Editorial
Una jugada peligrosa.
Si de por sí el nepotismo (colocar a la familia en cargos de gobierno) no es muy bien visto por los ciudadanos; y como ejemplo tenemos en Argentina a Néstor Kirchner, que dejó a su esposa Cristina en la Presidencia.
Sin por supuesto olvidar al General Juan Domingo Perón, quien dejó a su esposa Estela en la Casa Rosada.
Cabiendo comentar que hay casos en que el nepotismo se confunde con la monarquía, como el caso de Coahuila, donde Humberto Moreira le cedió su cargo a su hermano Rubén. O en Tamaulipas, donde de manera forzada y por supuesto involuntaria, Rodolfo Torre Cantú le dejó su sitio a su hermano Egidio.
Dándose un claro caso de repudio a esta oprobiosa práctica en Guatemala, donde la Ley prohíbe semejantes prácticas tan anacrónicas.
Por lo que don Álvaro Colóm, tuvo que hacer a un lado sus firmes principios y convicciones religiosas, y le concedió el “divorcio” de su esposa Sara Torres, con quien se comprometió ante su Dios a no separarse de ella jamás, hasta que la muerte los separara, para que ésta, según su propio dicho, “se casara con su Pueblo” (¿?) mediante el sucio truco de hacerla candidata de su Partido a sucederlo.
Jugada que, por cierto, le ha salido muy mal, pues ya se lo negaron jurídicamente en primera instancia, y es de esperarse que la Suprema Corte de allá, ratifique que doña Sara no puede ser candidata, por lo que literalmente se quedará como el perro de las dos tortas.
El caso es que Felipe Calderón acaba de hacer una jugada por demás peligrosa, al permitir que su hermana Luisa María fuera la candidata del PAN a la gubernatura de Michoacán. Sobre todo cuando solemnemente habían jurado ante el mismo Dios de don Álvaro y su esposa, que ninguno de los parientes se entrometerían en la política.
Primero, porque el PAN en Michoacán es tan importante como lo es en el Estado de México, donde el candidato Bravo Mena, a pesar de todo el apoyo recibido y el gasto realizado, ni siquiera “pintó” a la hora de las votaciones.
Y segundo, porque si la llamada Cocoa llega a perder, que es lo más probable, pues en todo México se repudia a Calderón y su guerra (a menos que ahí se ensaye el fraude que están preparando para el 2012) se le cae todo el teatrito.
Por lo que se puede asegurar que el impuesto Ejecutivo acaba de hacer una jugada demasiado peligrosa.
Porque si a pesar de lo que han hecho e invertido para hacerla candidata, más todo lo que piensan hacer para que gane, no logran sacar adelante la elección, se ve en extremo difícil que puedan conservar la Presidencia.
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