Editorial
Del circo político.
Si ya de por sí los mexicanos vivimos la dictadura de un necio que se sienta a debatir advirtiendo que no va a cambiar su punto de vista; y de un Pueblo que todavía le sigue el juego.
Como cuando los “servidores públicos” citan a conferencia de prensa, pero no admiten pregunta alguna de los colegas que asistieron; lo que es una absoluta falta de respeto. Lo extraño es que todavía publiquen la nota.
Las elecciones son en cierta forma como las películas o las telenovelas, ya sabemos que el bueno va a ganar, y el malo, o se muere, o lo meten a la cárcel (lo que en la vida real no siempre es cierto)
Ya se sabe que Felipe Bravo Mena no va a ganar la gubernatura del Estado de México, y por consiguiente, la baba se le va a caer a él. Pero el dispendio de dineros del que hacen gala los panistas, es ofensivo.
Como ofensivo debiera ser para quienes viven en Ecatepec y que año tras año ven inundarse sus casas bajo aguas negras, el ver que su Presidente Municipal, el que igualmente año con año les prometió que no volvería a suceder otra inundación, va que vuela para Gobernador.
“Yo no soy calador de melones, pero sé cuando están dulces”, decía un amigo de Sinaloa que a eso se dedicaba. Y no hace falta ser ni juez, ni consejero, ni nada, para darse cuenta de que Eruviel Ávila se ha gastado dinerales en su campaña, que ha sido apoyado por Peña Nieto y que ha violado las Leyes comprando votos.
Quizá más modesto, pero Encinas también ha gastado dinerales en una campaña que está tan perdida como la guerra de Calderón contra el narcotráfico.
Y todo para que el asunto acabe como desde un principio se dijo que acabaría. Todavía no arrancaban las elecciones y ya se sabía quien iba a ganar; por lo que semejante circo no justifica el dispendio que bien se podría destinar a mejores causas que entretener a la gente.
Y lo mismo sucede con Carstens. Desde un principio se sabía que no tenía ni la más remota oportunidad de convertirse en el sucesor de don Dominique Strauss-Khan (se entiende que al frente del FMI) pero se ha gastado muchísimo dinero del Erario (nadie piensa que lo hace con dinero propio) persiguiendo lo inalcanzable.
Pareciera que este circo político de la Democracia está saliendo demasiado caro; pues encima de todo, si las cosas no les salen como quieren, entonces hacen un descarado fraude.
Será por eso que el muy ilustre Séneca decía que “la Democracia es peor que las guerras o los tiranos”.
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