jueves, 9 de junio de 2011

El electorado no se chupa el dedito

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Cordero y cordura
Ricardo Monreal Avila

Algo tiene el despacho del secretario de Hacienda en México que aísla de la realidad a sus ocupantes. La cordura desparece en los ministros y su lugar es tomado por la insensatez o la falta de sentido de la realidad. Doctos en la materia económica, alguno de los secretarios se vuelven legos o faltos de información sobre la realidad cotidiana.

Ejemplos. Para Pedro Aspe, el desempleo de los años noventa era un “mito genial”. Para José Angel Gurría, la guerrilla zapatista no era más que un movimiento de “tinta e internet”. Con Guillermo Ortiz, la megacrisis de 1995, que provocó una devaluación del peso de 85%, fue sólo “un nota de pie de página”. Para Francisco Gil Díaz, los cuantiosos excedentes petroleros de la época de Fox, fueron también “un mito económico”. Para Agustín Carstens, la crisis financiera global de hace dos años, que provocó la caída del PIB en un 7%, fue sólo “un catarrito”. Ahora, Ernesto Cordero, nos obsequia al hilo tres nuevas perlas de un collar que luce la marca de la casa: “mitología económica”.

Para el también aspirante del PAN a la Presidencia de la República, en México se puede vivir muy bien con 6 mil pesos al mes, ya que alcanza para casa, internet y pago de colegiaturas privadas. Por ello, es que México ya salió de la pobreza y ahora es una potencia, en potencia. Y todo esto es posible, ya que el salario mínimo rinde más ahora que hace 20 años.

La afirmación del secretario de Hacienda sobre el salario mínimo fue la siguiente: “Por primera vez en décadas el poder adquisitivo del salario mínimo está creciendo en México, aunque sea de manera muy modesta; es decir, lo que alcanza para comprar con un salario mínimo es más”. Recordó que en la década de los ochenta (es decir, con el PRI) el poder adquisitivo del salario mínimo se contrajo 50 por ciento, mientras que en los noventa (es decir, también con el PRI) retrocedió 90 por ciento.

¿Qué tanto es esta presunta recuperación del poder adquisitivo del salario mínimo? De acuerdo con el índice del salario mínimo real elaborado por el Banco de México, entre abril de 2010 y abril del 2011, la recuperación es de 0.72 por ciento, es decir, 43 centavos de peso. Para usted y para mí, presumir esta cifra no sólo puede parecer irrisorio sino también irritante e insultante. Pero si recordamos que el actual gobierno se hizo de la Presidencia de la República con apenas 0.43 por ciento de diferencia, los 43 centavos de recuperación de los que ganan un salario mínimo se podrán sentir también poderosos y realizados.

Fuera del despacho de los ministros de Hacienda, la realidad es otra muy diferente. Para 5 millones 800 mil mexicanos que se estima ganan un salario mínimo al día, este ingreso alcanza apenas para adquirir 41 por ciento de los productos que integran la canasta básica.

“Si consideramos que más de 16 millones de mexicanos tienen ingresos de entre uno y tres salarios mínimos (36 por ciento de la población económicamente activa del país), y eso representa el único ingreso de igual número de familias integradas por cuatro miembros cada una, tenemos a 64 millones de mexicanos sin posibilidades de cubrir los requerimientos mínimos de alimentación, vivienda, vestido, calzado, recreación, etc.” (La Jornada, 7 de junio del 2011).

Si consideramos que el costo mensual de la canasta básica completa (compuesta por 190 productos y servicios) es de 6 mil 730 pesos al día de hoy, en las zonas urbanas del país, esto implica que se requiere de un ingreso diario de por lo menos 224.33 pesos, no de los 60 pesos que actualmente se paga en la mayor parte del país. 16 millones de mexicanos, de los 44 que actualmente integran la PEA, no obtienen siquiera este ingreso.

Por su parte, la Facultad de Economía de la UNAM estima que el precio de la canasta alimenticia recomendable pasó de 80.83 pesos a 156.76 pesos entre diciembre de 2006 y abril de 2010, lo que representa un incremento acumulado de 93 ciento únicamente en el rubro de alimentos, sin considerar los aumentos en los servicios como el gas doméstico, combustibles, aseo personal y el hogar. En contrapartida, el salario mínimo sólo se incrementó en el mismo período un 17 por ciento. Esto llevó a concluir al Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM que “la caída en el poder adquisitivo durante el gobierno de Felipe Calderón es mayor a la sufrida en todo el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado y de Carlos Salinas de Gortari” (Ibídem).

Las mismas observaciones se pueden formular para las otras dos afirmaciones del secretario Cordero: que seis mil pesos mensuales alcanza para prácticamente todo y que México ya no es un país pobre.

Con seis mil pesos mensuales de ingreso, en efecto, un trabajador o una familia califican para poder acceder a ciertos bienes y servicios, pero bajo una modalidad económica: el crédito. La capacidad de compra que otorga un crédito, bajo ninguna circunstancia significa que el ingreso real se ha incrementado, sino que únicamente se ha adquirido una capacidad de endeudamiento. Es cierto, hoy los mexicanos adquieren más bienes y servicios, pero a costa de endeudarse, no de un crecimiento de sus ingresos reales. Es la llamada “política económica ficción”, bajo la cual se incubó durante una década la crisis financiera global que estalló hace dos años.

La clase media mexicana que presume el secretario Cordero está construida a 18 meses sin intereses: debe desde la corbata hasta la casa y desde el coche hasta la despensa. Es una clase media prendida de alfileres, por lo que cual vendaval económico la echa abajo. Por ello, la megacrisis de hace dos años, no produjo una expansión de este grupo social, sino un crecimiento de nuevos pobres, cinco millones de mexicanos bajaron uno y hasta dos peldaños en la escala social.

No obstante estas realidades duras, el secretario Cordero insiste en sus cuentas alegres del país, lo cual viene a confirmar que un optimista es un pesimista mal informado. La falta de cordura que alimenta esta visión parece tener una sola explicación. Busca posicionarse en la opinión pública a costa de lo que sea, no importa si ello implica el ridículo, porque ya no es secretario de Hacienda sino aspirante a la Presidencia en caballo de hacienda. Sólo que las mentiras no son una buena manera de darse a conocer. Pensar que el electorado se chupa el dedo es una falta de cordura del aspirante Cordero.

ricardo_monreal_avila@yahoo.com.mx
Twitter: @ricardomonreala

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