Editorial
Del contra natura horario “de Verano”.
Partiendo de la base de que no en todos los Estados de nuestra atribulada República hay que cambiar la hora cuando al Gobierno federal le viene en gana, lo irritante del hecho es la tomadura de pelo. La desvergüenza ¡Vaya!
Como si alguien hubiera recibido la rebaja de un solo centavo en su recibo de luz, antes al contrario, cada vez le aumentan más. La campaña oficial para justificar el cambio de horario, es una ofensa a los ciudadanos que, encima de todo, la pagamos.
O sea, que les pagamos para que nos ofendan al tratarnos como retrasados mentales.
Pues aparte de que hablan de un ahorro que no existe más que en las calenturientas mentes de nuestros gobernantes, se avientan frases como “Agreguemos una hora más de Sol”.
Haciendo recordar al bíblico Josué, que como en la batalla (ayudado desde luego por los EEUU, perdón, ayudado por don Jehová) no le daba tiempo para exterminar a sus enemigos, le pidió a su belicoso Dios, que le diera más tiempo para poder asesinarlos a todos (muy moral)
Por lo que el buen Dios de los judíos, le concedió a Josué que pudiera parar el Sol con un dedo.
Y si en aquellos tiempos la ignorancia y las represiones les permitían u obligaban a creer semejantes absurdeces, hoy los recibos de luz nos hacen poner los pies en la tierra y rechazar una farsa que ya lleva 15 años y que no ha beneficiado a nadie.
Cabiendo preguntar si no le podemos hacer como en Sonora. No en el aspecto Justicia, donde las guarderías de los poderosos son impunes, sino en el sentido del famoso Horario de Verano.
Porque pareciera ser que los homo sapiens (que a resultas no lo somos tanto, pues una especie que se auto-destruye no puede considerarse inteligente) vamos en contra de La Naturaleza; hasta en eso.
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