Estados Unidos: Licencia para matar
Marcelo Raimon
WASHINGTON, 30 de mayo (apro).- Mientras el pasado miércoles 25 en Londres el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, prometía --junto al primer ministro de Gran Bretaña, David Cameron--, “incrementar la presión” sobre el régimen libio, en Washington la Cámara de Representantes debatía intensamente la posibilidad de conceder al jefe de la Casa Blanca todavía mayores poderes para combatir al “terrorismo” en cualquier lugar del planeta.
El proyecto 1034 de la nueva ley de autorización de gastos para el ministerio de Defensa es tan ambigua, que hace posible la entrega al presidente de un permiso para llevar la guerra contra Al Qaeda donde sea, por lo que varias organizaciones de derechos civiles, como la American Civil Liberties Union (ACLU) lanzaron, por ahora sin suerte, una campaña urgente para presionar al Congreso.
El lenguaje legislativo que abre las puertas a la “worldwide war authority”, como la bautizó la ACLU, es impulsado por los sectores más “duros” de republicanos y los demócratas, a los que se oponen oficialistas más progresistas y los “libertarios” entre las filas de la oposición. También Obama estaría en contra, pero la posición del presidente es siempre controvertida y abierta a interpretación, en especial si se tiene en cuenta que el mandatario sigue adelante con la guerra en Libia sin contar todavía con una autorización explícita del Congreso.
En sus más de 900 páginas, el proyecto de ley de gastos de defensa para el año fiscal 2012 incluye en la provisión 1034 una “afirmación del conflicto armado” con Al Qaeda, el grupo fundamentalista considerado responsable de los atentados del 11 de setiembre del 2001 contra el Pentágono y las torres gemelas de Nueva York. Y también contra los talibanes afganos y cualquiera de sus “fuerzas asociadas”.
En estos párrafos, se recuerda que el país está comprometido “en un conflicto” con esos grupos radicales y que “esas entidades siguen representando una amenaza para Estados Unidos y sus ciudadanos, tanto a nivel doméstico como en el exterior”.
Aún más, el proyecto indica que el presidente “tiene la autoridad para utilizar todas las fuerzas necesarias y apropiadas durante el conflicto armado vigente” con Al Qaeda, los talibanes y sus “asociados”. Este amplio permiso para el presidente “incluye la autoridad para detener combatientes” prácticamente en todo el mundo, “hasta que concluyan las hostilidades”.
“Nadie puede legítimamente decir” que las leyes que dan marco legal en Estados Unidos a la lucha contra los grupos fundamentalistas islámicos “no necesitaba ser actualizada”, afirmó uno de los impulsores del texto, el diputado republicano Mac Thornberry, de Texas. Según el legislador, la ley lo único que hace es “aclarar la autoridad para lo que estamos haciendo en este momento”.sigue leyendo:
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