Guadalupe Lizárraga
TOLUCA, México.- Su hermano fue
ejecutado en Toluca el 17 de agosto de 2006. Se trataba de un hombre de
Estado, el juez federal de Almoloya de Juárez, René Hilario Nieto. Una
ejecución de francotiradores, según denuncia de Ricardo Humberto Nieto,
por no someterse a las peticiones de quien estaba planeado que sería el
presidente de la República: Enrique Peña Nieto.
El hermano del juez, ha tenido que hacer
sus propias investigaciones, ha dedicado años y recursos a indagar por
qué ejecutaron a su hermano, si "era un hombre de leyes", dice,
"entregado a la justicia y a conducirse con rectitud". ¿Por qué la
Procuraduría ha detenido a presuntos culpables y los ha liberado al poco
tiempo? ¿Por qué hay otras muertes detrás de esta muerte? eran las
preguntas que rondaban en su mente y no ha descansado hasta conocer la
verdad.
René Hilario era secretario proyectista y
trabajaba con el juez Juan Pedro Contreras. Su nombramiento como juez
federal fue un mes después de los enfrentameintos de Atenco. A él llegó
el caso, y según la denuncia de su hermano Ricardo, se le “ordenó” entre
sobornos, cohechos y amenazas, incrementar las penas carcelarias de los
campesinos, especialmente la de Agustín del Valle, líder de los
campesinos, que conforme a derecho rondaban entre meses hasta tres años.
Sin embargo, la “orden” pretendía hasta 112 años de cárcel.
El haberse negado a esta solicitud sería
el motivo por el cual lo ejecutaron, según la investigación. Pero su
hermano denunció también que el juez había sido acosado y amenazado con
otros casos de altos delincuentes protegidos por políticos del Estado de
México. Para el hermano del juez no hay duda de sus asesinos
materiales. Entre éstos, ha señalado a Roberto Delgado Nabor como uno de
los que francotiradores, ejecutados mayo de 2007, en Veracruz, siendo escolta de Enrique Peña Nieto.
Han pasado seis años del asesinato del
juez federal Nieto Contreras, y no ha habido claridad ni justicia en
este crimen, denuncia Ricardo Humberto quien se ha dirigido a este medio
y a la opinión pública internacional para contar puntualmente una
narcoejecución acallado por los medios en México por estar involucrado
el candidato del PRI.
Mi hermano se negó a incrementar las penas carcelarias de líderes de Atenco
Ricardo Humberto Nieto ha escrito una
serie de documentos en los que va atando cabos y sumando nombres de
personas involucradas en el crimen contra su hermano. En vida, el juez
era muy apegado a su hermano y le contaba las presiones que tenía en su
trabajo. Le daba nombres de políticos involucrados en el narcotráfico y
de cómo estaban protegidos por los mismos cárteles. Para Nieto, el
candidato del PRI sólo es el rostro de una mafia política que intentar
seguir en el poder a costa de la vida de las personas. Aquí parte de su
denuncia:
"Soy el Dr. Ricardo H. Nieto Contreras,
médico general por 30 años y con 10 especialidades en medicina
alternativa o naturista, con lo que, gracias a Dios, nos ha ido muy bien
con tres consultorios a mi cargo y empresario independiente registrado
Amway de México durante 12 años. Aunque gozo de un éxito parcial debido a
las continuas interrupciones (falsas demandas, amenazas, extorsiones,
difamaciones, etc.) por cuestiones del narcotráfico y la política, como
más adelante lo explicaré.
No es mi intención herir
susceptibilidades, sinceramente, sólo quiero exponer mis reales y
valederos motivos de por qué uno de los contendientes a la presidencia
de México es el peor de los candidatos. Me refiero a Enrique Peña Nieto.
El 3 de mayo del 2006 se cometió una masacre más en contra del pueblo mexicano en San Mateo Atenco
muy parecida a Acteal. En esta fecha fatídica mi hermano, el Lic. René
Hilario Nieto C., era secretario del juez federal Juan Pedro Contreras
en La Palma, Almoloya, (penal de máxima seguridad) en Toluca, Estado de
México. Al mes, mi hermano fue ascendido como juez federal.
El 17 agosto del 2006, tuvimos la amarga experiencia de perderlo. Fue acribillado a los dos meses de ser juez federal en Almoloya de Juárez, La Palma, Toluca, Cuarto de lo Penal de Alta Seguridad del Estado.
Enrique Peña Nieto era gobernador del
Estado de México (afortunadamente no pertenecemos a esa nefasta
familia). Durante su período fue el estado que más narco ejecuciones
contra jueces hubo, así como feminicidios, secuestros, asaltos,
extorsiones. Han apresado a personas que, nosotros bien sabemos, tan
sólo han sido “chivos expiatorios”.
Los verdaderos criminales están en altos
puestos de Seguridad del Estado de México como son los narcotraficantes
Wilfrido Robledo Madrid, Aurelio Vargas, Genaro García Luna, entre
otros.
También quiero nombrar a Eduardo Medina
Mora y Alberto Bazbaz, quien en ese entonces, éste último siendo
Secretario de Seguridad Pública, fue premiado con la Procuraduría del
Estado de México por asesinar campesinos y jueces del caso de Atenco. Es
decir, lo premiaron por “tapadera” de los narcotraficantes Carlos
Salinas de Gortari, Arturo Montiel, Enrique Peña Nieto y el actual
Eruviel Ávila, así como del Obispo de Ecatepec Onésimo Zepeda.
