lunes, 5 de diciembre de 2011

'El copetes' hermana a las finas 'plumotas'

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Fuente
Peña Nieto hermana al fina Fuentes y Krauze
Héctor Palacio

En agosto de 2010, -en “Enrique Krauze, el mesías de mismo…”-, preocupado por la ruptura de la “familia cultural”, hice un llamado al abrazo fraternal de las letras mexicanas, al apretujón entre Enrique Krauze y Carlos Fuentes. Hoy, con La silla del águila o El águila ensillada o La silla aguileña de Carlos Krauze o Enrique Fuentes, así como con el libro de “las mentiras sobre el libro de este libro” y otros que le gustan harto, entre ellos algunas telenovelas, el candidato presidencial del PRI ha logrado al fin ese maridaje. Le ha añadido, además, un tinte muy krauziano al señalar entre sus textos fundamentales (bueno, no tanto, aunque , pero no, aunque le guste bastante pero poco…; Cantinflas vive), la Biblia, bueno, sólo algunos pasajes, pero no muchos… Aunque no sepa cuáles, porque cuando lee le da por no acordarse de títulos de libros o de autores de títulos o libros de autores o… Aquí lo que escribí por entonces:

“Nada sería más extraordinario que presenciar al fin el fraternal abrazo de las letras mexicanas…

…ese abrazo de oso tronador de costillas, ese sincero apretón de manos de la literatura mexicana actual, el estrujón, finalmente, entre Charles Fuentes y Kike Krauze Kleinbort. Admitiendo que éste, en sus escritos, ha hecho más literaturabuena o mala, el tiempo lo dirá- que historia, su profesión oficial, alcanzando con ello el ideal que Carlos Fuentes, pese a todo, no ha logrado más que acariciar con la pluma: El ideal de que la novela latinoamericana construye la verdadera historia de sus respectivos países, no la historia oficial ni sus historiadores. Vaya contradicción. Fuentes siempre ha deseado edificar la historia (y también la Historia) a través de sus novelas; y ha defendido constante y férreamente, en cuanta conferencia y simposio se presenta, dicha tesis (léase Geografía de la novela si se quiere). Krauze ha adornado la pluma con artilugios contiguos al barroco, ha hecho uso profuso del adjetivo, ha igualmente en cada frase aspirado al aforismo con el fin de crear no sólo historia objetiva, su trabajo, también buena prosa; con tal ambición, ha dado ya al público sendas novelas con la engañosa carátula de libros de historia o ensayo histórico.


Si la contradicción los desune y los une. Si sus anhelos discordantes convergen en un redondo trabajo de equipo. Si juntas sus obras nos proporcionan el conocimiento y el placer de la literatura y la historia mexicana a un tiempo, con el goce asombroso, además, de no saber, cuando leemos sus textos, si de historia o novela se trata. ¡Ante qué soberbia combinación y condición de estética felicidad estamos! ¿Cuántos países pueden vanagloriarse de ello, de tener a un tiempo a un novelista historiador y a un historiador novelista? ¿Y se dice que no hay patriarcas de la literatura en México? Aquí estamos ante dos en uno, o el uno que se vuelve dos: El insondable suspiro del filósofo: Volver al Uno original. Las letras mexicanas, en circunstancias de cristalina geográfica libertad, lo han concebido: el patriarca, el numen, el tótem, el tipo, el paradigma: el Novelista-Historiador, el Historiador-Novelista que ha creado y desarrollado a la perfección un nuevo género literario: La Novehistoria o la Historianove o la historia de novela, que es lo mismo; la mejor ficción posible. Y para mayor disfrute por los todos tiempos, no sabemos, de esa imbricación, quién es quién -¿quién el historiador, quién el novelista?, se preguntan los extraños-, aunque lo sospechemos. Esta peculiaridad hace sin duda que la imaginación vuele y nuestras letras gocen de la dichosa cabal salud de que siempre hablan los literatos y literatas y literas.”.

Gracias al talento del candidato del vetusto PRI, quien amenaza con superar el gusto literario y la estética de Vicente Fox, este anhelado propósito cumple su fin y el autor referido por Peña Nieto, Carlos Enrique Fuentes Krauze, está feliz por el aumento de las ventas.

P.D. Liga al texto original: http://hectorpalacio.blogspot.com/2011/07/enrique-krauze-kleinbort-el-mesias-de_08.html

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