jueves, 11 de noviembre de 2010

Jugando con los dados cargados

¡¡Exijamos lo Imposible!!
EDITORIAL

Dios los hace…

Apenas el día de ayer comentábamos acerca de la visita que don Felipe Calderón les hizo a los obispos en la sede de la Conferencia del Episcopado Mexicano (no va a San Lázaro, pero sí con los curas) Y que habiendo sido, tanto los políticos como los religiosos, corrompidos por el narco, finalmente eran más o menos lo mismo.

Hoy, el cierre de filas que los obispos hicieron en torno a Onésimo Cepeda, a quien acusan de un monumental fraude de 130 millones de dólares (y también lo podrían acusar de lavado de dinero en el caso que el jerarca católico comprobara haberle dado ese dinero a una mujer que falleciera 7 meses más tarde)

Da pié para comentar que don Onésimo solo actuó acorde a sus enseñanzas, toda vez que siguió puntualmente el código de Ética de San Alfonso de Ligorio, nombrado Padre de la Iglesia.

“El confesor, en el lecho de un católico moribundo, podrá usar de todos los medios para inducirlo a testar a favor de la Iglesia”. Y más, pues en otra de sus Máximas, San Alfonso dijo que “Si los herederos llamasen a juicio al confesor, por extorción de testamento, los jueces no deberán creer a los herederos, sino al confesor”.

Hace recordar al cierre de filas que hicieron los diputados en torno a su compañero Julio César Godoy Toscano, a quien han protegido y siguen protegiendo a pesar de que todo indica que las imputaciones que le hacen de estar ligado con el narcotráfico, son ciertas.

De no ejercerse acción penal contra ninguno de los dos, es decir, ni en contra del obispo ni en contra del diputado, será más que notorio que la Justicia en nuestro México juega con los dados cargados; y en esas condiciones, no se le puede pedir al Pueblo que obre con apego a la legalidad, ni que no tome la Justicia por mano propia.

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