Peña Nieto no será presidente; el país no aguantaría a dos pendejos y a un pelele de tirón: MONERO Hernández
YADIRA LLAVEN
“Veo un desmadre en la política mexicana. Pese a que el 90 por ciento de
la gente piensa que Enrique Peña Nieto puede ser el próximo presidente
de la República, esto no será así, porque no hay país que aguante a dos
pendejos y a un pelele de tirón. Es muy débil y manipulable, y gente
como Beltrones lo hará pedazos antes de llegar a la candidatura. Sin
embargo, estoy seguro que de Andrés Manuel López Obrador será nuevamente
candidato, pero no por el PRD, y el PAN será como el PRI cuando lanzó a
Madrazo, totalmente testimonial”, consideró el monero José Hernández,
durante la charla que ofreció en la Casona de las mujeres, en San Pedro
Cholula, donde arrancó catárticas risas y logró que, por momentos, el
público olvidara la difícil situación económica, política y social que
atraviesa México.
Haciendo gala de su inteligente humor, el colaborador de La Jornada,
Proceso y El Chamucho, apoyado con un proyector, exhibió las caricaturas
que mayor satisfacción han traído a su carrera, ya sea por su impecable
trazo o por captar la esencia del personaje y del momento histórico, y
respondió a todo. Lo había dicho previamente: “mi interés es que sea una
plática y no un monólogo, sino un biólogo”.
Aunque el grupo fue reducido resultó muy variopinto y preguntón. A lo
largo de casi dos horas, el monero, como mejor le gusta que le llamen,
pues asegura “es un término más afectivo y menos solemne”, habló de la
historia de la caricatura política en México, de la censura en los
medios de comunicación, de la administración del “espurio”, como llamó a
Felipe Calderón, de sus monos célebres, del declive de Enrique Peña
Nieto, de “la nueva izquierda” en el PRD, y reconoció su activismo pro
Peje.
“La caricatura política es un género periodístico, de opinión, que se
basa en la premisa utópica que el miedo al ridículo modifica conductas.
Es un género con una trayectoria muy grande en México, que empezó en el
siglo XIX, a la par de la gran tradición del periodismo militante y de
combate, con revista como La Orquesta, El Ahizote, El multicolor, La Garrapata, en los años 60, y que después retomamos en El Chahuistle y El Chamucho”.
El único hueco que atravesó la caricatura mexicana fue cuando nació el
PRI. “El chango Cabral se alineó al poder y se perdió la crítica, aunque
actualmente goza de cabal salud”.
En los años 70, explicó, habían tres intocables en el periodismo: la virgen de
Guadalupe, por sagrada; el Ejército, por peligroso; y el presidente de
la República, por sagrado y peligroso. “Afortunadamente, las cosas han
cambiado: el Ejército ya no es intocable porque lo tocó el narco, la
virgen hasta el mismo abad de la basílica declaró que nunca existió, y
el presidente ya está bien tocado”, comparativo que arrebató la risa de
los asistentes.
Reconoció el trabajo de Abel
Quezada y su heredero Eduardo del Río, Rius, este último el monero más
importante en México, y gente como Elio Flores o Naranjo, quienes llevan
muchos años en el ejercicio de la crítica, cuando realmente era
peligroso. “A Rius lo secuestró Díaz Ordaz. Lo mandó al nevado de
Toluca, donde le hicieron un simulacro de fusilamiento. Y a Naranjo,
Salinas presionó mucho para que en su trabajo lo censuraran”.
“En tanto, Calderón llega al poder por un fraude electoral y busca
legitimarse con maneras absurdas, como disfrazarse de soldadito y
uniformar a los medios de comunicación. Desde entonces, todos los medios
electrónicos (radio y televisión) dicen exactamente lo mismo. La prensa
es la más libre, pero hay algunos supeditados al gobierno. Avances que
logramos en otros sexenios se echaron para atrás”.
–¿Ha sufrido alguna amenaza con el gobierno del ‘espurio’? –preguntaron del público.
