viernes, 24 de junio de 2011

Los Buhs los que imponen la guerra

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Basta de informaciones engañabobos
Manú Dornbierer

SATIRICOSAS

Gil Kerlikowske vino a México a felicitar a su “gerente” Felipe Calderón por obediente en su versión de la Guerra de las Drogas. “Es extremadamente valiente su lucha contra el crimen, dice el actual zar antidrogas de EU”. Y refrendó sus halagos en Guatemala en compañía de otro de sus “gerentes”, el presidente Santos de Colombia, que prácticamente le aconsejó al espurio que haga caso omiso de las protestas de los mexicanos que lo acusan, acusamos, de genocidio por su personal narcoguerra, iniciada por la Iniciativa Mérida que le comandó George W Bush en 2007 y que ha producido a México alrededor de 40 mil muertos “oficiales”.

Y eso lo hacen dos extranjeros en momentos en que el país entero acompaña a Javier Sicilia y sus miles de adoloridos seguidores hacia el Castillo de Chapultepec a reclamarle tanta sangre mexicana a Felipe Calderón, que a juzgar por su entreguismo, ampliamente demostrado en muchos aspectos, seguirá las órdenes de sus halagadores septentrionales y no las exigencias de la torturada población mexicana.

Hemos conocido a varios zares de las Drogas de USA y han sido a cual más brutos y más cínicos. Los nombran para defender nada menos que el mayor - y hoy más globalizado- negocio del gobierno imperial. El primer zar fue un ultraderechista en 1989, Ben Willliams, que fuera secretario de educación del presidente Ronald Reagan. Lo nombró “zar” Bush padre, mejor dicho Dick Cheney su secretario de la Guerra (posteriormente vicepresidente de George W) para desatar la “Guerra de las Drogas” en Latinoamérica porque los sabios orientales ni caso le hicieron. A Dick Cheney se le había acabado el inmenso presupuesto de la Guerra Fría con la URSS y necesitaba uno nuevo y así inventó la guerra de la que estamos viviendo las consecuencias, como inventaría luego la de Iraq, etc. Este Ben Willliams diseñó la “Estrategia” (que reproduje en mi libro“La Otra Guerra de las Drogas”, Grijalbo 1991, con los documentos en mano). En 2004 demostró su estupidez y fue abucheado en su país después de decir en una cadena de radio nacional que para que el crimen disminuyera en Estados Unidos, había que “abortar a todos los negros” Todavía no llegaba Obama ni su sucesor, el bulldog Gil Kerlikowske

PERO DE LOS BUSH NI SE HABLA.

Papa Doc y Baby Doc Bush son los grandes manipuladores de la Guerra de las Drogas. Pero el chivo “respiratorio” es Nixon que hace 40 años propuso la guerra contra las drogas dentro y fuera de USA. Es muy cómodo Nixon, entre sus otras conocidas cualidades, porque está muerto. Me imagino a los Bush y sus halcones diciéndose entre ellos: Tenemos a Obama en nuestras manos. Es nuestro hombre. Ahora hay que echarle la culpa a alguno de nosotros ¿por qué no a Nixon? Y como evidentemente el clan de los petroleros tejanos sigue mandando…

Hasta se le olvidan los Bush al amigo Eduardo Ibarra, director de la perseguida revista Forum ahora sólo en línea. En su artículo “40 Años de Fracaso” dice: “Richard Milhous Nixon proclamó, el 17 de junio de 1971, “la guerra contra las drogas” con un mensaje desde la Casa Blanca y frases para el bronce, rescato la siguiente: “() el enemigo público número uno de Estados Unidos es EL ABUSO (mayúsculas mías) de las drogas. Para poder luchar y derrotar este enemigo es necesario llevar a cabo una ofensiva nueva y plena. Ésta será una ofensiva a escala mundial abordando los problemas con las FUENTES DE OFERTA (ídem), como también con estadunidenses desplegados en el extranjero ()”. Luego habla Ibarra de Carter y de otros y finalmente llega al presente y dice: “Para Barack Hussein Obama el consumo de drogas en el país de los adictos por excelencia es de la mitad respecto a 1981, la producción en Colombia se ha reducido en casi dos tercios y miles de consumidores no violentos se encuentran en centros de tratamiento en lugar de tras las rejas. Por supuesto que se guardó la cifra de los pacientes y omitió que tras la invasión de Afganistán floreció como nunca la producción de opio, además de que metió a México en un baño de sangre que --según George Shultz, secretario de Estado de Ronald Reagan, y Paul Volcker, exsecretario de la Reserva Federal-- las bajas mexicanas en “la guerra contra las drogas” son equivalentes a las estadunidenses en las invasiones de Vietnam y Corea. De ese tamaño es el desastre de Calderón para legitimarse en Los Pinos, pagar las facturas a los altos mandos de las fuerzas armadas que lo encumbraron y corresponder a las necesidades e intereses de Washington. Estos señores no escuchan ni a sus propios pensadores, como Milton Friedman quien escribió: “La ilegalidad crea ganancias obscenas que financian las tácticas asesinas de los capos del narco, la ilegalidad lleva a la corrupción de oficiales de seguridad pública”.

Sin embargo fue George W Bush el que metió a México en un baño de sangre con Calderón cuando lo hizo firmar la Iniciativa Mérida en 2007 para hacer que el ejército lo lavara del fraude. Y todo este ocultamiento de la atroz culpa de la dinastía Bush de la que nadie habla, en lo personal me confirma que Obama es su “cordero”. Desde el principio, en su discurso de “Inauguration”, dijo el demócrata primer presidente negro de USA: “George Bush is a NICE person”.

EL ESCANDALOSO SAQUEO A PEMEX.

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