Hillary Clinton viene apoya los embustes del gobierno federal
H. E. Cavazos Arózqueta
25 de Enero, 2011
Creo que la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, no sabe que los testículos del titular del Poder Ejecutivo son para procrear, no para otra cosa, que las nalgas de este último son para sentarse, tampoco, para otra cosa. Y es que, carajo, vino a México a darle un espaldarazo a la empresa bélica e inútil de acabar con el crimen organizado. ¿De verdad considera la esposa del ex presidente de Estados Unidos que la "guerra" de Felipe Calderón contra el "narco" se ha estado realizando de manera correcta?; ¿o lo que de verdad desea es que se mantenga esta crisis social para que su país intervenga como lo hizo en Colombia?
Me cuesta trabajo creerle a la Sra. Clinton. Se filtra un cable de Wikileaks cuyo contenido versa en la preocupación de la secretaria de Estado a causa del estrés que manejaba Calderón y su forma errónea de gobernar. Ahora viene, se llama "fan" de éste y, por último, nos sale a todos con la misma, y perdónenme el lenguaje soez, mamada de que "le vamos ganando la guerra al narco". Esa mentira ya se la oímos al jefe del Ejecutivo Federal. ¿Teníamos que volverla a oír? Pues ya la oímos nuevamente. Ahora sólo nos queda decirle a ese par de políticos: ¡no mamen!
También debemos informarle a la quizá demócrata, que aquí en México seguimos siendo, a duras penas, pero seguimos siendo soberanos. Y aquí aunque se prostituya mucho en política, nuestra soberanía no se vende. Porque ésta radica en el pueblo, no en el gobierno. A esta tierra no entran.
Veo a una Hillary Clinton ávida de ingresar a México con su ejército. La funcionaria del país que más derechos humanos ha violado después de la Alemania Nazi y la Unión Soviética de Stalin quiere penetrar de forma imperialista a México. Estados Unidos acostumbra hacerlo. Ya lo hizo en Panamá, en Colombia, en Afganistán, en Irak. Y no olvidemos Vietnam, Corea, Bosnia. Tal vez esté exagerando. Prefiero exagerar que ignorar este problema. Yo, como sabrán, solamente pretendo crear conciencia.
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