¡¡Exijamos lo Imposible!!
La derecha ensangrentó a México
Por María Teresa Jardí
De película de terror hablan las tumbas clandestinas de migrantes y, por lo visto, paseantes o lo que quiera que hayan sido quienes no tienen ni cara ni nombre y apellido, que en cementerio han convertido al estado de Tamaulipas.
Mientras que la responsabilidad en el caso del asesinato del hijo de Javier Sicilia sea menor en el caso de Calderón que en el de Adame. Como es falso que Calderón haya encontrado así las cosas. Es falso que el pasado haya sido peor ni tampoco es cierto que todo lo de hoy en el pasado se haya fraguado. El PAN lleva diez años en el gobierno federal, desgobernando y no hay que matizarle ni siquiera ninguna de sus responsabilidades a esa derecha canalla que a México ahoga en sangre.
Calderón, que se sabe usurpador, eligió convertirse genocida al declarar una guerra sin sentido y sin haber analizado siquiera el resultado desastroso que para los mexicanos iba a traer con la misma.
Lo hizo para legitimarse, convirtiéndose en aún más ilegítimo. Y se enterca en mantenerla, porque sabe que su tiempo se acaba y no tiene tiempo para buscar otra salida que no sea la de seguir con la misma.
Efectivamente el Ejército hoy no puede, ni debe, regresar a sus cuarteles porque la situación empeoraría. Pero debe revisarse la pertinencia de los otros ejércitos no sólo en la calle, sino empezando por su existencia. Y en cuanto al Ejército nacional, es imperante que se le pongan reglas que le dejen en claro sus responsabilidades.
Calderón es el responsable por la sangre derramada a lo largo de su sexenio infame, con el que a la muerte brutal, por la fuerza de las armas, la muerte que no debe ser y que no puede perdonarse, porque con ella se arrebata la vida de quien aún no debe partir a esa aventura que debe llegar cuando a cada uno le llegue la hora natural de su partida, se la ha convertido en la única certeza para los mexicanos, acabando además con la paz y la tranquilidad que propicia la vida digna.
Dejó que se pelearan los monopolios, a sabiendas de que el monopolio televisivo tenía todo su apoyo. Otra estupidez monumental de Calderón, un gafe, que cuando no se cae, desbarra.
Slim se irá, con sus muchísimos millones, al lugar que elija en el mundo para llevarlos y en el que con las manos abiertas será recibido, y un escalón más bajaremos los mexicanos por lo que a desempleo de muchos cientos de miles toca y por lo que a pobreza se refiere. Ya se nos compara con los más pobres del Congo Belga. Los superaremos, como la crónica lo anuncia. Que nadie lo dude.
Se decanta por la telebasura Calderón, como si no fuera un monopolio. Miente Calderón, se engaña a sí mismo, desesperado que se encuentra, ante constatación diaria del sangriento sexenio de horror, que para los mexicanos, sabe, que va a dejar como la única herencia de su paso ilegítimo por la función pública. Y, pretende, a ver si pega, el convertir en responsables de sus desatinos a los mismos que masacra cada día. A fin de cuentas a él varios ejércitos lo cuidan, por ahora, luego tendrá que ir a esconderse al confín del mundo con sus pesadillas a cuestas, como el único bagaje de los que traicionan a la patria y se convierten por ello en parias aunque tengan millones que no les garantizan, ya se sabe, el respeto que con dinero no se compra.
Basta de querer culpar al pasado de todo. Es el presente lo que tenemos que enfrentar y, claro, en el presente hay responsabilidades imputables a la sociedad.
No volver a encender la telebasura. Cancelar los contratos con Cable, si no se puede vivir sin ella. No comprar ningún producto producido por Bimbo. ¿Qué son casi todos? Así es, porque también es un monopolio. Pero si se elige ir al mercado, en lugar de “al súper”, les garantizo que se come mucho mejor y llega un momento en que se convierten en completamente innecesarios todos los productos que oferta esa empresa.
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