¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Los Peñabots
Jesús Robles Maloof
Si
parece priísta, habla como priísta, le gusta recibir aplausos así sean
comprados entonces es priísta. Un priísta de Atlacomulco como Enrique
Peña Nieto siempre se sentirá a gusto entre aplausos aunque estos sean
producto del acarreo. Esta máxima ha demostrado aplicar también a
Internet.
La libertad de expresión en un país corresponde sobre todo a las
personas comunes. Razonablemente estaríamos todos de acuerdo en que
quienes ejercen ese derecho de manera sistemática, como periodistas y
comunicadores, merecen una especial protección.
Creo, sin embargo, que al final el vigor de una democracia depende en
buena medida en que un número amplio de ciudadanos se expresen. Con
internet rápidamente la expresión de a pie se organizó en foros, chats y
listas de correos. Con ellos llegaron los primeros intentos de control
de los gobiernos sobre lo que ahí se discutía.
Desde siempre se ha buscado la censura mediante la cancelación de las
plataformas web o cuando esto no es posible, los gobiernos autoritarios
han buscado introducir a usuarios a sueldo que saboteaban las
conversaciones.
Muy pronto aparecieron también los programas o “bots” cuya finalidad ha
sido desde entonces repetir de forma automatizada mensajes, ya sea para
crear una falsa opinión de apoyo o para sabotear las discusiones
críticas. La explosión hace unos años de los medios sociales
interactivos en Internet como herramientas de discusión pública,
hicieron que el autoritarismo buscara la forma de cuidar desde ahí sus
intereses.
En México las formas de control de los medios convencionales son muy
conocidas, desde las agresiones, amenazas directas y asesinatos, el pago
de publicidad o la celebración de convenios, hasta el “chayote”,
incluyendo las formas más burdas como la requisa y la falsificación como
recientemente nos mostrara el gobernador de Quintana Roo, Roberto
Borge.
Por algunos años internet fue un espacio con relativa mayor libertad
dado el creciente uso por parte de la ciudadanía y la eficiencia que
como herramienta representa para la organización cívica. Ya en el 2010 y
2011 los primeros casos de censura a blogueros y usuarios de twitter
anunciaban las formas más sutiles y perversas de censura que aparecieron
con el regreso del priísmo a Los Pinos. Desde la primera semana de la
pasada campaña presidencial, Enrique Peña Nieto se hizo acompañar de
bots. Durante los primeros meses de la misma tuvieron la tarea de
aplaudir, es decir, de generar la falsa opinión de apoyo y así surgió el
conocido término “Peñabot”.
Dejo fuera de la clasificación a los usuarios de Twitter que envían
mensajes desde su cuenta o administran varias cuentas y que lo hacen ya
sea por convencimiento o por un pago, práctica que fue ampliamente
documentada y reconocida por Aurelio Nuño, ex integrante de la campaña
de Peña Nieto y actual Secretario Particular de Presidencia, al
reconocer en mayo de 2012 que 20 mil personas o “activistas” tuiteaban a
favor de EPN “sin cobro alguno”.
Los dejo fuera porque técnicamente no son “bots” o usuarios programados,
son una especie de acarreados digitales y si bien pudieron incidir en
la formación de la opinión pública, en mi opinión es más un problema de
rendición de cuentas y de tope de gastos de campaña. No conformes con el
ejército antes descrito desde el mismo 2012 detectamos una mucho más
poderosa campaña de censura en Twitter. De la tarea de aplaudir pasaron a
la función de bloquear la opinión crítica que se concentró en los
hastags o etiquetas en Twitter que llamaban a la movilización
#MarchaAntiEPN por ejemplo. En México José Merino, Manuel Rueda y Ramiro
Rivera lo documentaron ampliamente.
El escándalo llegó a las páginas más serias de tecnologías de la
información y a la pluma experta de Robert Griffith. Como lo sostuvo
oportunamente Paola Ricaurte, este esfuerzo tuvo como objetivo: “crear
‘realidades’ a través del establecimiento de agendas, la construcción de
representaciones e imaginarios sociales que se asumen como verdad” Con
algunos colegas del extranjero me cuesta especial trabajo convencerles
que en México existen métodos de censura a internet que los gobiernos
despóticos de China, Rusia o algunos de medio oriente practican.
Esto cambió con el estudio de John Paul Verkamp y Miaxi Gupta de la
School of Informatics and Computing of Indiana University que
recientemente demostraron que en China, México, Siria y Rusia se han
usado los bots masivamente para ahogar las voces disidentes como los
hastahgs de #MarchaYoSoy132, #EPNVeracruzNoTeQuiere y #MarchaAntiPeña.
Sí, aquí y en China. Desde julio de 2012 denunciamos los peligros que
esto implicaba no solo para la elección en dónde confluyeron un conjunto
de trampas e irregularidades y recursos de origen dudoso que hacían
palidecer el uso de bots.
En ese momento nos preocupaba el uso futuro que se haría de este método
de censura para temas igual de fundamentales en México, como la
privatización del sector energético y la criminalización de la protesta.
Desafortunadamente no nos equivocamos. Todo el 2013 los Peñabots
hicieron su trabajo aparentemente sin causar mucho ruido.
En abril por Karina Velázquez fueron detectados apoyando al PRI en su
disputa por con el PAN por el uso de programas sociales. En mayo se les
vio condolidos por la tragedia al periodistas David Páramo. En
septiembre los bots iniciaron una campaña preparatoria y justificatoria
del desalojo de los maestros de la CNTE del Zócalo, como lo reportó
Ernesto Aroche y ese mismo mes clonaron a manera de requisa digital las
páginas de Reforma y SinEmbargoMX. Su más reciente aparición fue a
propósito de la reforma energética. Este episodio fue analizado de
manera magistral en “Tecno autoritarismo” por Jesús Carlos Soto Morfín
de Mesurar (agencia que dirigen Carlos Páez Argáez y Ricardo Zavala).
Sus conclusiones son poderosas: “… las redes sociales se está disputando
algo importante: Un espacio de comunicación que interesa porque puede
afectar y transformar políticamente… El grupo político que tiene el
poder institucional de México, no le produce ningún conflicto ético
utilizar recursos tramposos para manipular la percepción”.
Finalmente en algo que deberíamos leer muchos de nosotros con
detenimiento, Soto Morfín encontró en el debate sobre la reforma
energética una desarticulación: “de los opositores, asunto que se
refleja en las redes sociales, donde predomina la tendencia a querer
sobresalir como personajes aislados (tuitstars) o donde se diseñan
estrategias erróneas”.
El profesor Filipo Menczer advierte que los bots se están volviendo más
inteligentes con patrones mímicos de humanos. Para enfrentarles de mejor
manera estamos llamados a defender a internet frente a la vigilancia
ilegal y a denunciar las formas más innovadoras de censura como los
bots. Debemos regresar a la esencia colaborativa de la red, a la
organización común inspirada en las mejores prácticas democráticas.
En suma, leer más de lo que hablamos. Escuchar más de lo que decimos. Sumar más de lo que dividimos. (SIN EMBARGO.MX)
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