Estamos hasta la madre
22 de agosto de 2011
Javier Sicilia, el poeta, el pensador que transcurre en las entreveradas aguas de la filosofía y la teología, se vio atrapado por una tragedia incomprensible: la muerte de un joven hijo, asesinado no sólo por la acción de unas manos, sino por la violencia inmanente a un país que zozobra. A quienes lo conocen, a quienes lo conocemos, no sorprende su reacción. No se ha dado tiempo para llorar a Juan Francisco. Ha preferido compartir sus lágrimas con aquellos, sus semejantes, que han sufrido tragedias que se hermanan con la suya.
Pocos ejemplos hay de intelectuales como Javier Sicilia que, después del asesinato de su hijo, abandona la poesía y se compromete a encabezar un movimiento que se ha vuelto un grito nacional y que reúne a miles de familias que han sufrido, de una o de otra forma, la violencia del narcotráfico y de la guerra que el gobierno emprendió para combatirlo.
De la noche a la mañana el nombre de Javier Sicilia está en boca, si no de todos, sí de muchos mexicanos. Pero el poeta lastimado es más que verso, llanto y grito de rabia. Es un hombre de pensamiento profundo que ha reflexionado no sólo sobre determinados momentos de la vida de este país sufriente sino, especialmente, sobre los problemas humanos y sociales que lo aquejan. La mira de su análisis en particular se ha centrado en torno al poder y a los poderosos.
Los textos reunidos en este volumen ofrecen al lector un amplio panorama del pensamiento político de Javier Sicilia sobre un país en vilo: el fallido intento por consolidar una sociedad democrática y, en cambio, el exitoso avance del crimen organizado que ha cobrado decenas de miles de víctimas en una cruenta guerra sin destino; los desacuerdos políticos con el gobierno de Felipe Calderón, así como las diferencias ideológicas con una iglesia —la católica— que no se solidariza con aquellos mexicanos que día a día son violentados en sus derechos humanos.
Desde hace décadas Javier Sicilia escribe en Proceso sobre la descomposición social del país: la irrupción del zapatismo en Chiapas y la negativa gubernamental a respetar los Acuerdos de San Andrés; los feminicidios de Ciudad Juárez; la liberación de los presos de la appo; la necesidad de un juicio político a Ulises Ruiz…, temas que forman parte del epílogo con que el autor concluye sus artículos.
Antes de que mataran a su hijo, las cuestiones relacionadas con el narcotráfico ya habían ocupado un papel relevante en numerosos textos de Javier Sicilia. Escribía: De una lectura cuidadosa de la historia se desprende que hay que enfrentar el narcotráfico de otra manera: abandonando la perspectiva de una ‘guerra’, obstaculizando cada vez más el lavado de dinero y reglamentando el uso de ciertas sustancias.
Sicilia manifiesta sus preocupaciones sociales desde una perspectiva cristiana, humanista, de respeto a toda diferencia. Critica a su propia iglesia desde todos los ángulos posibles: económico, político, social, cultural. Es un católico pensante, controvertido, a quien no amedrentan las jerarquías eclesiales. Sólo con la lectura de este libro podremos comprender la función social que con sorprendente celeridad ha logrado el autor en la sociedad mexicana.
Hoy Sicilia está en el centro de los debates en torno a la guerra contra el narcotráfico, confrontado con las políticas del gobierno de Felipe Calderón. Estamos hasta la madre es su lucha y la lucha de todos los mexicanos que clamamos por justicia y paz.
La batalla de Javier Sicilia es pública. En privado, los lectores podremos dialogar con su pensamiento y hermanarnos en un dolor que nos hiere a todos los mexicanos. Este libro es un importante paso hacia nuestra curación.
Rafael Rodríguez Castañeda
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