¡¡Exijamos lo Imposible!!
Los yanquis buscan invadir al país
María Teresa Jardí
Los creadores de “La Familia” desaparecen a este cártel por decreto, como se maneja hoy al país. Aunque no sin antes haberse garantizado la creación del nuevo grupo de sicarios a modo de la limpia que el fecalismo lleva adelante en el país. Michoacán fue elegido como el laboratorio porque a la hermana del usurpador, que cada día está más claro que no quiere irse, se le ocurrió que ella desea convertirse en la dueña de ese estado de la república. Si en dueña del aparato de Educación pública se ha convertido a la siniestra “maistra” ¿por qué no podría aspirar a ser la dueña de ese estado la hermana del usurpador “haiga sido como haiga sido”? Faltaba más. Desde López Portillo quedó demostrado que a las hermanas lo que pidan, aunque luego se les quemen las Cinetecas.
Han convertido en laboratorio a Michoacán usando como modelo situaciones superadas hoy, pero sufridas en el pasado por los colombianos. País hermano, el de Colombia, donde el gobierno permitió la impune creación de grupos de sicarios, brutalmente violentos, para ayudarles en la limpia de pobres, que, como aquí, sobraban allá.
En un viaje invitada por Ilsa, en la punta de un cerro, todos abogados, se nos informó que no era apropiado salir por la mañana porque todos los días aparecían personas asesinadas, a los que niños sicarios les habían sacado los ojos con cucharas, antes de ultimarlos.
Nada nuevo lo que ha impuesto aquí el usurpador Calderón, quien, con alma de dictador, no ha entendido nada que vaya más allá de su enfermo deseo de poder. Gafe y probablemente alcoholizado, si no es que drogado, lleva al país al despeñadero como una mula con los ojos vendados dando vueltas en redondo en una noria, al despeñadero, sí, con una media de ejecuciones que ya están llegando a las cien cada día.
De la derecha mexicana no cabe esperar nada. Salinas, Zedillo y Fox ya habían demostrado que la corrupción es su divisa.
Lo verdaderamente increíble es la apatía social que va ganando la partida a pesar de encontrarnos en una disyuntiva donde lo que se juega es el futuro. Futuro, ya no digamos promisorio, al menos, menos indigno, como forma de vida para millones de mexicanos condenados a desaparecer de la peor de las maneras, porque se garantizaron, Calderón y su favorito, la traída a México de los desalmados kaibiles, en tanto se enviaban al imperio vecino a militares y marinos mexicanos a convertirse también en kaibiles.
No. El Ejército nacional no puede seguirse escudando en la obediencia debida. Incluso porque en el mundo ha quedado debidamente demostrado que no debe ser obedecida, cuando de ir en contra, incluso del sentido común, y más aún cuando de la comisión de delitos, se trata.
El Ejército tendría qué preguntarse porqué a ese instituto, y no al que maneja el favorito del usurpador, García Luna, se envió a hacer el ridículo en el caso de Hank Rhon. El Ejército nacional haría bien en empezar a hacer el análisis de lo que en realidad buscan los yanquis. Tendría que preguntarse qué busca la DEA cuando filtra, escudada en un informante anónimo, investigaciones sobre “El Chapo”, a la revista Forbes. Los gringos buscan invadir a México y cuanto antes nos enteremos, antes podremos enfrentarlos.
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