Jorge Lara Rivera
Uno de sus efectos no tan indirectos es, sin duda, el sangriento episodio represor que el régimen aliancista PAN-PRDista encabezado por Ángel Aguirre provocó en Guerrero. Con su violento desalojo de estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa que se manifestaban en la Autopista del Sol, pidiendo lo mismo que tantos jóvenes en América Latina: aumentar la matrícula escolar. El saldo sangriento incluyó 3 estudiantes asesinados por policías y la detención vejatoria, incomunicación y tortura a una treintena de detenidos, así como la inculpación a uno de ésos haciéndole accionar un arma de fuego para luego hacerle la prueba de la parafina y achacarle las muertes. El suceso ha mostrado también las aristas insalvables que no importaron a mercenarios sedientos de poder, y la traición entre el perredismo y el régimen federal panista.
Así, Procuraduría y Policías Ministerial y de Seguridad Pública negaron haber acudido armadas, pero vídeos y fotografías lo desmienten. La PGR y la Secretaría de Seguridad Pública federal afirman, por contraste, que fueron los ministeriales del estado quienes dispararon; asimismo, éstas afirman haber observado con escrúpulo los derechos humanos de los estudiantes. No obstante, hay evidencia que muestra a las fuerzas federales del orden golpeando a los jóvenes.
El cese fulminante del Procurador, el Secretario y el Subsecretario de Seguridad Pública estatales no parece suficiente ni satisface el clamor popular que exige impedir a la impunidad reinar en este caso.
Grave también que fuere el caso de los deslices librescos de altos funcionarios, ex funcionarios y aspirantes a candidatos de los diversos partidos políticos del país durante la semana previa, deja claro lo zafia que puede ser nuestra clase política y los efectos nocivos de no practicar la lectura. A propósito, sólo hace unos días una amiga me comentaba con gran aspaviento lo rústico que le parecían los modos de algunos presidentes municipales del interior del Estado, cuyo grado de instrucción no supera la primaria –incompleta. Mas ¿tiene derecho de reclamar de ellos lo que no pide a universitarios clasemedieros, la clase educada del país, supuestamente refinada y culta y “con mundo”, la de personas que gustan llamarse a sí mismas “gente bien”, “decente”, “de valía”, representada en política por tipos de dudosa autoridad moral, tal el abogado y ex senador Diego Fernández de Cevallos Ramos quien, a juzgar por el lenguaje tabernario que empleó en los “spots” promocionales de su reciente entrevista a “Historias engarzadas”, programa de la televisora del Ajusco, bien puede darse el quién vive con el beodo y deslenguado gobernador de Jalisco, contador público Emilio González Márquez y la soez ingeniera Xóchitl Gálvez Ruiz, ex Comisionada Nacional de los Pueblos Indígenas (en el foxiato) y no hace tanto, ex candidata panista al gobierno de Hidalgo (cargo que, para bien de ese estado, no obtuvo) por la grosería, procacidad y lo vulgar a que es proclive en sus expresiones ante público, como reconfirmó al acudir al registro de la Chepina Vázquez Mota? Y ya que se habla de ordinarieces, sólo eso mostraron, a punto de salir disparados en busca de nuevo hueso que roer en el erario, 3 engendros antidemocráticos, hechuras del régimen que han causado otra oleada más de cambios en el gabinete de cuates.
Así, Rosalinda Vélez Juárez, todóloga quien lo mismo atendió cuestiones ambientales que contratos de BanObras (donde lo 1º que el ocupante de Los Pinos hizo como director durante el foxiato fue autorizarse un autopréstamo para la “importante obra pública” que era adquirir su casa) relevó al esquirol Javier Lozano Alarcón quien buscará un escaño en el Senado por Puebla –y la inmunidad del fuero legislativo ante la posibilidad abierta en el horizonte de ser juzgado por su criminal desempeño al frente de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social; otro economista, Rafael Morgan Díaz, un segundón de la Secretaría de la Función Pública, sucedió en la titularidad de la dependencia a Salvador Vega Casillas sólo una semana luego del exhorto del H. Congreso al Ejecutivo para que lo separase del cargo por su implicación en el caso de extorsiones a empresarios gasolineros del Sureste, a quienes su esposa Gladys López Blanco al parecer exigió “cuotas” de 50 mil pesos mensuales cuando fue Subprocuradora de Verificación de la PROFECO, recursos que la pareja mantiene en cuentas bancarias mancomunadas.
Entre tanto, el ingeniero en electrónica José Guadalupe Tarcisio Rodríguez, ex diputado local y ex senador dejó la Dirección General de Caminos y Puentes Federales en SCT para ocupar la vacante de Secretario Particular de la Presidencia de la República dejada con algún fin oscuro por el sinuoso Roberto Gil Zuarth, cuyas facultades metalegales lo hacían interlocutor de los partidos en detrimento de Gobernación. ¡Qué perfiles tan ad hoc!, ¿no? En tanto el dólar se vende ya a 14 pesos y aún no termina la primera quincena de diciembre ¡Sólo Dios sabe a cuánto parará!
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