PROCESO:
Atentado en Oslo: Las claves mexicanas
1 de agosto de 2011
Muy inquietantes resultaron las anotaciones del multiasesino nórdico Anders Behring en el sentido de que se surtió en México, específicamente en el estado de Jalisco, de implementos para su actividad terrorista. Proceso se abocó a la localización, en el municipio jalisciense de Zapopan, de la compañía Prosperity Technologies citada por el fanático ultraderechista, y pudo comprobar que esta empresa no existe ni en el domicilio referido por Behring ni con esa razón social en los registros empresariales del municipio.
BRUSELAS, 1 de agosto (Proceso).- El multiasesino nórdico Anders Behring Breivik disponía de material de origen mexicano en su equipo de combate y pensaba que los miembros de su movimiento podían aprender de la rebelión zapatista en Chiapas. Incluso viajó a México “para conocer su riqueza cultural”, aunque se oponía a que ésta se enseñara en las universidades estadunidenses de élite.
Behring es el hombre de 32 años que el viernes 22 de julio causó la muerte de 76 personas al hacer estallar una bomba frente a la sede del gobierno noruego en Oslo y disparar a quemarropa contra decenas de jóvenes en un campamento del Partido Laborista a 40 kilómetros de distancia.
Sus referencias a México se encuentran en el compendio de 1492 páginas que elaboró durante los últimos nueve años, titulado 2083-Una declaración europea de independencia, y que finalizó pocas horas antes de que efectuara los primeros ataques terroristas en la historia de su país.
El escrito sirve como guía doctrinaria, instructivo militar y manual para la elaboración de explosivos. Está dirigido a los potenciales simpatizantes del grupo extremista que Behring fundó en abril de 2002 en Londres con el nombre de Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, o Caballeros Templarios, en honor a esa organización religiosa y militar de las Cruzadas.
En el documento hay un extenso apartado en el que Behring detalla minuciosamente el tipo de armamento y equipamiento de apoyo que requiere un combatiente templario y cómo adquirirlo.
Señala que “hay ciertas misiones en las que uno debe escapar e impedir ser perseguido”, por lo que recomienda la utilización de abrojos (objetos con puntas de metal afiladas) para poder pinchar las llantas de los vehículos enemigos y herir a las fuerzas de seguridad.
Behring asegura que “los mejores” abrojos son del tipo que comercializa la empresa Prosperity Technologies Inc., que ubica en la calle Privada San Carlos número 1044, en Zapopan, Jalisco; añade una dirección de correo electrónico, un número de teléfono y otro de celular, así como el nombre de un vendedor.
Comenta que el precio de cada unidad varía entre tres y cinco dólares, según la cantidad que se compre; recuerda que para lograr los efectos deseados se necesitan de 10 a 20 abrojos y aconseja solicitarle a la compañía de Zapopan que envíe el producto mediante firmas de mensajería privada como Fedex o UPS.
De ese modo, indica el terrorista noruego, disminuyen las posibilidades de que los abrojos sean confiscados en las aduanas, mejor aún porque, explica, la empresa mexicana “está familiarizada con las restricciones de importación y por lo general factura sus envíos como ‘artesanías metálicas’ o con otras vagas descripciones” con la finalidad de evitar los controles. Para probar la eficacia del método, Behring compró así a la compañía 60 abrojos.
Sin embargo, Proceso constató que en el domicilio de Zapopan referido por Behring no se localiza ninguna empresa, sino un fraccionamiento. En la calle Privada San Carlos número 1044 se ubica el Condominio Arboleda, en cuyo acceso un policía particular impide el paso a toda persona que no se identifica y menos si no indica a dónde se dirige.
El agente de seguridad aclara que el fraccionamiento fue construido hace por lo menos cinco años, y sostiene que antes era un lote baldío, no una fábrica; niega que entre los condóminos se encuentre Jorge Anaya, el supuesto proveedor de los abrojos que Behring dice haber comprado. El número de teléfono de celular citado para contactar a Jorge Anaya está fuera de servicio, y en la cuenta de correo electrónico referida como suya nadie responde.