–No, las únicas amenazas que hemos recibido es que no nos van a pagar la
quincena. Ahora, el gobierno y la gente que está en el poder confían
tanto en la influencia de la tele, que realmente desprecia el trabajo de la gente crítica, porque su acceso a la gente es cada vez más limitado.
“Los estados se han vuelto cacicazgos”
Por otro lado, José Hernández expuso que la libertad en nuestro país es irregular,
como muchas cosas. “México es el país de las diferencias abismales.
Aquí vive el hombre más rico del mundo. Aquí se publica sin problemas en
un medio nacional, pero difícilmente se hará en un medio local, porque
los estados de la República se han vuelto cacicazgos”.
“Ustedes corren con suerte, tienen uno de los gobiernos más
extraordinarios”, comentó burlonamente el monero, opinión que el público
respondió con una rechifla y el coro: “precioso”, “precioso”.
“Es tal la impunidad en el estado y en el país, que el gobierno confía
en su poder ejercido, a través de la radio y la televisión, y lo estamos
viendo con una compaña contra el Sindicato Mexicano de los
Electricistas (SME). Si no fuera tan grave nos daría risa por lo burda
que es, pero resulta que mucha gente se lo cree”.
“El ‘espurio’ no me quiere por el mono amable del Peje”
“De muy buena fuente –reveló–, me enteré que Calderón detesta mis
cartones, pero no sé por qué si hasta sale tierno. La ventaja es que con
él me ahorro significativamente mucha tinta, cosa que no sucede con
Agustín Carstens”.
“Se que está molesto porque también dibujé la imagen
amable del Peje, que la gente apropió en mantas y carteles en el
proceso de resistencia contra el fraude electoral, y porque realicé una
parodia de una escultura de una mujer olmeca, en donde Fox da a luz a un Fecalito”.
“No dio a luz, más bien obró”, gritó alguien del público.
A partir de ahí, proyectó imágenes
sensacionales de su autoría: un perro con cara de Vicente Fox, cuando
aún era presidente, atado a la mano de su amo el Banco de México y el
Fondo Monetario Internacional. En otra el ex senador Jesús Ortega está
con los calzones abajo y el
“espurio” le está pellizcando una nalga. El texto dice: “esta es la
izquierda que me gusta”. Por ello, el perredista amenazó con demandar a
El Chamuco.
También exhibió un fotomontaje de
la cachetona cara del panista Germán Martínez en forma de dos nalgas,
“porque era con lo primero que lo relacionaba”: Y orgullosamente contó
que una de sus caricaturas, un zapato viejo con la cara de Bush, llegó a
las calles de Egipto en una protesta contra el gobierno gringo. “Ese ha
sido uno de mis mejores premios”.
En eso se escuchó el repiqueteo de las campanas, y Hernández comentó,
entre risas, “pinche Norberto (Rivera) qué influencias tiene”… era el
anunciado Vaniloquio.
Como anécdota, contó que un amigo monero tuvo serios problemas con la
doméstica de su casa, pues la señora ya no le quería ni hacer el
desayuno. Un día decidió enfrentarla y le preguntó: ¿por qué está tan
enojada conmigo?, a lo que seriamente ella contestó: “porque usted es un
huevón, y ya se lo dije a la señora”.
“Se levanta tarde. Lee los periódicos todo el día, después echa chisme
por teléfono con sus amigotes, y no bastando la pérdida de tiempo se
sienta a hacer dibujitos. Es usted un huevón y no trabaja”.
Y Hernández aceptó, “esa es la vida del monero: leer mucho, cotejar información y buscar la esencia de la información”.
–¿Te ha censurado La Jornada o Proceso?
–No, pero tienen líneas bien definidas. No me permiten publicar tres
cosas: connotaciones sexuales, la animalización de políticos, y la
crítica hacia otros compañeros del gremio. Los monos más fuertes los
publiqué en el Milenio de antes, pero nunca, por ética, me metería en la
vida privada de los políticos, a excepción que ellos lo exhiban.
Finalmente, Hernández consideró que la caricatura no se puede quedar en
el desquite. “Somos como un MP imaginario, que convertimos la caricatura
en el mejor vehículo para informar a la gente, sobre todo en un país
donde se lee poco”.
La Jornada de Oriente en línea:
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