su garantía de que nada de lo hecho, de lo aprobado, sean los resultados obtenidos los que han llevado a los ciudadanos a realizar multitudinarias manifestaciones sufrirá alteraciones.

Tan es así, que de nuevo se vivió el escenario del gobernante solo, del que impide el paso a sus gobernados, del que blinda el lugar en el que se encuentra y se rodea de cientos y cientos de policías de todas las corporaciones. Igual sucedió cuando empezó a repartir culpas entre todos los sectores y se basó en el punto más cercano a los ciudadanos, el Ayuntamiento, para iniciar el experimento de una policía única y de la desaparición de poderes cuando se sepa que los alcaldes están coludidos con la delincuencia organizada, lo cual es apenas un primer paso, hacia atrás, para terminar con la autonomía de la que gozan.

El mando único no se sabe si será el suplente de la mentada gendarmería nacional o si tal engendro permanecerá bajo las órdenes de una nueva dependencia o seguirá siendo parte vital en la responsabilidad del titular de Gobernación, hasta ahora jefe del gabinete de seguridad. El envío de estas propuestas para convertirlas en iniciativa y que de nueva cuenta pasen por el filtro del Congreso, no se asemeja a la exposición de una solución, sino que es un adelanto de la represión que se planea ejercer a través de los mandos policiacos que obedecerán a la federación, con todo y la comprobación de que también estos están, por desgracia, infiltrados por la delincuencia y son fácil presas de la corrupción.

Después de toda esa exhibición, una cosa sí es cierta: no habrá ninguna solución a los más graves problemas nacionales, ni a los de seguridad, ni a los económicos, ni de los que están afectando al empleo, ni de aquellos que han llevado al cierre tanto de empresas como de pequeños negocios y, menos aún, los que refieren a la necesidad inmediata de contar con un verdadero plan educativo que contemple desde el ingreso a la primera aula hasta la terminación de una profesión o de un oficio. Hablar de reactivación de la economía, de apoyo a la producción con la finalidad de respaldar el mercado interno, sobre inversiones en Pemex que realmente permitan competencia en ventas, o hablar de Ayotzinapa olvidando la “solidaridad con los padres de las víctimas”, para expresarse como debe hacerlo la máxima autoridad, de eso nada de nada.

Como es natural, los partidos de oposición se lanzaron en duras críticas hacia lo dicho por el presidente Peña Nieto, sólo que ahora es poco lo que puede decirse de lanzar para su provecho estas expresiones, cuando han sido vistas y escuchadas por todos los ciudadanos que habían atesorado un poco de esperanza. Si finalmente el propósito de tal mensaje fue intentar que el PRI recupere por lo menos el mismo número de votos obtenidos en la pasada contienda, no se cree que tenga un final feliz, con todo y que una serie de encuestas pagadas al mejor adulador señale que llevan la delantera sin revelar que ésta se debe al mantenimiento de estructuras, a la entrega de dinero y dádivas de manera permanente, lo cual ha tendido sobre los gobernadores, un manto de impunidad total, y a ellos se les ausenta del señalamiento de probabilidades de colusión con las mafias.

DECALOGO DE LA DESILUSIÓN

Respaldado en la expresión priísta lanzada a los perredistas en la Cámara de Diputados: “ustedes se los llevaron, ustedes devuélvanlos”, Peña Nieto no aceptó ninguna responsabilidad de la federación sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ni siquiera en lo que respecta a la falta de resultados después de dos meses de supuestas investigaciones, de haber llevado a la cárcel a decenas de sujetos y presentado una docena de escenarios con distintos guiones de telenovela y otras tantas farsas. Eso, hubo decálogo que todo lo va a remediar bajo el esquema de que “el papel aguanta todo”:

El primero habla de la expedición de otra Ley, esta contra la Infiltración del Crimen Organizado. O sea que se busca castigar de manera distinta a los que hagan la labor y se metan en las áreas de gobierno y ¿quiénes los van a denunciar, los que reciben el dinero, los que se enriquecen con esas relaciones? ¿No existe dentro de la actual una Ley que castigue a todos y cuyo cargo se sustenta en la delincuencia organizada? Dos.- Van a definirse, muy claramente, cuáles son las competencias de cada autoridad con el crimen. Este renglón, dijo, responsabiliza a todos y a nadie, además de que hay dispersión en varios tipos penales. Seguro que sus asesores no le informaron que cuando se le ha dado mando a una corporación para que intervenga en las acciones de otra, todo se vuelve un caos y la corrupción se duplica.

El tercer llamado fue, como en el teatro, debidamente dirigido a Guerrero, Jalisco, Michoacán y Tamaulipas para que ahí arranquen las policías estatales únicas. No se sabe aún de dónde saldrá el dinero porque advierte que van a salir caras, pero señala que son necesarias. Y no es que no se sepa que en efecto, tal y como sucede con los ciudadanos, el primer contacto que establecen los delincuentes de todos los órdenes es con los jefes policiacos municipales, quienes, demostrado está, los llevan hasta el superior, hasta el presidente municipal. Sin embargo, de ello han tenido conocimiento y hasta han llegado a exigirles los de la federación que les den los datos de narcotiendas etcétera, mismos que, cuando están en su poder, sirven para ampliar el campo de la corrupción porque nada desaparece ycomienzan los descuartizados, decapitados, entambados, etcétera.

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