Editorial
Como si no hubiera sido suficiente el que la SCJN hubiera liberado a la directora de escuela en Oaxaca que le sirviera de Celestina a su esposo y a otro “maestro” para que en repetidas ocasiones violaran a un niño de 4 años de edad.
En claro respaldo a la política instrumentada por el señor Felipe Calderón, ahora ha autorizado el fuero de guerra para los soldados en el caso (nada esporádico por cierto) de que haya civiles involucrados (muertos o lesionados) en sus acciones.
A pesar de que su decisión es abiertamente contraria a las disposiciones de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, ante la que seguramente será acusado don Felipe en cuanto termine su mandato.
Pero por el momento es evidente que estamos sometidos a una dictadura en donde las Leyes son impunemente violadas, precisamente por quien protestó cumplirlas y hacerlas cumplir.
Se puede considerar que ya es tiempo de que los jueces y magistrados, cuando menos los de la SCJN, sean electos por el Pueblo. De otra manera, mientras sigan siendo designados a conveniencia, continuaremos viviendo un México sin Ley.
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