martes, 11 de noviembre de 2008

En las encuestas salió derrotado el ACCIDENTE?

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Gómez Mont y el nepotismo involuntario
Jairo Calixto Albarrán
11 noviembre 2008

jairo.calixto@milenio.com

Si en este país existiera una auténtica democracia, y tomando en cuenta los resultados de las últimas encuestas, incluida la de María de las Heras en MILENIO, tendría que declararse derrotada la tesis fundamentalista del accidente de Mouriño-Vasconcelos y promovidas a nivel de veldá-veldá las especulaciones del narcoterrorista solitario. Pero como aquí lo que rifa es la nueva banda TimbirIFE de las verdades oficiales que por contundentes e inobjetables no se pueden contradecir, a riesgo de ser considerado apátrida, pues nos tendremos que conformar con las aburridas versiones pasteurizadas y homogeneizadas, desde Zongolica hasta Apatzingán.

En ese sentido, y me duele decirlo, quizá Calderón tiene razón. ¿Para qué perder el tiempo ejerciendo el sospechosismo tan incomprendido, especulando sobre el avionazo si al final lo que prevalecerá será el oficialismo chato?

Si eso es lo que satisface al gobierno mexicano, ¿por qué hemos de llevarle la contraria, por qué tenemos la maldita y recochina costumbre de alardear de nuestras dudas más que de nuestras certezas? Vistas las cosas, dudar es un oficio de canallas. A ver, qué nos costaba aceptar mansamente que fue la maldita mala suerte la que llevó al secretario de Gobernación a subirse a aquel jet en San Luis Potosí para perecer más tarde de manera simbólica a unos pocos metros de la Fuente de Petróleos y de Los Pinos. Que tengan su festín los hagiógrafos que mantienen enlutados con crespón negro todos y cada uno de los portales internéticos del gobierno calderónico.

Así, para que no se me acuse de ser adicto a las teorías de la conspiración paso a otro asunto menos escabroso. Me preguntan que si debido a su llegada a Gobernación, el señor Fernando Francisco Gómez Mont (el que se supone que no palomeó el subjefe Diego) tendría que despedir a su hermana María de las Mercedes Gómez Mont de su puesto en el Instituto Nacional de Migración, sucursal Oaxaca, o en todo caso, ella renunciar por cuestiones de “salud pública”. Ciertamente se trata de una suerte de nepotismo que al ser involuntario es doblemente mejor. Ahora que, dadas las quejas sobre la señora que, al parecer, hace ver a la maestra Gordillo como una santa, don Fernando Francisco tendría que llevarla a trabajar codo con codo al Palacio de Covián. Su implacable mano dura le hará falta para atender el variopinto tinglado de problemas a los que tendrá que enfrentar, con un poco más de hora de trabajado burocrático, como decía el prócer Díaz Ordaz.

Bienvenido-Wellcome to the jungle…

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