lunes, 13 de junio de 2011

Si la pobreza está en cada semáforo

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Se usa la imagen del golpe a las avispas...
María Teresa Jardí

Va la segunda parte de la radiografía llegada de Michoacán sin ningún preámbulo que no necesita.

“ ... También habría que legislar en el sentido de ser consecuentes con lo que se dice: ¿qué cálculos puede hacer un funcionario que no ve la pobreza que se expresa en cada semáforo de cualquier avenida, de alguna ciudad mediana o grande del país, puesto que en las pequeñas se expresa en todos lados?

“También dijo el Presidente de la CEM que se nos advirtió que habría sangre y muertos, como en toda guerra... No si con eso quiere decir que se cancela la responsabilidad ética, jurídica y política por las consecuencias, ni si también los Obispos consideran que sufrir el homicidio es, mientras no se pruebe lo contrario, signo de culpa. No pocos han dicho que las razones de lo que está pasando parecen sin-razones: acá no faltan quienes creen que precisamente lo certero de los golpes al crimen provocan tal desesperación y confusión en los criminales, que ahora se dedican a matar con mayor crueldad y fuerza que antes... Se usa la imagen del golpe a las avispas que, una vez golpeadas, construyen a toda velocidad mas avisperos y se dedican a picar al que se atraviesa...

“Probablemente por acuerdos entre cúpulas, a falta de una verdadera elite capaz de impulsar un proyecto de país que busque la grandeza de México y no la triste aprobación de inversionistas rapaces, no se nos dice nada acerca de esas omisiones, descuidos, complicidades que hace unos días mencionaba la líder vitalicia del sindicato de maestros, el que agrupa a los educadores que se hacen cargo de enseñar a millones de niños los valores de la democracia. Por fin, se nos dice, se atiende la situación aunque --según podemos imaginar--, los cómplices, descuidados u olvidadizos siguen declarando, poniendo y quitando.

“La Pérdida del Animo Nacional retrata al PAN, a sus voceros y aliados. No expresa otra cosa que una sordera en la que el tartamudo no es rey, sino estructura a la que se sirve y se propaga. En microespacios y en grupúsculos, lo mismo que en los grandes Poderes, una misma estrategia infiltra las maneras de no escuchar y de calcular la presencia del otro: será aliado si es dócil, si --como lo decía el Presidente del Episcopado--, se tira al piso y no ofrece resistencia. De lo contrario es el Enemigo cualquiera, del interior, plenamente amenazante. Es lamentable y hay que lamentarse, no queda de otra, se nos indica. Al fin que no hay institución que se haga cargo de la desgracia. Así es la guerra y sólo ella es, ya no el Evangelio, lo que salva. Ya que termine, en el cálculo oficial de siete años, tal vez se pueda recuperar el Sermón de la Montaña que se transfiguró en discurso del Campo Militar o la parábola de la gratuidad con la que Jesús ofrecía la participación en el Reino y que se convirtió en llamado a participar en el fratricidio.

De cualquier manera, según parece, en las altas esferas y en los pequeños círculos, el logro pedagógico de la tecnocracia es el nuevo poder. Antes, el exceso de fuerza o el uso de ella que generaba destrucción era lo injusto y lo que requería a reparar daños y a emprender una acción en el ámbito de la justicia. Con el nuevo poder, la destrucción es lo justo, la cárcel es el territorio nacional y la expiación es social. Una de las virtudes de Sicilia es impulsar la toma de la palabra del dolor que encarna y se convierte en vía de acceso para hacer escuchable la enorme fabricación de muerte y sufrimiento que circula en los caminos, no en los indicadores. El ánimo, hoy y ayer en Morelia, es sombrío, mientras los políticos andan en precampaña. Debiera existir algo como lo de Egipto o como lo de España, entonces tendremos a las masas en el camino correcto de los clásicos, es lo que se lee en muchos analistas críticos. Así podemos no hacernos cargo de lo que suscita la caravana, del pacto ciudadano, y seguir hallando maneras de no escucharnos...”.

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