jueves, 23 de junio de 2011

Lo que huela a AMLO lo esconden

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Ningunear para justificar encuestas
Guillermo Fabela Quiñones

Apuntes

Es muy obvia la complicidad de los medios de comunicación, principalmente los electrónicos, con el grupo en el poder, con la finalidad de cerrar el paso a dichos medios a los representantes de la izquierda consecuente y verdaderamente preocupada por el futuro de los mexicanos. El resultado, también muy claro, es que en las encuestas se refleja esta circunstancia desfavorable. Como la televisión y la radio son los medios con más penetración, quienes no aparecen en ellos son inexistentes para el gran auditorio. Esto explica algo tan absurdo como las encuestas que dan un amplio margen de diferencia entre un candidato antidemocrático, sumamente corrupto, como por ejemplo Guillermo Anaya, y otro que se ha distinguido por su honestidad y firmeza de principios: Jesús González Schmal.

Este último pareciera que no está en la contienda por el gobierno de Coahuila, nadie en la televisión y la radio “lo pela”, como se dice coloquialmente. Vamos, ni siquiera Carmen Aristegui, que se supone es una luz en el túnel oscuro donde predominan los medios electrónicos. La explicación es muy simple: González Schmal es un político de limpia trayectoria, muy ligado a Andrés Manuel López Obrador, lo que lo hace un enemigo de los oligarcas más comprometidos con mantener un estado de cosas muy cercano al fascismo, quienes mueven los hilos de los poderes fácticos. Saben que dar paso a la libertad real en las contiendas electorales sería fatal para sus intereses.

Esto no lo pueden hacer en el Estado de México, porque Alejandro Encinas cuenta con el apoyo de una alianza fuerte de la izquierda, gracias a la firmeza de López Obrador para evitar que “Los Chuchos” fungieran como esquiroles en el proceso electoral, comosucedió en Coahuila. En la entidad fronteriza se salieron con la suya, lo que derivó en el debilitamiento de la izquierda, circunstancia que habrán de pagar muy caro una vez que Rubén Moreira llegara a la casa de gobierno, a pesar de que Felipe Calderón ha hecho todo lo posible para que su compadre Anaya quede como gobernador. Se antoja muy difícil que el PAN, incluso con el poder de la Presidencia de la República, pueda frenar el poderoso motor electoral que mueve la familia Moreira.

Hay una consigna infranqueable para que todo lo que huela a López Obrador sea borrado de los medios electrónicos. Así se logra crear la apariencia de que su corriente habrá de sufrir una derrota estrepitosa en los comicios federales del 2012, situación que es corroborada por las encuestas tramposas que pagan el PRI y el PAN. Si nadie los menciona en los canales de televisión ni en las frecuencias de la radio, quiere decir que no existen los políticos cercanos a López Obrador. Así sucedió con Bernardo Bátiz, quien fue candidato en el 2006 por la delegación Benito Juárez. La consigna era ningunearlo para que ganara el candidato panista, a quien ahora abomina la mayor parte de los habitantes de dicha demarcación del Distrito Federal.

El caso del Estado de México es diferente al de Coahuila, incluso al de Nayarit, donde “Los Chuchos” se salieron con la suya, imponiendo como candidato a uno de los suyos, porque el peso de la izquierda en la entidad aledaña a la Ciudad de México es muy fuerte, lo que no sucede en las dos entidades mencionadas. Si la izquierda hubiera ido unida en Coahuila, en este momento González Schmal tendría asegurado el triunfo, ya que los abanderados del PRI y del PAN buscan el poder para seguirse enriqueciendo, no para servir a los coahuilenses, y esto lo sabe muy bien la ciudadanía. El problema es que ambos están metiendo mucho dinero a sus campañas, porque sólo así podrán alzarse con el triunfo, que les urge para dar carpetazo a un pasado que en ambos casos está lleno de triquiñuelas, mismas que ahora están saliendo a la luz, porque ellos mismos las están sacando para meterse zancadillas mutuamente.

Por todo esto asombra que hasta gente progresista, como Carmen Aristegui, se preste al juego de la oligarquía de ningunear a la corriente lopezobradorista. Que así procedan los empleados de las televisoras y de las estaciones radiofónicas de la oligarquía es natural, no así en el caso de Aristegui. Mucho menos cuando es muy real el peligro de que Calderón se salga con la suya, con el aval del PRI, de cumplir los encargos estratégicos de la oligarquía, con los cuales pretende un control más firme de las instituciones del Estado.

En efecto, su terquedad en que haya un periodo extraordinario de sesiones del Congreso, así lo demuestra. Dijo en una reunión con banqueros, el martes, que “no hay razón para seguir retrasando la transformación de México que, además, necesita gobernantes y legisladores responsables”. Sólo que la transformación a la que se refiere no es la que conviene a los mexicanos, pues lo que pretende es consolidar legalmente un proceso que lleve a la cancelación total de la democracia en el país. Se trata de apuntalar reformas que sirvan a los intereses mezquinos de unos cuantos oligarcas, por eso es de admirar la firmeza de Calderón de prestarse a este juego perverso.

(gmofavela2012@hotmail.com)

No hay comentarios: