Reprobado
Lilia Arellano
Estado de los ESTADOS
Cinco años, nada que celebrar
Senadores desaparecen fuero
Entre protestas, asume Rubén
Moreira en las listas de “pluris”
“La suerte favorece sólo a la mente preparada”:
Isaac Asimov
Tras cumplir cinco años de su administración, Felipe Calderón no tuvo
nada que celebrar ante millones de mexicanos que han padecido su
gestión. La mala suerte, la muerte, la impericia, los errores fatales
han sido las características principales de su (des)gobierno que se ha
desarrollado en medio de la peor crisis económica mundial, la pandemia
por el virus de la influencia cuyas consecuencias fueron potenciadas por
errores garrafales, la peor sequía de la historia reciente y, sobre
todo, una ola de violencia provocada por su declaratoria de guerra
contra los cárteles de la droga. Por eso, su promesa de que el sexto año
“va a ser el del cierre y el fuerte”, puso a temblar a muchos a lo
largo y ancho del territorio nacional por el devastador efecto que su
fallida administración ha causado a la Nación.
Los resultados alcanzados, todos, son adversos: no sólo por las decenas
de miles de muertos, desaparecidos y desplazados, y por las persistentes
violaciones a derechos humanos, sino por los millones de mexicanos
arrojados a la pobreza y la indigencia y la cancelación por varios años
de oportunidades de desarrollo educativo y laboral para toda una joven
generación. En Ocampo, Durango, frente a los gobernadores César Duarte,
de Chihuahua, Jorge Herrera, de Durango, Fernando Toranzo, de San Luis
Potosí, y Miguel Alonso Reyes, de Zacatecas, Felipe Calderón fue incapaz
de mencionar un solo acierto de su administración que beneficiara a la
población mexicana. Al hacer un balance de su periodo como inquilino de
Los Pinos sólo pudo admitir que “han sido años muy duros” y dejar
entrever que la mala suerte lo ha acompañado.
En el acto “Estrategia de atención a las afectaciones por sequía”, una
vez más, centró a su gestión en el tema de “la violencia y la ferocidad
de los criminales”, a los que, presumió, “en lugar de sacatearle” los
enfrentó, “para no permitirles apoderarse de México”. Por eso, pidió un
aplauso para cientos de militares, marinos, policías, federales y
agentes del Ministerio Público que no sólo han arriesgado sino dado su
vida por la seguridad de las familias. Por supuesto que no hizo mención a
los más 50 mil muertos, a los más de 10 mil desaparecidos, a los 230
mil desplazados por la guerra al narcotráfico, a las decenas de miles de
viudas y huérfanos, que ha dejado su administración. Tampoco se refirió
a la corrupción e impunidad que han imperado a lo largo de estos cinco
años, ni mucho menos al grado de subordinación que ha tenido su
administración ante el gobierno de los Estados Unidos. Por eso no es
extraño que ocho de cada 10 personas consideren que la inseguridad en el
país ha empeorado y solamente 15 por ciento opine que hemos mejorado.
Calderón se dio tiempo de agradecer a sus opositores “porque me obligan a
mantenerme atento, alerta y a no bajar la guardia” y a sus
colaboradores, incluyendo a su esposa Margarita Zavala y sus hijos, con
una mención especial a Juan Camilo Mouriño y José Francisco Blake Mora,
ex secretarios de gobernación. Claro que no mencionó que las causas de
sus “accidentes” no han quedado debidamente aclaradas y la participación
del crimen organizado tampoco quedó suficientemente descartada. Tras
entregar los apoyos a personas afectadas por la sequía en Durango,
advirtió que no se “arredrará y doblará” ante los problemas que enfrenta
el país y agradeció a los mexicanos por confiar en él. Hizo referencia a
una encuesta que leyó en un periódico (Reforma) este jueves y que lo
ubica con “un 64 por ciento de apoyo” a nivel nacional, en el mes de
noviembre.
No obstante, la encuesta “México Evaluación de Gobierno. 5 Años de
Gestión”, que realizó la empresa Consulta Mitofsky, indica que la
aprobación de Calderón Hinojosa al terminar su quinto año de gobierno se
ubica en 51 por ciento, lo que contrasta con el 60 por ciento o más que
alcanzó en sus primeros tres años. El inquilino de Los Pinos obtuvo la
evaluación ciudadana más baja desde el 1 de diciembre de 2006 y la menor
de las que alcanzaron sus antecesores en el quinto año de gobierno. La
desaprobación de su administración del 46 por ciento, muestra el nivel
de división de opiniones que hay en el país, ya que prácticamente
durante todo 2011 la mitad de la ciudadanía lo aprueba y la otra mitad
lo desaprueba. No hay que pasar por alto que en el quinto año de
gobierno de las cuatro presidencias recientes las evaluaciones han ido
disminuyendo: Carlos Salinas logró 81 por ciento; Ernesto Zedillo 64 por
ciento; Vicente Fox 59 por ciento; y ahora Calderón 51 por ciento.
PEOR DESEMPEÑO ECONÓMICO
De acuerdo con el sondeo de referencia, 82 por ciento de los mexicanos
opinan que la economía hoy es “peor que hace un año” y la expectativa de
la ciudadanía tampoco es positiva, puesto que tres de cada cuatro
mexicanos consideran que el próximo año será aún peor que éste. Y no les
falta razón a los ciudadanos, toda vez que la administración de
Calderón es la de menor crecimiento en los últimos cuatro sexenios. El
crecimiento promedio anual del calderonismo es de apenas 1.47 por ciento
del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que en el de Vicente Fox fue
de 1.51%; en el de Zedillo de 3.6 por ciento; y en el de Salinas de 3.7
por ciento.
El desempeño de la gestión del michoacano hasta el momento ha sido
mediocre porque si bien ha cumplido en términos generales en lo que se
refiere a los grandes indicadores macros, en cuyo manejo por fortuna no
pudo inmiscuirse, esto no ha traído beneficios para la población, que
sigue estancada y con severas dificultades. La imagen más evidente del
fracaso en este rubro lo es sin duda la falta de empleos en general y de
calidad en particular, sobre todo para la población joven, así como los
salarios bajos para la población que conserva su fuente de trabajo, y
el crecimiento desmesurado de la subocupación y la economía informal.
Así, no es nada extraño que la mayoría de la población mexicana (61 por
ciento) piense que la Nación no va por el rumbo correcto, lo que sin
duda es una evaluación no sólo del inquilino de Los Pinos sino de toda
la clase gobernante, percepción que habrá de reflejarse en los
resultados de los comicios del 2012.
DESAPARECEN FUERO
No hay comentarios:
Publicar un comentario