Laura Bolaños Cadena
Ejército y Marina violan derechos y garantías fundamentales de los ciudadanos, reconoció Felipe Calderón, pero poquito. Las quejas son exageradas, por lo tanto. Levantones, torturas, desapariciones, muertos por retenes en carreteras y otras quejas son nada en comparación con los inmensos beneficios que nos está trayendo la genial estrategia del señor de Los Pinos. A partir de 2006, cuando el máximo comandante de las fuerzas armadas, en un gesto supremo de valor, se lanzó a combatir a la delincuencia organizada, gozamos de paz y seguridad como nunca antes. El narcotráfico se ha reducido a su mínima expresión, la mejor prueba es que ahora el crimen organizado se dedica a cometer otros ilícitos como secuestro, extorsión y trata de personas, lo que prueba que el tráfico de drogas ilícitas se volvió improductivo. Por fin podemos respirar tranquilos. De paso el consumo de estupefacientes ya casi no existe en los Estados Unidos. Buen trabajo, Felipe.
Pero…se infiltran en las elecciones
Con el valor que lo caracteriza, Calderón se ha atrevido a denunciar lo que todos callan. Derrotados en toda línea los narcos reaparecen en el campo electoral. Así nos lo ha hecho saber. Se vengaron de la felpa que les ha puesto haciendo que su hermana perdiera las elecciones en Michoacán. No es que dudemos de su palabra, bastante ha probado FC en el transcurso de su sexenio que sabe cumplir sus promesas electorales, sobre todo en lo referente a la economía y al empleo, pero por un prurito legal elemental le pedimos que aporte algunas pruebas de su dicho, porque el almirante secretario de Marina, Mariano Francisco Saynez Mendoza, al parecer sí duda de su palabra. Justo en el caso de Michoacán sostiene no tener pruebas de la presencia del narco en los comicios.
Ataque frontal a defensores de derechos humanos
Al reciente asesinato del activista Nepomuceno Moreno se han añadido otros asesinatos y atentados contra defensores de los derechos humanos, ecologistas y participantes en movimientos cívicos, así como muertes harto sospechosas de activistas detenidos en cárceles haciéndolas aparecer como “suicidios”. Varios centenares de organizaciones civiles publicaron un desplegado declarando Emergencia Nacional ante el ataque frontal a defensoras y defensores de derechos humanos, en el marco del 10 de diciembre, Día Internacional dedicado a la lucha por estos derechos. Señalan tanto al crimen organizado como al Estado mexicano por acciones y omisiones. 27 activistas han sido asesinados y 60 detenidos ilegalmente entre 2005 y 2011. Entre agresiones y obstaculización a los defensores, la Oficina de la Alta Comisionada de ONU para los Derechos Humanos documenta 128 casos.
De los asesinatos más notables se cuenta a Marisela Escobedo, Josefina Reyes Salazar, su hermano Rubén Reyes, Elías Reyes, Malena Reyes y Luis Ornelas Soto, todos familiares de Josefina. Por estos días, Trinidad de la Cruz, Pedro Leyva, el citado Moreno, y el atentado contra Norma Andrade, fundadora de la organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa, madre de una joven víctima de feminicidio. Norma resultó herida de gravedad. Llaman la atención que varios de estos activistas han sido asesinados por pedir justicia por los crímenes contra sus hijos. El campesino ecologista Joel Santana Villa, detenido en el Cereso de Tuxpan, municipio de Iguala, Gro., “se suicidó”, según el secretario de Seguridad Pública, a pesar de que al día siguiente de su muerte, el procurador de Justicia de Guerrero afirmó que fue envenenado.
Hasta ahora no hay indagatorias por medio de las cuales se haya encontrado a los delincuentes y se haga justicia. El asesino de la hija de Marisela Escobedo fue sujeto a juicio, condenado a compurgar cárcel por comprobarse su culpa, que además confesó. Por extrañas razones fue puesto en libertad. Se repuso el procedimiento y se le dictó un nuevo auto de formal prisión, pero el angelito tuvo todo el tiempo y la manera de fugarse. Y Marisela, la madre de la víctima, pagó con su vida la exigencia de justicia. Fue asesinada frente al propio Palacio de Gobierno cuando colocaba una manta denunciando la impunidad del asesino.
El pasado 18 de abril el joven médico Jorge Otilio Cantú fue asesinado en Monterrey, N.L., por militares que le dispararon por detrás a la camioneta donde viajaba rumbo a su trabajo. Investigaciones de la CNDH detallan que recibió al menos un disparo a corta distancia cuando aún estaba vivo y a pesar de que en ningún momento presentó resistencia.
Chispitas
Un twitero, @luigiadamo, pregunta: ¿Por qué (nuestras autoridades) son tan inteligentes para agarrar a los Kadafi pero no para investigar los crímenes contra activistas muertos?
Un diputado del PRD le recomendó a Peña Nieto “menos look y más book”.
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