¡¡Exijamos lo Imposible!!
Satiricosas
Por Manú Dornbierer
Una cierta sonrisa militar…
En la plenaria del PAN en Morelia, Michoacán -¿su futuro bunker?-, Calderón pidió a los legisladores panistas, pero sobre todo de otros partidos, aprobar lo más pronto posible la ley de Seguridad Nacional y al día siguiente utilizó el argumento de evitar “imputaciones alevosas y tramposas como las muchas fincadas injustamente contra los militares”.
¿Estaría acaso recordando el caso de Ernestina Ascencio Rosario (1934 - 6 de febrero 2007), una pastora indígena nahua, cuya muerte causó conmoción al ser acusado de terrible violación multitudinaria un grupo de soldados a los que ella misma denunció antes de morir? Probaron su dicho una vez tras otra 2 diferentes necropsias de 2 médicos forenses que encontraron en su desgarrado cuerpo abundante líquido seminal. Ese repugnante asunto del más cruel abuso de militares misóginos ha quedado como la peor mancha en la historia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México, encabezada entonces por José Luis Soberanes, que vergonzosamente se plegó al siniestro capricho del Jefe de las Fuerzas Armadas, Felipe Calderón, de negar toda responsabilidad de sus soldados, sin siquiera perdonar la burla al asegurar que Ernestina “había muerto de parasitosis”.
Hoy, la obsesión de Calderón por imponer su ley evidencia la decisión de exonerar LEGALMENTE de toda responsabilidad a los militares y jamás de los jamases menciona a la ciudadanía ni menos aún sus Derechos Humanos. “Hago un llamado enfático para que se cumpla con la responsabilidad de proveer certeza y seguridad a las fuerzas federales” dijo poco antes de que el jueves pasado pudiera decir ¿YA VEN? Debido a la tremenda tragedia acontecida en el Casino “Royale” de Monterrey. Los casinos, como bien recuerda el periodista Enrique Navarrete, SDP Noticias, son “el legado de Santiago Creel” y cita: “Faltando 5 días para la culminación del sexenio de Vicente Fox Quesada, el entonces Secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, otorgó permisos a familiares y amigos para la operación de casas de apuestas (…) Su primo Jorge Gastélum Miranda es representante legal de la empresa Mexicana de Hipódromo S.A., en la cual tienen acciones Carlos Slim y Emilio Azcárraga”. Casino Royale tiene casinos en Monterrey, Mazatlán, Los Cabos y Escobedo.
La tragedia de Monterrey recuerda otras en centros “de esparcimiento” sin instalaciones seguras por la corrupción oficializada y recuerda el incendio la guardería ABC de Hermosillo, donde perecieron en similares condiciones 49 bebés, que nunca podrán borrarse del corazón de los mexicanos. Pero el gobierno nunca encontró a los culpables porque los dueños eran altos personajes políticos y hasta parientes de la esposa de Calderón, Margarita Zavala. Y sobre todo, este nuevo y magno horror en Monterrey recuerda el atentado de las Torres Gemelas en Nueva York 2001 y la automática promulgación de George Bush de la Patriot Act para impulsar, entre mucho más, la tortura de todo el que fuera señalado como “terrorista”. Sirvió también como pretexto de la guerra de Irak que terminó destrozando a ese país y costando tanto que creó la crisis financiera mundial.
10 RAZONES CIUDADANAS PARA RECHAZAR LA LEY
Otras frases de Calderón impulsan el fast track de la Ley de Seguridad Nacional: “es una exigencia de los mexicanos para que el Estado los proteja del crimen organizado, mientras las fuerzas armadas están protegidas por la ley. La nación no pide a los diputados que vayan a combatir a los criminales, pero sí que cumplan con su responsabilidad de establecer el marco legal (…)”.
Pero es una Ley tan peligrosa a mediano y largo plazo para los ciudadanos, que la inmediatez no debe ser la consejera de los diputados, por más tremenda que sea la barbarie del incendio del Casino Royale. Una ley tan grave debe estudiarse y discutirse a fondo y nadie entiende cómo el Senado la aprobó, ¿sin leerla?, cual aquella otra ley de Medios. ¿Qué puede suceder si pasa la ley de Calderón, discípulo de Bush? Nos contesta el siguiente decálogo que circula afortunadamente por Internet:
1) Perderás tus derechos básicos, como el derecho a la vida y a la privacidad; y podrás ser molestado por la autoridad sin orden para ello; ya lo hacen, pero ahora será legal (joderte).
2) El Ejército y las corporaciones policíacas podrán intervenir tu teléfono o ingresar a tu casa y catearla sin orden judicial y de paso colocarte droga o armas para justificar la “visita”.
3) Toda la información que tienes en sitios como Facebook, Twitter, Gmail, Hotmail y Yahoo, podrá ser usada en tu contra. Podrán hackear y rastrear lo que quieran.
