¡¡Exijamos lo Imposible!!
Obama y Fecal, mancuerna fascista
550 mmd para apoyar la guerra contra el narco
Gilberto Balam Pereira
Hay mucho repudio de colegas sobre la indeseable visita de Hillary Clinton al país.
La guerra inmunda y genocida desatada por el gobierno de Fecal contra el narcotráfico, ha levantado olas de protesta por la gran intensidad que ha alcanzado y que ha cobrado un elevado número de víctimas inocentes.
Mientras en México y otros países se sigue expresando la condena a esta sangrienta, fallida e inútil estrategia para combatir el poderoso narcotráfico, el imperio belicista norteamericano nos manda a su representante Hillary Clinton con la billetera pletórica de ¡500 millones de dólares! para profundizar la matanza entre mexicanos, incluyendo al Ejército y la Marina cuyos integrantes son carne de cañón utilizada por ambos gobiernos, para impulsar una guerra más como las que nos tiene acostumbrados la nación más terrorista del mundo, EU.
La desfachatez de la visita de Hillary Clinton tiene el significado de:
1.- Violación a la soberanía del país, o sea…
2.- Involucramiento en las decisiones políticas y económicas del ilegítimo gobierno mexicano.
3.- El conocimiento de que la táctica de esta guerra es la vía equivocada para desarrollar la economía y el bienestar de los mexicanos.
4.- Hillary Clinton calla sobre la inexistencia de programas que no se llevan a cabo en su país para disminuir la drogadicción, en una enorme población enferma que constituye el principal mercado de la droga a través de nuestra frontera.
5.- Tampoco se sabe que exista algún interés en investigar y penalizar a los grandes capos que manejan la distribución de todo tipo de droga al interior de los EU.
6.- No obstante, las lamentaciones hipócritas de los estadounidenses por la grave agresión sufrida por una de sus legisladoras, ni población ni gobierno de Obama se pronuncian por una ley de control y prohibición del intenso y legal comercio de armas de todos los calibres entre sus ciudadanos.
-En general, se trata de una enajenante entrega de nuestra soberanía al gobierno vecino, una vez más, como ha ocurrido tradicionalmente también con los gobiernos priístas.
La cifra de muertos que por consecuencia acarreará la intensidad de la lucha armada en cuestión, a partir de la inyección de dólares al régimen de FeCal, a ninguno de estos dos gobiernos importa. Ni la baja de soldados, marinos, ciudadanos comunes, y por consiguiente ni cabecillas ni sus empleados sicarios y sus familias inocentes, mexicanos todos, a nadie tampoco interesa. Ahora los jóvenes en prácticas deportivas, de estudio o de distracción, son objeto de homicidio colectivo por parte de los sicarios, dando como única explicación el gobierno sobre estos hechos, de que “se trata de rivalidades entre pandillas juveniles”. ¡Qué tal! Así de fácil.
Por supuesto que ningún ciudadano cree en los cantos de sirena demagógicos y por demás falsos, sobre el cuento de que la economía mexicana está en vías de recuperación y que se mantiene al alza la elevación del número de empleos.
Observamos que precisamente en los estados con economías más desarrolladas como los del Norte, sean los escenarios donde han sentado sus reales los narcotraficantes, colapsando con ello el movimiento comercial y el empleo de esos lugares. En Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila, Chihuahua, Sonora, Durango y Sinaloa las pequeñas, medianas y grandes inversiones las han reventado gobierno y narcos, y se han visto forzadas a transitar al extranjero por medidas de seguridad, repercutiendo con ello en el aumento de la pobreza en el país.
Este es el triste panorama que sufre “de profundis” el pueblo mexicano y que ahora viene a exacerbar el imperio del Norte a través de su cuadro Hillary Clinton.
Ya desde hace mucho, las agencias de seguridad de los EU acostumbran interrogar en nuestro país a indocumentados o supuestos delincuentes que en su mayoría son inocentes, con la complacencia del gobierno mexicano, en agravio de nuestra soberanía. Y este es sólo un ejemplo de violación y de entrega ciega de nuestro país al extranjero. Y esta desvergüenza no es exclusiva de los gobiernos panistas de diez años, sino también de toda la historia de los priístas. Los cables de WikiLeaks dan cuenta de esta proclividad a la traición de nuestros gobiernos, como bien nos recuerda el Prof. Pedro Echeverría. Así como también de que “el periódico español El País hizo públicas otras cartas de la diplomacia estadounidense en las que el Ejecutivo mexicano solicitó ayuda al gobierno de Washington para apaciguar la situación de violencia en Ciudad Juárez, Chihuahua”.
El mismo Prof. Echeverría agrega:
“Los gobiernos del PRI de los setenta, de los sesenta, de los cincuenta y más atrás, no eran tan abyectos porque por lo menos conservaban el discurso del llamado “nacionalismo revolucionario mexicano” que servía para engañar a las masas, pero también para presionar un poco a los yanquis.
Era distinto “el PRI de los setenta” -como calificaban los salinistas y panistas a Cárdenas, Muñoz Ledo y López Obrador- al PRI del neoliberalismo que le abrió las puertas a la derecha panista entregándose totalmente a los brazos de Reagan, Bush, Clinton, Bush 2 y Obama. El entreguismo total de Calderón es herencia de hace casi tres décadas que seguro continuará (si queda, digo yo), con Peña Nieto…”
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