Irresponsabilidad de los medios
Por Polimnia Romana
25 de Mayo, 2009
Por Polimnia Romana
25 de Mayo, 2009
Si es un hecho innegable que los capitalinos seguimos apoyando masivamente a Andrés Manuel López Obrador, ¿qué ganan los medios al ocultar información sobre sus recorridos y discursos? Yo creo que más bien pierden la poca credibilidad que les queda, si es que algo les queda. Su omisión es una muestra más de su afiliación al gobierno usurpador, de su ceguera mental y de su complicidad con esa oligarquía a la que López Obrador atribuye la actual crisis económica, política y social que nos coloca en una situación a punto del colapso y de la ingobernabilidad.
Seguir descalificando al lider de uno de los movimientos sociales más importantes de nuestra historia está provocando gran irritación en esa mayoría que eligió en 2006 un cambio verdadero; un alto a los abusos de los gobiernos prianistas que no han hecho más que profundizar los grandes males que padecemos: pobreza, injusticia, desigualdad, inseguridad, corrupción e impunidad.
¿Cuánto tiempo más van a poder sostener la farsa?
Las cifras hablan por sí mismas. Datos, tremendos, del INEGI nos revelan que la economía está sostenida por un hilo muy delgado a punto de reventar.
¿Cómo van a controlar el descontento social y la imposibilidad de millones de mexicanos de sostener a su familia? ¿Con spots y mentiras que ya nadie cree? No van a alcanzar las cárceles para aglutinar ladrones, de pan y huevos para darles de comer a sus hijos.
Hace mucho tiempo que empezó en México la descomposición social, que los jóvenes perdieron la oportunidad de prepararse para el futuro y se sumaron a esa masa que deambula por las calles en busca de unos cuantos pesos para comer, en el mejor de los casos, y muchos otros para conseguir droga y evadir su realidad.
Los pocos que lograron concluir una carrera en una universidad privada están fuera del país o se sumaron a una corporación que les vendió la idea del éxito personal a costa de la explotación de obreros mal pagados. Los egresados de la UNAM, del Politécnico, de la UAM o de universidades estatales, se encuentran en la lista de desempleados por la falta de plazas de trabajo y por el desmantelamiento del campo y de la industria nacional.
La descomposición de la vida institucional fue el golpe mortal a la civilidad, que podría haber allanado el camino de la confrontación y la violencia.
Estamos parados sobre un polvorín que los medios no se atreven a mencionar, orillados por el dinero del que dispone irresponsablemente el gobierno para comprar su complicidad.
Si en lugar de coludirse con el poder económico, los medios masivos cumplieran la misión a la que están obligados ayudarían en mucho a detener el desbordamiento social que a nadie beneficia. Un pueblo esperanzado puede salvarse a sí mismo, en tanto que un pueblo iracundo puede encender la mecha del polvorín y acelerar la explosión. ¿De verdad son tan ciegos como para no entender que por el bien de todos primero hay que atender la deuda que se tiene con el pueblo humillado y, ahora, amenazado?
En lugar de echarle más leña al fuego deberían agradecerle a Andrés Manuel la capacidad que ha tenido para contener el dique y convertir en gritos de apoyo y esperanza lo que podría ser en estos momentos aullidos de dolor.
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