sábado, 13 de agosto de 2011

Bonita chinga nos espera con El copetón

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Una muestra de lo que nos esperaría
Guillermo Fabela Quiñones

Apuntes

Si así actúan sus policías cuando Enrique Peña Nieto no es más que gobernador del estado de México, cabe imaginar cómo actuarían si acaso los mexicanos tuviéramos la desgracia de ser “gobernados” por alguien sin ninguna capacidad ni méritos suficientes para ocupar un cargo de tanta responsabilidad, en la peor coyuntura que vive la nación en muchas décadas. Es mera coincidencia, pero pareciera que la clase política (no toda, por cierto) la trae contra los poetas. Ahora el afectado fue el chiapaneco Efraín Bartolomé, quien sufrió el violento allanamiento de su casa en plena madrugada, con el pretexto de que los vándalos con uniforme estaban buscando al cabecilla de la organización delictiva “La mano con ojos”.

¿No actuaban así los militares al servicio del dictador Francisco Franco? Si el régimen franquista tenía un odio inocultable a la cultura, el gobierno de Peña Nieto no se queda atrás, como lo evidencian los hechos. ¿Qué tenían que andar haciendo sus policías en territorio del Distrito Federal? ¿Será que el aún gobernador mexiquense lo que buscaba era quedar bien con quienes controlan la política represiva en nuestro país, o sean las agencias estadounidenses que operan en México con plena libertad? Tal pareciera que quería demostrar a la CIA, a la DEA, al Pentágono, que cuenta con voluntad política para actuar conforme a los designios de la Casa Blanca.

Por supuesto, este lamentable hecho no tendrá mayores repercusiones que las protestas de los intelectuales y de los más variados sectores de la sociedad civil, pues ya es costumbre que la impunidad sea la constante cuando las fuerzas represivas del régimen violan las normas constitucionales y las garantías individuales. Debemos darnos por bien servidos con la forzada disculpa del procurador general del estado de México, Alfredo Castillo Cervantes, a los propietarios de las tres casas allanadas en la colonia Torres de Padierna de la delegación Tlalpan, entre ellas la del poeta Bartolomé.

Lo importante para el procurador Castillo es que se logró finalmente la captura del peligroso delincuente Oswaldo García Montoya, “El Compayito”, y que se dio el lujo de anunciar a los medios el éxito del operativo, lo demás es lo de menos. Por otra parte, el gobernador Peña Nieto demostró que no le tiembla la mano para servir a las autoridades estadounidenses, las cuales deben haber estado al mando del operativo como así ha sido en acciones semejantes para aprender o liquidar a importantes capos del narcotráfico. Esto explica por qué se lleva tan bien con Felipe Calderón, pues los dos tienen como prioridad quedar bien con la Casa Blanca.

De ahí la urgencia de aprobar una nueva Ley de Seguridad Nacional que faculte a la ultraderecha en el poder a proceder de manera “legal” contra las protestas sociales, que indefectiblemente tendrán que irse agravando ante la injusticia social que caracteriza a los “gobiernos” al servicio de la oligarquía. Así lo advirtió Iván Castellanos, asociado nacional de Programas en Población y Desarrollo del Fondo de Población de las Naciones Unidas. Dijo que si no se atienden las demandas legítimas de los adolescentes, “aumentarán las probabilidades de que se generen conflictos sociales y económicos como los que se han suscitado en Chile o Inglaterra”.

La ultraderecha, sin embargo, tiene un modo muy particular de atender a los jóvenes, como lo explicó el director del Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve), Miguel Ángel Carreón Sánchez, en entrevista a “La Jornada”. Afirmó que el problema de los jóvenes que ni estudian ni trabajan se debe a que “no quieren hacer nada”. Se trata de un sector juvenil “totalmente apático, peleado consigo mismo, con su entorno, su familia y su comunidad”. Según su modo de ver los problemas sociales, si estos jóvenes se enrolan en las filas del crimen organizado, se debe a queno se ha fortalecido la célula básica del tejido social: la familia”.

Desde luego no se pregunta las causas del fenómeno, simple y llanamente son jóvenes sin valores que no los tienen porque no se los inculcan en la familia. Seguramente, esto se debe a que los padres son flojos e irresponsables, no al hecho de que la célula familiar en las actuales condiciones del país ha dejado de existir, porque no hay condiciones sociales que lo permitan, con los altísimos niveles de desempleo existentes, ocultos bajo la estructura de la economía subterránea, y porque los padres cada vez tienen menos tiempo para dedicar a sus hijos. Aun así, el director del Imjuve es partidario de la familia tradicional y de que se tengan “todos los hijos que Dios quiera mandar”.

Vale preguntarse cómo no van a ser apáticos, peleados consigo mismos y con su entorno, esos millones de jóvenes excluidos del proceso de desarrollo nacional, a quienes no se les da una mínima oportunidad de satisfacer sus necesidades básicas. Seguramente hay cada vez más limpia parabrisas porque les gusta andar de vagos, disfrutando del sol citadino, según la óptica del joven funcionario. Y aun así quieren a toda costa una reforma laboral que profundice la exclusión y la incapacidad para acceder a un empleo digno y adecuadamente remunerado.
(gmofavela2010@hotmail.com)

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