Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
• De cuándo acá…
Toda vez que el delincuente menos buscado de nuestro México ha vuelto a reaparecer después de su glamorosa y mediática “aparición”, con rosas y toda la cosa…
Tratando de analizar el comunicado de los “Misteriosos Desaparecedores” en donde dan cuenta del impúdico cinismo con el que han rodeado a la persona de Diego Fernández de Cevallos, momentáneamente desplazado por Kalimba…
Cada vez me convenzo más de que todo ha sido una trama pésimamente realizada y ridículamente interpretada por los actores que han intervenido en ella…
Sobre todo la del Protagonista, que en actuación mereciera no un Oscar, sino un zapatazo tipo Bush; pues con lo estirado que es, seguramente que no podría interpretar ni a Santa Claus (y eso que la barba es de primera, hay que reconocerlo)…
El encuentro con la novia después de tantos meses, y la entrega del ramo de rosas, más el recibimiento de la honorable prensa nacional que lo iba siguiendo en su Mercedes Benz, hubiera sido sobreactuado hasta para Laura, hoy de Televisa…
El que antes haya pasado con el peluquero y que no se viera ni siquiera demacrado, sino más bien como que de buen color y hasta repuesto, podría justificarse diciendo que los malosos lo tuvieron a la intemperie y le echaban de comer con el perro al que le robaba su ración (ha robado a tantos, que robarle su comida a un perro sería perfectamente creíble)…
Pero lo que sí ya no encaja por ningún lado, es que el sujeto de marras, siempre tan “valiente” y arrogante y templado, les haya pedido clemencia y rogado hasta por escrito por su vida…
Pues ¿de cuándo acá? los secuestradores, sean misteriosos o conocidos, pactan con las víctimas sus vidas sin que se les de nada a cambio…
Pero hay más…
Para qué les puede servir a los “Misteriosos” la firma del delincuente; y qué fue lo que el tal Diego les ofreció a cambio…
Porque el sentido común y la sobrada experiencia dice que si no les cumple a los malosos, no lo van a demandar ante los tribunales, sino que lo volverían a secuestrar, o a eliminar…
Por eso y por mucho más (como dice la canción que invita a pasar la Navidad en su casa) es que el secuestro del delincuente tiene todos los tintes de ser una simulación más…
Pero en caso de que hubiera sido cierto, pero mal actuado y mal dirigido (tipo Genaro Produccions) la Justicia mexicana no debe ni siquiera intentar localizar o perseguir a los que se llevaron al “Jefe” Diego…
Pues sería tanto como olvidar que “Ladrón que roba ladrón…
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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