Tácticas zapatistas
El terrorista de ultraderecha asevera que estuvo en México para conocer su “riqueza cultural”, pero desaprueba el hecho de que ésta se mezcle de alguna forma con la estadunidense.
En el primero de los tres “libros” que conforman su compendio ataca lo que llama la “propaganda marxista multicultural”, que según él ha delineado los actuales códigos occidentales de lo “políticamente correcto”.
Después de un largo repaso histórico, Behring sostiene que en las últimas décadas los ideales de una sociedad multicultural se transmiten mediante los planes de estudios que imparten los centros educativos de Estados Unidos y Europa, los cuales, opina, eliminan el aprendizaje de las “tradiciones occidentales” con el propósito de “reestructurar” esas sociedades de manera que acepten una “igualdad” entre culturas.
Para Behring lo peor es que ello ocurre en las universidades de élite, como la de Stanford, que en 1988, se queja, reemplazó su programa de estudios de “alta calidad”, que satisfacía “las necesidades de la civilización occidental”, por otro llamado “Culturas, ideas y valores”, bajo el que, lamenta, “se pueden estudiar las revoluciones marxistas en América Central lo mismo que Platón, Shakespeare o Newton”.
Le parece inaceptable que exista en la Universidad de Stanford el curso “Cine y literatura: expresiones de la frontera México-Estados Unidos” como parte de la materia “Culturas estadunidenses”, o “Expresión cultural chicana” en la asignatura “Culturas del mundo”.
Y expresa lo que para él significa una pesadilla: “Debido a que universidades de élite como la de Stanford ponen el ejemplo a las otras en Estados Unidos y Europa, cada vez más adoptan estos devastadores ataques a los planes de estudio, lo que ocasionará un impacto duradero en la forma en que serán educadas las nuevas generaciones”.
Más adelante, en el “tercer libro” –Declaración de guerra preventiva. Revolución conservadora: la única solución para los europeos libres– Behring incluye un breve capítulo para tratar el “estudio de las revoluciones” de izquierda.
Reproduce el texto de un autor cuyo nombre no da pero al que se refiere despectivamente como un “marxista” cuyas fuentes de información y opiniones son “propaganda” que, dice Behring, merecen ignorarse, aunque reconoce que una parte podría ser útil a su movimiento.
Explica que pueden sacarse lecciones de las revoluciones de masas que idealizan ciertas corrientes de izquierda, aunque la “revolución conservadora” que él preconiza, advierte, pretende arrebatar el poder mediante golpes de Estado y acciones paramilitares.
Precisa que muchos militantes de izquierda sostienen posiciones contra la globalización similares a su grupo, por lo que el objetivo “debe ser contribuir a crear un escenario donde los ‘marxistas internacionalistas’ sean ideológicamente neutralizados o incluso se unan a nuestras fuerzas, manipulándolos de tal modo que transformen su pensamiento en uno ‘nacionalista bolchevique’”, según Behring la única corriente marxista contraria al multiculturalismo.
El autor que cita Behring indica que “las revoluciones son generalmente vistas como ‘irreales’, como acontecimientos que suceden en lugares lejanos o en el pasado, y que esta creencia tiene una importancia sociológica masiva porque asume que las cosas no pueden cambiar” y, en consecuencia, refuerza a los grupos políticos y sociales que se benefician del régimen.
Refiere que en México los movimientos revolucionarios siguen teniendo un impacto significativo en su sociedad y vida política, y menciona el surgimiento, en 1994, del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que describe como “un ejemplo de revolución contemporánea” y propone una bibliografía sobre la materia.
Entre otros autores y obras –referidas en su versión en inglés– aparecen Judith Hellman (El Chiapas real y el virtual: realismo mágico e izquierda); Luisa Ortiz Pérez (Marcos y el EZLN en Chiapas); Justin Paulson (Luchas campesinas y solidaridad internacional: el caso de Chiapas), e incluso un texto del Subcomandante Marcos (Siete piezas sueltas del rompecabezas mundial).
Un fanático emprendedor
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