¡¡Exijamos lo Imposible!!
Desastrecillo, ¿valiente?
Jorge Lara Rivera
La anécdota del célebre vigésimo cuento de los Hnos. Grimm, “El Sastrecillo Valiente”, se aviene poco a la “valentía” que el Nobel de Literatura y gran maestro de la prosa narrativa latinoamericana Mario Vargas Llosa reconoce en la actual administración federal panista, a no ser por lo que de simulación tiene y funciona como juego de palabras que ilustra su irresponsabilidad ante el paisaje nacional presente. El costo de las bravatas –que no valentía–, imprevisión y necedad del jefe del Ejecutivo federal al persistir en su “estrategia” de seguridad, desesperado por legitimarse tras haber alcanzado el poder en medio de las más cuestionadas elecciones (2006) de la historia nacional, sospechoso de fraude y probada por confesión de parte la ilegal injerencia de su predecesor “cargando los dados” para favorecerle, resulta escandalosamente alto.
Tan grave es la situación por el régimen federal panista que en los últimos 2 años han muerto más personas en la gubernamental “Guerra al narcotráfico y a la delincuencia organizada” (rebautizada “Lucha por la seguridad” luego de descubrir el gabinete de cuates todólogos el lío de implicaciones legales y las convenciones internacionales violentadas que suponía el status de beligerancia) que en toda la década que duran ya las guerras de Irak y Afganistán, juntas.
No obstante el sesgo dado por los medios del duopolio al reporte de índices de la percepción ciudadana en seguridad, omitiendo el claro incremento en la sensación de inseguridad manifestada para señalar que los mexicanos “apoyan la presencia de las fuerzas armadas” en poblaciones que se han vuelto territorio sin ley, no basta para borrar ese hecho. Cierto, el respaldo popular al Ejército sigue siendo fuerte pese al desgaste a que el panismo lo somete comprometiéndolo en tareas policiales que no son las que por ley le corresponden.
En cambio, no obstante la ostentación de fondos, equipamiento y capacitación que con dispendio de recursos públicos por la Secretaría de Seguridad Pública de la federación, o sea la policía dependiente del ocupante de Los Pinos, se hizo produciendo ese “churro” que resultó la teleserie
“El Equipo”, es obvio que Genaro García Luna es más apto como maquillista de cifras, promotor de montajes propagandísticos mediante operativos simulados, y creación de un “ejército negro” con fines inconfesables, que para cumplir sus obligaciones inherentes al cargo. El poco edificante historial del funcionario incluye ser investigado en Estados Unidos y Francia por sus nexos con el narcotráfico, acusaciones en su contra de subalternos –reprimidos con detención, cese y cárcel– formuladas por nepotismo para favorecer a su hermana y de arreglos clandestinos con capos del narco, así como extorsión y secuestro a través de su personal a ciudadanos del Valle de Juárez en connivencia con el hoy cabeza de la PFP, Luis Cárdenas Palomino (otrora comandante de la AFI involucrado en homicidio y extorsión) y Facundo Rosas.
El dudoso valor del jefe del Ejecutivo tiene además el agravante de su servilismo entreguista con los intereses de la Casa Blanca y el gran capital, y el programa emprendido por su régimen para el desmantelamiento de la soberanía nacional a fin de subordinar a la Patria a los dictados del Comando Unificado de América del Norte controlado, desde luego, por Estados Unidos. Así, la desinformación –ojalá– de Vargas Llosa y sus prejuicios clasemedieros (como los que suscitó la propaganda del “Consejo de la Comunicación, voz de las empresas” para estigmatizar como apocalíptico a Andrés M. López O. en la contienda electoral 2006) parecen nublar su visión.
De ahí que suene hueca y sin valor la declaración del vocerito metido a Srio. de Gobernación, Alejandro Poiré Romero, condenando las masacres de Sinaloa y Jalisco, en tanto en el mundo, pese a los buenos deseos de los heraldos neoliberales, se notan las costuras defectuosas que para la cohesión y regeneración sociales resultaron sus recetas: Italia, Francia, Irlanda, España, Portugal; Chile, Colombia, Uruguay; tal vez pronto Brasil y la India de lacerantes contrastes, mientras aquí aunque “El buen fin” reporte aumento de ventas del 30% y haya crecido un miserable punto el PIB, el pesito afronta una devaluación “inexplicable”, caen las exportaciones a la Unión Europea, aumentan los delitos violentos y crece la inflación. Todavía hay que soportar sermones de arribistas desclasados sobre “manejo sano financiero que deben tener los gobiernos estatales” que critican que no se entregaran aguinaldos a burócratas de estado y municipios, cuando saben de sobra que no se puede administrar el aire, pues Hacienda burla la voluntad popular que el Congreso representa demorando indefinidamente –mezquina– la entrega de recursos asignados y regatea el envío de participaciones federales aun cuando casi concluye el año.
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