¡¡Exijamos lo Imposible!!
Impotencia
Felipe Calderón se encuentra perdido en el laberinto de su “guerra” contra el narcotráfico / Pasó de una irracional valentía al disfrazarse de militar, a la frustración en unos cuantos meses, hasta llegar 4 años después a la abierta desesperación que lo invade y agobia al acercarse el inexorable fin de su gestión ilegítima / Repliegue daría “licencia para matar” a los criminales, dice Calderón / Envía al Senado lesivas leyes hechas al vapor
MEXICO, D.F., 15 de abril (Lilia Arellano/ESTADO de los Estados).- Tras declarar la “guerra al narco” en marzo de 2006, Felipe Calderón Hinojosa pasó de una inicial e irracional valentía al disfrazarse de militar, a la frustración en unos cuantos meses, hasta llegar cuatro años después a la abierta desesperación que lo invade y agobia al acercarse irremediablemente el fin legal de su fallida gestión, lo que lo empuja a actuar a tontas y locas para salvar su pellejo político. El “¡ya basta!.... ¡ya estamos hasta la madre!” de la sociedad mexicana en las últimas semanas ante el genocidio y la pobreza en que sumió al país, y los ataques de los dirigentes políticos de oposición que explotan fácilmente esa situación, lo ha llevado a culpar a los demás de todos sus errores: a los ciudadanos, a los gobiernos estatales, a los legisladores y a los políticos que no están de acuerdo con su malograda administración; a fabricar iniciativas de ley como si se tratara de volantes de propaganda, sin el menor conocimiento del Derecho Constitucional; y a establecer una estrategia mediática totalmente irrelevante ante la magnitud de su fracaso.
Los consultores en propaganda política a su servicio se encuentran ante un caso perdido, no obstante le aconsejaron revertir el contundente efecto en la opinión pública del “¡ya basta!” ondeado por padres lastimados por la ejecución de sus hijos, como el destacado caso del retoño del poeta Javier Sicilia entre muchos miles más, echándole la culpa a todos los demás y, así, Calderón volvió a salir ante los micrófonos y cámaras de televisión a leer ese inútil guión mediático y declarar primero “¡ya basta… a los criminales!” y ahora “¡ya basta… a políticos de doble discurso!”, frases de marketing político que no resuelven nada ni convencen a nadie, ni siquiera en el manipulado público del círculo cercano al inquilino de Los Pinos. La respuesta al dirigente nacional del PRI, Humberto Moreira, quien ya se lo agarró de cliente y lo exhortó a “pedir perdón a los mexicanos por ser un impostor y declararse incompetente para resolver los problemas de inseguridad y pobreza”, se ubica en ese contexto.
En la reunión que tuvo este viernes en la residencia oficial para tomar protesta a los dirigentes de la Cámara Nacional de Autotransportes de Carga, Calderón llamó a la sociedad a decir “ya basta… pero a las autoridades y políticos que usan un doble discurso para no cumplir su labor y a quienes aprovechan el dolor de las víctimas”; reiteró que no cambiará ni un ápice su fallida estrategia al anunciar que se reforzará la presencia del Ejército en el noroeste del país (Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y San Luis Potosí, todos estados priístas por cierto) al llamar “ingenuos” a quienes piden el repliegue de las fuerzas federales porque hacerlo, dijo, implicaría dar “licencia para matar” a los criminales; al declarar que no doblará las manos ni negociará con criminales; y al culpar ahora a las autoridades estatales y municipales de “apatía e inacción” en el combate al crimen organizado. Tantas acciones desesperadas en las que destaca su rechazo a claudicar, negociar o cerrar los ojos ante el crimen, y más aún “dejar hacer o dejar pasar, para que la violencia desaparezca”, no pueden ser obra de un solo sujeto fuera de sus cabales sino que tienen que ser producto de un equipo de asesores que no encuentra la cuadratura al círculo calderonista.
LESIVAS LEYES AL VAPOR
Los actos desesperados no pararon ahí, pues también se prolongaron al ámbito legislativo: a quince días de que concluya el periodo ordinario de sesiones, Calderón envió una iniciativa al Senado de la República ¡para castigar penalmente a quienes –premeditadamente o no— ayuden a los miembros del crimen organizado y narcotráfico!, así como para intentar sancionar a los bancos, a los que se les compruebe el “lavado del dinero” del narcotráfico. La propuesta que apareció publicada el viernes en la Gaceta Legislativa, se encamina a crear nuevos delitos en el Código Penal Federal, el de la “confabulación” y el de la “facilitación delictiva”, con lo que pretende que los informantes de los narcotraficantes, conocidos vulgarmente como “halcones”, entre otros, sean sancionados al mismo nivel de quienes participan directamente en el lugar de los hechos. Asimismo, la figura del “injusto colectivo” abre la posibilidad de señalar penalmente a quienes “de alguna forma participan o se benefician” de los ilícitos del colectivo. ¿Cómo se podría primero comprobar y luego castigar esos delitos sacados de la chistera de un mago? ¿O se trata simplemente de arriar parejo con todos aquellos que no estén de acuerdo con la vocecita del inquilino de Los Pinos y su testaferro en la Secretaría de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna?
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