¡¡Exijamos lo Imposible!!
Absoluta concentración
Ricardo Andrade Jardí
La carente imaginación de la telecracia no puede hablar de otra cosa que no sea de dictarle línea a “Los Chuchos” de cómo debe ser el PRD, que esa tribu ha usurpado, mientras sigue intentando desprestigiar a AMLO, que por otro lado se desprestigia sólo por el hecho de seguir militando en un partido que no es más que el micro cosmos de todo aquello que le robó la elección presidencial del 2006 y el cual empieza a ser una carga para la lucha del movimiento social nacido a partir del fraude electoral e indiscutiblemente fortalecido por una política criminal y mentirosa ejercida desde el desgobierno de la usurpación.
Ricardo Andrade Jardí
La carente imaginación de la telecracia no puede hablar de otra cosa que no sea de dictarle línea a “Los Chuchos” de cómo debe ser el PRD, que esa tribu ha usurpado, mientras sigue intentando desprestigiar a AMLO, que por otro lado se desprestigia sólo por el hecho de seguir militando en un partido que no es más que el micro cosmos de todo aquello que le robó la elección presidencial del 2006 y el cual empieza a ser una carga para la lucha del movimiento social nacido a partir del fraude electoral e indiscutiblemente fortalecido por una política criminal y mentirosa ejercida desde el desgobierno de la usurpación.
Los intentos de la telecracia por hacer de la “izquierda institucional” un partido bodoque que sirva para justificar la decadencia política de un sistema que se reparte el dinero público entre una pandilla de cretinos, al tiempo que el crimen organizado (en su mayoría desde el corazón mismo de las instituciones) cobra altísimas cuotas (en vidas humanas) en su lucha por el control de la distribución de droga que es, a fin de cuentas, por el control político y económico de un narcoestado al servicio de los intereses del vecino imperial.
Si el PRD usurpado por “Los Chuchos” quiere ser un modelito a modo de la telecracia, es y debe ser ya un asunto de “Los Chuchos”, quienes han renunciado a su imaginario ideológico (si es que lo tuvieron alguna vez). Están agotados “Los Chuchos” y no son más que el producto de subjetividades enajenadas que “creen” o dicen creer en la absurda idea de conquistar el poder (al cual no aspiran pues es más cómodo vivir de las limosnas y chantajes que los grupos de poder les ofrecen) a través de las urnas, en un país donde lo único que se conquista en las urnas es la legitimación de la impunidad y la corrupción como reglas de la mentada “Democracia Corporation S.A.”. Lo que en el fondo saben y por eso han aprendido a ponerle precio a sus “posiciones”, que es a fin de cuentas lo único que les importa. El confort que la mediocridad desideológica les genera. Mientras “Los Chuchos” usurpan el PRD para hacer de ese partido la “izquierda” de Fecal, el país es rehén de carteles y bandas de la delincuencia organizada (conviene recordar que la organizada delincuencia lo hace desde hace 25 años lo menos desde el interior de las tan mentadas instituciones de la “democracia”) que pugnan por llenar el vacío de poder que la imposición de la tele-empresarial no pudo llenar, dado que “caballerito usurpador” no tuvo ni tiene el tamaño para concretar dicha tarea. Hasta para ser un cretino hay que tener percha y el amigo de las moscas carece incluso de eso.
Y es ahí donde el movimiento de resistencia civil pacífica debe entender que toda relación con el PRD de los usurpadores “Chuchos” será para seguir proporcionándole argumentos a la telecracia (verdadero poder de facto) para desvirtuar las legítimas luchas sociales del pueblo de México, de las que hay que recordar que han nacido las más nobles conquistas sociales, hoy tan olvidadas por los usurpadores “Chuchos” y por los prianistas: como el derecho a la seguridad social, el contrato colectivo, el derecho al voto de las mujeres, el estado laico, la educación pública y gratuita, la posesión del estado sobre los recursos energéticos, entre tantos otros, que si bien son derechos que las corrompidas instituciones ya no garantizan, fueron y volverán a ser conquistas de la lucha social y no de las urnas oligarcas que sólo han servido para envilecer a gobernantes y gobernados.
Las situación de riesgo máximo en la que hoy se encuentra el país requiere de absoluta concentración del movimiento social para impedir los atracos “estratégicos” que la derecha neofascista intenta imponer en México. No hay tiempo que perder en pugnas estúpidas de un partido político que demostró su absoluta decadencia desde el día en que votó a favor de la Ley Televisa y abrió las puertas traseras del Palacio Legislativo para que en un acto vergonzoso Fecal se autonombrara presidente de la administración de los intereses trasnacionales, con la interesada y valiosísima ayuda de la aburrida telecracia.
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