Opiniones y Comentarios
12 de Junio de 2011
Julio Ricardo Blanchet Cruz
Lo malo del caso…
Desde siempre se ha dicho y sabido que las mentiras no son buenas, de tal suerte que hasta hay un Mandamiento, No mentirás. Mismo que, por cierto, poco se practica…
Y menos en tiempos de guerra, donde la mentira, el engaño y la simulación, son virtudes y se premia por ello a los más hábiles…
Sin soslayar al Señor de la Roché, quien sabiamente dijo que “Los hombres no vivirían mucho tiempo en sociedad si no se mintieran los unos a los otros”…
Aclarando que una cosa es mentir, y otra es el engañar; y que discrepo completamente de aquel que dijo que una mentira dicha diez veces, es una mentira; y dicha cien veces, también sigue siendo una mentira. Pero que dicha mil veces, se convierte en una verdad…
Desde mi muy personal punto de vista, una mentira siempre será una mentira, aunque se cuente un millón de veces; y una verdad, siempre será una verdad, aunque no se crea en ella…
Por lo que hay dos mundos muy bien definidos. El mundo donde se mienten y en veces se engañan (la mayor parte de las veces la gente sabe que no es cierto lo que le están diciendo, pero sigue el rollo y hasta echa de las suyas)…
Y el mundo donde no se intenta engañar a nadie y donde hay la consciencia suficiente como para que se entienda que en esta vida todo se regresa. Lo bueno y lo malo…
Por cierto, un mundo en el que es tremendamente difícil de vivir, ya que a la mayoría de la gente no le gusta escuchar la verdad…
Pero lo malo de mentir, no es solo exponerse a que le mientan a uno, y a enrollarse en una serie de mentiras que parecen interminables (todos sabemos que una mentira sigue a otra)…
Sino que lo malo del caso es que te “cachen” en las mentiras. Como le sucede a Peña Nieto…
Primero con la muerte de su esposa Mónica Pretelini, cuando tratando de tapar una mentira con otra, le dijo a Jorge Ramos que no sabía de qué había muerto, lo que es inaceptable sobre todo cuando según su propio dicho padecía una enfermedad hacía ya dos años…
Después, queriendo cumplir sus compromisos políticos y económicos en el caso del aberrante asesinato de la pequeña Paulette, aprobó que se le mintiera a la sociedad en general con el patético cuento de que la criatura había estado 9 días muerta a los pies de la cama donde finalmente la hallaron; lo que por supuesto no creyó nadie…
Y ahora con el frívolo pero significativo caso de la exclusiva tienda para ropa a la que Peña Nieto dijo que nunca había ido, y que ni siquiera sabía en dónde estaba…
Y que ahora le ponen enfrente los datos suficientes como para probar que no solo es un mentiroso al parecer compulsivo, sino que es un pillo sinvergüenza que a su corta edad ya ha robado suficiente como para comprarse dos millones de dólares en ropita…
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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