¡¡Exijamos lo Imposible!!
Proceso
Aumento de impuestos… no para todos
MÉXICO, D.F. (apro).- El inicio de año lo recibimos, como desde hace
un sexenio, con un aumento a la gasolina, pero además tenemos nuevas
reglas en las que un empleado que gane lo mismo que en 2013, ahora
recibirá menos en su bolsillo, y todo esto gracias a las reformas del
“secretario de Hacienda del año”, Luis Videgaray, a quien en Gran
Bretaña lo consideran el mejor titular de finanzas que ha tenido México,
pues se atrevió a impulsar reformas que en otros países hubieran
generado el encono social.
Empresas medianas de entre 100 y 150 trabajadores ya tienen en
automático una deuda de 3 millones de pesos; lo anterior debido a que
ahora tendrán que pagar más cuotas al IMSS, incrementar el pago del
impuesto sobre nómina y absorber más de 50% del costo de los vales de
despensa que entregan a sus empleados.
En un caso extremo, podrán anular toda prestación social, despidiendo
a todo su personal y recontratándolo bajo el “legal” esquema que la
actual Legislatura autorizó en septiembre de 2012, al aceptar el recurso
de los contratos a terceros o mal llamados outsourcing.
En cuanto al mexicano común y corriente que no está en nómina, que ya
labora bajo el esquema de contratación vía terceros o en el sector
informal –porque ahora ya es un sector, así como el maquilador, el
textilero, el agropecuario, etcétera–, resentirá los efectos del fisco
en la compra directa de diversos bienes.
Ejemplos de este golpe demoledor sobran: el IVA a chicles, frituras,
alimento para mascotas, la compra de cualquier animalito, y qué decir de
la gente que vive en la frontera norte y sur, la cual de pagar 11% de
IVA, ahora, de golpe, deberá pagar 16% en todos los bienes, claro, sin
contar el impacto de alimentos y medicinas.
Y bueno, ni qué decir de los importadores, a quienes ahora se les
retendrá el IVA por importar materia prima y se les regresará hasta que
vendan el producto. Es decir, por algunos meses el gobierno jineteará el 16% y la empresa tendrá que asumirla como deuda temporal.
Y mientras a los “ciudadano de a pie” –como le gusta a un cierto
sector llamar a los jodidos– el aumento en todos los productos está ya
sobre ellos con el arranque del año en curso.
Sin embargo, del otro lado de la moneda se encuentra el gran
beneficiado, el empresario que tiene más de una empresa, que tiene
conglomerados industriales y que en total suman 422 familias, dueñas de
422 grandes corporativos.
Cuando el “secretario de Hacienda del año”, Luis Videgaray, anunció
el pasado 8 de septiembre la reforma hacendaria, recetándole a la
ciudadanía una cascada de aumentos en los impuestos y la creación de
otros, puso la cara buena del gobierno.
Aclaró que, efectivamente, habrá más impuestos para todos, y eso
incluye a todos, es decir, a los grandes empresarios, a las grandes
familias que son dueñas de México y por supuesto del gasto de los
mexicanos.
Se anunció entonces con bombo y platillo la eliminación de la ya
famosa y detestable “consolidación fiscal”, que no es otra cosa que
evasión al fisco, pues no es lo mismo pagar un millón de pesos en 2010
que un millón de pesos en 2013, ya que el dinero pierde su valor.
Aunque, claro, no lo pagan con intereses.
Para entender mejor: la consolidación fiscal es cuando un grupo
comercial tiene varias empresas, pero a la hora de pagar los impuestos
no lo hace por cada una de ellas; en realidad las empresas que tienen
pérdidas las suman a las que tienen ganancias, reduciendo así el pago de
impuestos, ya que éstos se enteran al fisco sobre la utilidad obtenida.
Así, además de deducir las pérdidas de una firma y reducir con ello
el pago de impuestos sobre la compañía que obtiene ganancias, un grupo
comercial puede “diferir” a cinco años el pago de sus impuestos. Es
decir, el gobierno le otorga la gracia de pagar en cómodos abonos de
años posteriores las ganancias que obtiene en un año fiscal determinado.
Todo esto mejor conocido como consolidación fiscal y pago diferido de
impuestos se engloba en lo que el gobierno llama “regímenes
especiales”.
