Coahuila, tumba de mineros
Ciento veintiséis muertos de 2006 a la fecha
MÉXICO,
D.F., noviembre 30 (EL UNIVERSAL).- Las condiciones que generaron la
muerte de 124 mineros en accidentes en la zona carbonífera de Coahuila
de 2006 a la fecha persisten: se labora en situaciones de riesgo, se
violan normas internacionales, hay trabajo infantil y las acciones de
gobiernos federal y local son insuficientes para su protección.
Así lo indica el Informe Especial sobre las condiciones de Seguridad e
Higiene en la Zona Carbonífera del estado de Coahuila, de la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), que señaló que deficiencias de
las secretarías del Trabajo y Economía para inspeccionar y sancionar a
empresas que operan de forma irregular provocaron accidentes fatales que
pudieron evitarse.
Recomendó reformas legales para endurecer penas contra los
concesionarios que reinciden en operar sin acatar las normas, así como
hacer eficientes las inspecciones en las minas para la prevención
oportuna de siniestros.
En el documento destaca que tan sólo de 2006 a la fecha se han emitido
tres recomendaciones contra estas dependencias del gobierno federal por
los accidentes registrados en las mineras de Coahuila; hay 17 quejas por
siniestros, de las cuales 10 se relacionan con la muerte de 90 personas
y seis resultaron heridos; cuatro de los accidentes fatales ocurrieron
en lo que va de 2011.
Aunque la cifra de víctimas es mayor, ya que en poco más de cinco años
ha habido 124 muertes vinculadas con la extracción de carbón —contando a
los 65 mineros que fallecieron en Pasta de Conchos, en febrero de
2006—, de las cuales 80 han ocurrido en “pocitos” (tiros verticales de
hasta 100 metros de profundidad), en los que se trabaja de forma
rudimentaria e ilegal.
La CNDH documentó que las labores de explotación del carbón “distan
mucho de ser las idóneas para asegurar un trabajo digno”, como marcan
los estándares internacionales; tampoco se da cumplimiento a las medidas
de seguridad e higiene indispensables para efectuar dicha actividad, y
“las acciones emprendidas por el Estado no son suficientes para
garantizar la integridad de los trabajadores, lo que contraviene sus
derechos humanos a la legalidad, seguridad jurídica, seguridad personal e
incluso a la vida”.
La CNDH concluyó que en la actualidad “una gran cantidad de minas de la
zona carbonífera no cuentan con condiciones de trabajo que garanticen la
seguridad de sus trabajadores”.
Señala que las secretarías de Trabajo y Economía han incurrido en
omisiones en el desempeño de algunas facultades que la normatividad les
otorga, o en cumplimiento deficiente de las mismas, ya que, por ejemplo,
a la fecha sigue sin estar actualizado el Directorio Nacional de
Empresas para regular e inspeccionar a las compañías que operan las
minas, ni existe personal suficiente o capacitado para detectar
irregularidades en la explotación del carbón por los concesionarios.
La CNDH subraya que existe “ineficacia administrativa por parte de ambas
autoridades (…) lo cual incidió en que se sucedieran accidentes
mortales por deficiencias”.
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