¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
El principal reto inaplazable este año
Guillermo Fabela Quiñones
Apuntes
El restablecimiento del Estado de derecho es el principal compromiso de
los mexicanos este año que apenas arrancó. Se trata de un reto
inaplazable, pues de lograrlo dependerá que México tenga posibilidades
de un futuro menos ominoso. Sin embargo, es muy difícil dar pasos en esa
dirección, luego de la dramática descomposición del sistema político en
su totalidad, cada vez más generalizada. La recuperación de Los Pinos
por el PRI hace un año, lejos de abrir posibilidades de cambios
positivos, las alejó luego de un “triunfo” electoral conseguido a base
de viejas y nuevas artimañas en las urnas.
Transcurrió ya el primer año del “nuevo” priísmo en el poder, lapso que
permitió afianzar la convicción de que cada vez nos alejamos de ser una
sociedad democrática, donde el Estado de derecho sea una realidad
incuestionable. A la oligarquía no le interesa tal preocupación, sino
tan sólo que las condiciones prevalecientes sigan incólumes, en su
exclusivo beneficio. Para ello apoya a las camarillas que le garantizan
la permanencia y acrecentamiento de privilegios, tanto a nivel federal
como en los estados. De ahí que la nación sea en este momento un Estado
sin derecho.
La situación nacional es cada día más alarmante, como lo patentizan
hechos por ahora aislados, que de continuar como van, necesariamente se
irán concatenando, particularmente en regiones ya muy identificadas como
focos de graves contradicciones, como Michoacán, Guerrero, Chiapas y
Oaxaca. En estas entidades federativas las tensiones son ya graves, a
extremos que permiten hablar de levantamientos armados con fuertes
apoyos sociales. En esto se distinguen de los problemas de violencia que
se viven en el norte del país, como Tamaulipas, Chihuahua, Coahuila,
Sinaloa y Durango, donde el común denominador es la fuerte presencia del
crimen organizado.
Con todo, no se puede pasar por alto la descomposición derivada del
combate a las organizaciones delictivas por parte de las fuerzas armadas
y de las diferentes policías, situación que ha dado paso a fuertes
roces con la población, debido a los abusos que se han cometido con el
pretexto de la lucha contra las bandas del llamado crimen organizado, el
cual por cierto realmente lo está a raíz de que el Estado lo vio como
un negocio muy lucrativo del que podía participar, desde luego
clandestinamente.
Las cosas en lo general se habrán de complicar este año 2014, por el
afán irrenunciable del grupo en el poder de seguir avanzando en su
proyecto entreguista y abiertamente privatizador del Estado, como lo
patentizan las famosas reformas estructurales con las que se estrenó el
desgobierno de Enrique Peña Nieto. Se habrán de acelerar las
contradicciones sociales y políticas que enturbian las relaciones
sociales, a extremos sumamente peligrosos, como se advierte en los
estados fronterizos donde hay un firme rechazo al aumento al IVA de 11 a
16 por ciento. En Ciudad Juárez se cerró ya un puente en un cruce,
aunque de manera todavía muy limitada.
La cuesta de enero amenaza prolongarse indefinidamente, no sólo por los
abusivos aumentos a las gasolinas, sino por la escalada de precios que
será muy difícil controlar efectivamente. El poder adquisitivo de los
asalariados se verá muy presionado a la baja, lo cual se resentirá de
inmediato en una más fuerte contracción del mercado interno, creándose
un círculo vicioso del que no será nada fácil salir, mucho menos si la
oligarquía se resiste, como seguramente lo hará, a cualquier tipo de
compromiso de solidaridad con el país. Lo que seguramente harán sus más
conspicuos integrantes será incrementar la fuga de divisas que ha venido
provocando desde hace tiempo.
En este dramático entorno, los riesgos de más situaciones parecidas a
las que se están viviendo en Michoacán y Guerrero, donde el surgimiento
de grupos de autodefensa se ha vuelto un lugar común, serán noticia
cotidiana. Es claro que tal situación no sería del agrado de la
oligarquía, tampoco de las fuerzas armadas, lo que podría generar un
ambiente golpista, independientemente de que nada se resolvería, sino
todo lo contrario. De ahí que la única salida a tal escenario de
descomposición sea el restablecimiento del Estado de Derecho, objetivo
que sólo podrá alcanzarse por el pueblo organizado, bajo liderazgos
progresistas y creíbles, a fin de frenar todo tipo de tentaciones
autoritarias.
(guillermo.favela@hotmail.com)
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