Del negocio de la idolatría.
El que casa por casa se esté repartiendo propaganda religiosa, principalmente cristiana, con excelente papel e impresión de igual calidad, cabe decirlo, es violatorio de la Ley, que específicamente dice que las actividades religiosas deben realizarse dentro de los templos.
Sin obviar que las Autoridades quieren prohibir las manifestaciones callejerasencarcelando a quienes las dirigen y fomentan, pero no dicen nada de las procesiones.
Y si las Autoridades violan unas Leyes, cuando debiesen ser las primeras en cumplirlas, se convierten en hipócritas que careciendo de autoridad moral para exigirles a los ciudadanos que las cumplan, encima de todo todavía castigan a quien hace lo mismo que ellos, viola las Leyes.
El caso es que no solo hacen proselitismo de un libro, la Biblia, que a estas alturas del conocimiento debiese ser prohibido; porque eso de decir que un individuo ¡¡paró al Sol con un dedo!! (lo que ni Súperman ¡vaya!) y todavía decir que esa es “la palabra de Dios”.
Es de alguna manera fomentar y vivir en el oscurantismo, que pareciera todavía no ha cobrado la suficiente cuota de sangre y oro, y que quiere más.
Pues dentro de los consejos que en su propaganda dan, “para vivir mejor”, algunos de ellos válidos, cabe decirlo, aunque también que son valores universales.
Y textualmente dicen en su propaganda que “el éxito de la economía familiar comienza con el pago de diezmos y ofrendas”.
Como si su dios, cualesquiera que este sea, necesitara dinero; además de que fomentan la idolatría, pues adorar a los ídolos, aquí y en China, es idolatría.
Pensar que las Autoridades van a hacer algo para frenar esta remunerable charlatanería, es casi utopía, pero es pertinente recordar que aquello de “Dejad que los niños se acerquen a mí”, es maña.
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