La historia en breve
por Ciro Gómez Leyva
¿Se va a quedar a vivir en México, presidente Calderón?
Le digo al presidente Calderón que al expresar en el Castillo de Chapultepec que el juicio de la historia probablemente sea injusto con él, les dio municiones a sus críticos acérrimos para que se froten las manos pensando en el 2 de diciembre de 2012. Y le pregunto si le da miedo esa fecha. Responde que no:
—No, porque tengo la conciencia tranquila. Y mientras tenga la conciencia tranquila por haber hecho lo que debía de hacer, lo demás es irrelevante.
—La conciencia tranquila no basta, Presidente.
—Seguramente habrá muchas revanchas de carácter político y se agolparán prejuicios y mezquindades. Pero creo que la única ruta era hacer lo que tenías que hacer.
—¿Se ve sometido a un juicio por los 40 mil, 50 mil, 60 mil muertos?
—Definitivamente, no, aunque es un tema que se usa retórica y recurrentemente. Ese tema proviene de una cultura y de una visión de las cosas, de hace 20, 30 años, cuando el Estado era el que mataba a la gente. Hay que decirlo con toda claridad: los dictadores mataban a la gente, en Sudamérica, Sudáfrica y otros países. Eran asesinos. Y este gobierno, y este régimen, no son asesinos.
—¿Se va a quedar a vivir en México al acabar su gestión?
—Probablemente. Mis hijos están aquí, en la escuela. Pero es algo que no he decidido y va a depender mucho, efectivamente, de las circunstancias. Va a depender de las condiciones de seguridad a que tienen derecho todos los ex presidentes. Pero también de si hay un ambiente de revancha, de rencor político y de envidia y de intereses, ve tú a saber qué vaya a pasar. Pero evidentemente que esa es mi intención. Si algo me motiva a seguir haciendo lo que hacemos es que, algún día, ¡todos!, tengamos la posibilidad de vivir en paz en México.
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