4) El Ejército -como siempre lo ha hecho- podrá llevar a cabo detenciones arbitrarias, revisiones de personas, autos, teléfonos, sin ningún tipo de orden judicial; ahora será legal.
5) Una vez detenido (aún si no hiciste nada), será legal que te torturen “para obtener información”. Y México es primer lugar, desde hace muchos años, en tortura.
6) Una llamada anónima de algún soplón (que por tanto nunca se sabrá realmente si existió o no) podrá ser razón suficiente para que el Ejército, la Marina o la Policía ingresen a tu casa.
7) Se eliminará la separación de poderes ya que el presidente, sea del PRI o del PAN, sin consultar a nadie, podrá usar al Ejército en contra de la población cuando lo considere “necesario”.
8) Los movimientos sociales (estudiantiles, sindicales, campesinos) podrán ser considerados como subversivos para la seguridad nacional, y por eso podrán ser prohibidos y reprimidos por el Ejército.
9) No podrás denunciar el abuso de las autoridades ya que entonces estarías “impidiendo” actuar a las autoridades, y se te podría considerar una amenaza para la seguridad nacional.
10) Si esta ley se aprueba, tú o alguien que quieres puede terminar detenido, desaparecido o muerto.
NO HABLO DE OIDAS
Como sabe el visitante de este espacio. En una propiedad en Acapulco tuvimos una probadita de lo que es una visita militar al amparo de dicha ley el jueves 11 de agosto pasado -¿el plan es para los jueves?- horas después de lo sucedido ¡y mucho más grave! al poeta Bartolomé en el DF. Relaté tal cual los hechos en mi artículo del sábado 13, intitulado “La Ocde y el Saqueo Panista”. Gracias a la solidaridad de algunos colegas, como Gastón Pardo, la noticia salió hasta en Beyruth. El siguiente “otro jueves”, frente a la entrada posterior de la dicha propiedad se dio una balacera impresionante. La escuché por teléfono y espantó naturalmente a la gente presente en ese momento. Aunque fue nula la información, se supo que recogieron 138 casquillos de bala y que quedó destruida la camioneta del vecino estacionada en la calle.
En el ínterin me aconsejaron hablar con el general Daniel Velazco, Jefe de la de la 9ª Región Militar, para pedir una explicación de la 1ª visita suscitada por una denuncia anónima. Varios oficiales, con gran cortesía, me atendieron por teléfono y por fin me comunicaron que quien se entrevistaría conmigo el día del dios Marte, 23 de agosto de 2011, sería el General Benito Medina Herrera. Es general de brigada diplomado de Estado Mayor y actual comandante de la 27 Zona Militar. Tiene una maestría en Administración Militar para la Seguridad y Defensa Nacionales, una licenciatura en Administración Militar en la Escuela Superior de Guerra y ha desarrollado estudios en la Escuela Militar de Aplicación de las Armas y Servicios. Fue director de Educación Militar de la Universidad del Ejército y de la Fuerza Aérea de México.
Oh la la, me dije. Quería que lo visitara en la Base militar en Cumbres de Llano Largo, pero solicité que mejor viniera con sus propios ojos a inspeccionar Villa Manuia y aceptó. Ingenuamente pensé que se trataría de un “perdone usté” por la visita anterior, pero no. Nos dio una cátedra sobre la necesidad de la ley militar. Le conté la balacera del jueves siguiente al allanamiento y le pedí que nos protegiera. Dijo que para eso estaba la policía, no ellos. Le enseñaron la clínica hiperbárica por la que había manifestado interés el teniente Herón Moreno, que honestamente nos dio su nombre, el primer jueves y que al parecer fue amonestado por ello, los subalternos deben ser anónimos en el Ejército. Le dije al general que la cámara hiperbárica allí instalada podía servir a los militares y a sus familias y que hiciéramos un convenio de salud. Rehusó y sentí que lo molestó mi ofrecimiento, pero no perdió jamás esa cierta sonrisa militar, “seductora-aterradora-perdonavidas-una pizca misógina-despreciativa de periodistas latosos, equivocados en la izquierda. Seguimos platicando y saboreando jugo de naranja y caramelos de café. No vaya a escribir que me llevo un puñado en el bolsillo, rió. Total nos explicó que nuestra percepción de los hechos primeros del jueves 11 de agosto que transmití en la prensa y por radio era equivocada, que los soldados no llevaban las armas que dije. Coco wash, pues. Lo que sí quedó claro es que la Ley de Seguridad (para las fuerzas armadas) pasaría. Aparte de todo eso, me pareció encantador el general, que me lee desde que era chico... Lo percibí inteligente, culto y con sentido del humor, caballeroso. Espero esta vez no haberme equivocado en mi apreciación.
T: @manouscrita
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