Mi hermano, Lic. René Hilario Nieto
Contreras, durante los dos meses que estuvo en el cargo recibió
múltiples amenazas de muerte, contra él y contra el resto de nosotros,
su familia, por no plegarse a los deseos de los narcopolíticos. Fue
acribillado porque le tocaba dar sentencia definitoria (Cuarto de lo
Penal Federal) a la gente detenida (campesinos) de Santiago Atenco (Peña
Nieto “ordenó” que exagerara sus delitos para aumentar la penalidad) y
que ayudara (con penas más cortas) a más de cien delincuentes
profesionales como Arturo Pliego Fuentes “El Súper Policía”, Daniel
Arizmendi “el Mocha orejas”, Ramón Alcides Magaña “el Metro”, a Oziel
Cárdenas Guillén del grupo de los Arellano Félix.
Otros delincuentes, conjuntamente con
Enrique Peña Nieto, le ofrecieron grandes sobornos para que les ayudara
en sus casos. Hablo de millones de pesos, residencias suntuosas,
vacaciones lujosas con todo pagado. Pero nunca intentó torcer la ley
porque nuestros valores familiares son que la justicia prevalezca a toda
costa.
Me dijo mi hermano días antes de su
muerte, con mucha tristeza en sus ojos, en su corazón y en su alma, que
de someterse se esclavizaría toda su vida o sería abatido por bandas
contrarias. Que a México y a los mexicanos “ya nos llevó el tren” porque
un número importante de los funcionarios públicos en su entorno estaban
coludidos con los narco políticos.
Me reservo muchos de los nombres que él
mencionó, porque de ello depende mi integridad física y la de mi familia
y para no entorpecer la investigación desde otros países y en cauces
legales.
De acuerdo a mis investigaciones
personales en las que he invertido fortísimas cantidades de dinero
(tanto en investigaciones como en protección) producto de mi trabajo, y
de andarme escondiendo y disfrazando por las múltiples amenazas de
muerte, de falsas difamaciones y demandas interpuestas en contra de mi
profesión y mi persona, tengo una larga lista de más de 50 personas que
se involucraron directa o indirectamente con la muerte de mi hermano.
No me causa temor, ya los conozco, y en
caso de que atenten contra mi familia o mi persona ya están pagados la
mayoría (así funcionan las cosas en México).
Tengo suficientes datos de ellos y de
sus “familias” para proceder, pero será por decencia que espero que la
Justicia llegue, con las pruebas aportadas a Amnistía Internacional y a
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Quiero mencionar que poco a poco, varios
de los involucrados, han ido cayendo en prisión o han sido víctimas de
narcoejecuciones políticas. Duele también porque nunca desearía la
muerte de un semejante bajo ningún motivo y esa no es la justicia que
fortalece al país.
Estas experiencias jamás me han
doblegado porque hay lados positivos de todas las experiencias por muy
negativas que sean: tuve que aprender de leyes en la práctica para poder
ganar las seis falsas demandas que me interpusieron y la verdad se
impuso. Aprendí a conocer cuáles eran mis verdaderos amigos y porqué
muchos me dieron la espalda ¡aun siendo vecinos!
Me di cuenta que el 78% de los
licenciados en Derecho operan con títulos falsos en todo México. Me di
cuenta del gran alcance y dominio que tienen estos narcotraficantes,
porque me encuentro a ocho horas por carretera de la ciudad de Toluca.
Me di cuenta del divorcio total que hay entre las leyes estatales y
federales, y que las leyes están hechas para proteger al poderoso. Me di
cuenta que la bandera de los narcopolíticos siempre será napoleónica
(“divide y vencerás”), y que su objetivo es “vender la patria” para su
enriquecimiento personal.
El narco juez federal Juan Pedro
Contreras, que fungió como jefe mediato de mi hermano René Hilario
Nieto, le negó protección. Cuando mi hermano le pidió escoltas y
vehículos blindados para su protección personal por las frecuentes
amenazas que estaba recibiendo, él sólo le contestó: “¿¡Qué! A dos meses
de tu cargo ya tienes miedo!?”.
No era miedo, conocí a mi hermano
profundamente y era un hombre muy valiente. Era su instinto de
protección para con sus hijos, mis adorados sobrinos, y su esposa.
Sospechosamente, este narcojuez le negó protección (lo necesitaba
indefenso) y fue el primero en enterarse del suceso. Fue también el
primero en presentarse a la escena del crimen, cuando era un asunto que
no le competía directamente. ¿Acaso iba a hacer un peritaje? ¡Solo
apareció para constatar que estaba muerto y reportarlo a sus narcos
superiores!
Por lo anterior, hago responsable
directo a Enrique Peña Nieto, actual candidato del PRI a la presidencia
de México, en caso de que se atente contra mí, contra mis familiares y
bienes, o ante cualquier acto delictivo, lesiones, secuestro, “siembra”
de narcóticos o cualquier o delito que se nos impute, o acto fuera de la
ley que dañe nuestro libre derecho a la vida, a la libertad, a la
integridad, a la expresión y al proceso de esta indagatoria, en
exigencia de la justicia para el crimen contra el juez federal René
Hilario Nieto Contreras."
La averiguación previa a la que no se dio seguimiento PGR/MEX/TOL/ V/790/2006.
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