Editorial
¡El colmo!
El que en todos los foros y tonos posibles Felipe Calderón conmine a la
sociedad a que se una a su anticonstitucional guerra contra el
narcotráfico, es verdaderamente incalificable.
Y no solo porque al pedirlo hace un llamado a los ciudadanos a que no
respeten las Leyes, es decir, a la desobediencia, pues aunque se diga de
palabra que vivimos en un Estado de Derecho, lo cierto es que las
actitudes y los hechos dicen todo lo contrario.
Pero el asunto no nada más queda ahí, en violar las Leyes y pasarse por
el arco del triunfo la Constitución, sino que, encima de todo, de la
manera más cínica el Lic. Calderón se burla del Poder Judicial; y por
ende de la República.
Como hace unos días públicamente lo hizo en Sonora, cuando al sátrapa
Gobernador panista Guillermo Padrés Elías, textualmente le dijo: “Vamos a
darle recio al acueducto” (al acueducto “Independencia”)
A pesar de que el Gobierno del Estado ha perdido varios amparos, el
último el 3 de noviembre pasado, cuando el Juez décimo de Distrito con
sede en Hermosillo, ordenó detener la construcción del citado Acueducto,
que dejará a los agricultores del Valle del Yaqui sin agua.
Y por consiguiente condenando al fértil Valle, y a sus habitantes, a la desaparición. Lo que eso sí bien podría calificarse como un verdadero genocidio…
Pues la tribu vive, no de los temporales, sino del agua que reciben por
riego de la Presa de la Angostura, que es surtida por el Río Yaqui; y
que ahora quieren desviar hacia las ciudades, principalmente hacia
Hermosillo.
Lo más curioso del asunto (perverso, sería mejor calificado) no es que
con semejante acción de desaparecer la agricultura en el Valle, lo que
nos llevará a depender aún más de los EEUU que son quienes nos venden ya
hasta el 80% de los alimentos que consumimos los mexicanos…
Sino que el Gobierno federal ha dictaminado, por medio del INAH, que la Tribu Yaqui ¡NO EXISTE! y
por consiguiente no pueden alegar en su favor que se cumpla el decreto
presidencial emitido por el General Lázaro Cárdenas que ordena se les
entregue el 50 % del agua de la citada Presa de la Angostura.
Pero a pesar de que don Felipe y sus secuaces cometen impunemente
desacato a los fallos del Poder Judicial, todavía se atreve el Titular
del Ejecutivo a pedirles a los ciudadanos que lo apoyen, y declara que
hasta el último día de su mandato continuará con su irracional guerra.
Y agrega, por si lo anterior no fuera suficiente: “que están
rotundamente equivocados quienes se oponen a que se siga combatiendo al
narcotráfico”. ¡El colmo!
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