Y mientras en el país se tiene el registro de 422 grupos que reciben
el beneficio del fisco –del gobierno peñanietista hoy y del
calderonista, foxista y zedillista ayer–, también existen más de cien
millones de mexicanos que no sólo no tenemos esa dicha, sino que además
ya estamos siendo presas –porque no hay para dónde hacerse: o pagas o
pagas– de nuevos impuestos con nuevas restricciones a la hora de
declarar ante Hacienda o de adquirir un producto.
Bajo esta fórmula de consolidación fiscal, esos 422 grupos dejan de
pagar, según dijo Videgaray el 18 de septiembre de 2013 a senadores, tan
sólo 10 mil millones de pesos. Mentira más grande no hubo, reclamaron
algunos legisladores ese día, pues la cifra según los propios cálculos
del Sistema de Administración Tributaria (SAT) es de 850 mil millones de
pesos.
Y es que los datos de los 422 grupos son públicos, están en la página
de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). Quienes cotizan en la bolsa, por
ley, deben publicitar sus ganancias y pérdidas.
Bueno, si tan sólo de 30 grupos empresariales el dinero que no se
paga es de 120 mil millones de pesos, entonces el cálculo de los 422
grupos que, por cierto, ofreció la legisladora Dolores Padierna durante
la visita de Videgaray al Senado, no es nada descabellado.
Esta gran suma de dinero sí llega al fisco, sólo que llega diferida, en cinco años, y además se consolida.
Para hacer menos duro el golpe al bolsillo con la reforma fiscal,
Videgaray dijo que el impacto sería para todos, pues los grandes
contribuyentes también recibirían una gran afectación al eliminárseles
el régimen de consolidación fiscal.
El ciudadano común y corriente quizá no se preocupe tratando de
desenmarañar los números y la operación del régimen de consolidación
fiscal, pero sí lee en grandes titulares de diarios, de radio y
televisión, que toooodos pagarán lo justo. Por lo menos así lo dijo
Videgaray.
Pero lo que no aclaró es que los famosos regímenes especiales y su
eliminación no entrarían en vigor este año, como sí lo hicieron los
nuevos impuestos, sino que este 2014 apenas se identificará a los grupos
que hacen uso de esta gracia. Así como lo lee, y así lo dijo aquel 18
de septiembre Videgaray: “Se eliminará (el régimen), por etapas, el
próximo año (2014) el gobierno sólo quiere tener información de quienes
se benefician de ello, porque hoy no la tiene, para contar con un mayor
control de los grupos corporativos”.
Ahora resulta que el SAT no sabe quién consolida, quién difiere, pero
si sólo son 422 grandes grupos empresariales que están en la página de
la BMV…
Esas grandes empresas deben pagar 30% del ISR, pero gracias al
régimen de consolidación fiscal, todas pagan en promedio 1.7%, según
cifras de la propia Secretaría de Hacienda. Esto no lo dice Videgaray ni
lo declara Enrique Peña Nieto, lo que sí dijeron ambos fue que este
régimen desaparecería este año, que todos pagarían parejo, conforme a
sus ingresos, a sus utilidades, pero la verdad es que no es así.
Desde su llegada a poder, el priista Peña Nieto se ha dedicado a
mentir a la sociedad, y esta es otra de sus grandes declaraciones que
pretenden sepultar el malestar de la gente que hoy paga ya más impuestos
y recibirá menos salario este 2014, mientras que grandes firmas
pagarán, en lugar de 30% del ISR, únicamente 1.7 o hasta 7%.
Por ejemplo, América Móvil sólo pagó 5.98% de ISR –por las ganancias
obtenidas– en 2012; Bimbo, 1.27; Televisa, 5.85; Soriana, 1.61; Carso,
3.53; Walmart, 2.3; Bachoco, 1.53; Liverpool, 4.15; Palacio de Hierro,
2.68; Grupo México, 12.64; Modelo, 6.63, y Gigante, 3.16, entre otros
corporativos.
Sólo resta decir: ¡Bienvenidos al 2014, el año de la recaudación fiscal de Peña y sus “hombres del año”!
Comentarios: mjcervantes@proceso.com.mx
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