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México se dirige a una economía a ciegas en 2014
La incertidumbre crece
CIUDAD DE MÉXICO, 30 de diciembre (SINEMBARGO/ZETA).- Los primeros tres
meses del año son clave para determinar el rumbo de México. La
incertidumbre financiera crece, pues no será sino hasta medio año cuando
se publiquen las reglas de operación de las diversas enmiendas
aprobadas en 2013.
Incertidumbre es la palabra que define la expectativa económica de
México para el año entrante. En términos llanos, el futuro inmediato de
la nación apunta hacia menos empleo, menos inversión, más impuestos,
inflación elevada (sobre todo en la frontera, donde el IVA sube del 11
al 16 por ciento) y un descontento social generalizado.
Aventurado y sin publicar las leyes secundarias con que se habrán de
trabajar las reformas Energética y Hacendaria (de vital importancia, ya
que en ellas se basan los ingresos del país), el Presidente de la
República, Enrique Peña Nieto, afirmó que en 2014 y en los años
venideros, el crecimiento de México será sostenido, aunque no aportó
cifras.
Tranquilamente, ese fue el mensaje sin fundamento que el Ejecutivo dio
durante su participación en el Consejo de Negocios México-Turquía (18 de
diciembre de 2013).
Las declaraciones del mandatario se opacan cuando las previsiones que
los organismos internacionales hacen de México no son muy alentadoras.
Valga decir que la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) apuntó
que en 2013, el crecimiento de la nación cerró en 2.6 por ciento, el
más bajo en América Latina; en tanto, para 2014 la Organización de
Naciones Unidas (ONU) anticipa un crecimiento de cuatro puntos
porcentuales.
Durante el sexenio de Felipe Calderón, en seis años el Producto Interno
Bruto apenas creció 1.5 por ciento, cifra insuficiente para generar
empleo. Si bien, los indicadores macroeconómicos se mantuvieron a lo
largo del período, no bastaron para que se activara el consumo interno
del país. Lo anterior, pese a la baja expansión industrial en Estados
Unidos, y la debilidad de la zona del euro, que se mantenía en ajustes
fiscales resultado del gasto excesivo que se presentó en varios países
de esa región.
Pero Peña Nieto cimbró al país con una serie de reformas estructurales,
con las que se esperaba que el PIB creciera al 5 por ciento, sin
embargo, hasta el momento las mismas están a medias o sin efectos
positivos.
Como ejemplo está la Reforma Laboral (aprobada en octubre de 2012), en
vigor desde 2013, con la que se pretendía generar 600 mil plazas
adicionales; sin embargo, hasta el momento la cifra llegó 590 mil 393.
Lo peor del todo es que Peña Nieto prometió que cada año habría millón y
medio de nuevas vacantes. En ese sentido, el Presidente emanado de las
filas del Partido Revolucionario Institucional no cumplió.
Al inicio de su gobierno, la expectativa del crecimiento del PIB fue
entre 5 y 6 por ciento. La realidad lo avasalló y, para el cierre del
año, se habla de un 1.2 por ciento, y en el tema de inversiones, el
porcentaje del PIB debería llegar a los 26 puntos (a junio se estimó en
21.7 por ciento).
Economía entorpecida
El regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a Los Pinos,
la firma de un acuerdo entre las fuerzas políticas del país con el
llamado Pacto por México y la esperanza de la aprobación de las reformas
estructurales, llevaron a que analistas financieros y medios de
comunicación extranjeros determinaran 2013 como el “Año de México”,
oportunidad que con el transcurso de los meses, se esfumó.
Al respecto, el investigador del Colegio de la Frontera Norte (COLEF),
Alejandro Díaz Bautista, afirmó que se tuvo un “Mexican Moment”, pero en
los últimos meses de 2013, la economía se frenó y las variables
financieras se deterioraron. Además, el Pacto por México muestra ya
síntomas de estancamiento.
“El PRI quiso ponerle un nuevo sello al Gobierno Federal con los cambios
estructurales para encauzar la economía en una dinámica de crecimiento
económico vigoroso y solidario, de querer transformar al país con
reformas de gran alcance, pero la realidad es que la economía no pudo
crecer al ritmo deseado durante el primer año de gobierno de Peña
Nieto”, detalló el consultado.
A la par, se buscó hacer crecer el PIB de México a tasas por encima de 5
por ciento, cuando en los últimos veinte años, dicha tasa ha sido de
poco más de 2 por ciento. Sin embargo, dichas expectativas se generaron
en la campaña presidencial, entre la victoria y la toma de posesión de
Enrique Peña Nieto, y el anuncio del Pacto por México a inicios de
diciembre de 2012.
“Sin embargo, en el caso de la actividad económica real, todavía no ha
habido un ‘Momento de México’ y el PIB entró en una marcada senda de
desaceleración económica desde 2012 y continuó en 2013. Según las
estimaciones, México creció de 1 a 1.2 por ciento, la segunda tasa más
baja en América Latina, solo por arriba de Venezuela. Además, existe un
rezago en la ejecución del gasto público y el derrumbe del sector de la
vivienda”, anotó Díaz Bautista.
Para 2014, consideró el especialista, la apuesta del Gobierno de la
República para reactivar la economía parece descansar en dos puntos
básicos: un mayor gasto público sustentado en un déficit fiscal que
representa el 1.5 por ciento del Producto Interno Bruto, que sirva para
detonar el crecimiento económico, y la aprobación de la Reforma
Energética.
“Los cambios recientemente aprobados en el marco fiscal y hacendario
mexicano hacen de México un país menos atractivo para invertir, además
le quitan dinero a las empresas y familias para transferírselo a un
Gobierno Federal que ha mostrado ser ineficiente”, condenó el
investigador del COLEF.
Por otro lado, habría que tomar en cuenta que la economía de Estados
Unidos creció 2.8 por ciento en el tercer trimestre de este año, lo que
invalida en definitiva el discurso gubernamental que culpa a la economía
de los Estados Unidos en cuanto al rumbo de nuestra debilidad
financiera.
“Para el año 2014 México puede crecer en su PIB por encima del 2 al 3
por ciento, mientras que el Paquete Económico para el año que entra,
establece que la economía nacional crecerá en 2014 a una tasa de 3.9 por
ciento”, advirtió Alejandro Díaz Bautista.
Lo que sí podemos asegurar con certeza, dijo, es que los cambios
fiscales aprobados para el próximo año son un duro golpe para empresas y
familias en Baja California y en todo el país.
Para lograr un crecimiento de 3.9 a 4 por ciento en el PIB de 2014, será
necesario impulsar la manufactura estatal y nacional con el gasto
público, pero también una política financiera inteligente que genere los
empleos que la economía necesita.
Desde el punto de vista del economista, la aprobación de la Reforma
Energética podría darle un impulso adicional al crecimiento de México,
cuyo Producto Interno Bruto podría expandirse a una tasa de hasta 4% por
los próximos 12 meses, en tanto, el peso podría fluctuar entre 12.50 y
12.70 por dólar.
En cuanto al arribo de la Inversión Extranjera Directa (IED), se estima
que llegarán al país 400 mil millones de dólares anuales dentro de
cuatro años más.
“La economía mexicana puede crecer a tasas de 5, 6 por ciento con la
Reforma Energética, pero eso será hasta 2018, por lo que el impacto real
de las reformas Energética y Hacendaria, se reflejará mayormente en el
mediano plazo”, finalizó el entrevistado.
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