Digo con respeto a las putas tristes: sus hijo(a)s, que gobiernan EEUU y México, siguen asesinando al pueblo
Pedro Echeverría v.
No se cuántos años más (20, 50, 100) tengamos que luchar -no para que ¿mejore? (no está nada bien) la situación del 70 por ciento de los mexicanos- sino para que no estuviera tan jodida.
1. No se cuántos años más (20, 50, 100) tengamos que luchar -no para que ¿mejore? (no está nada bien) la situación del 70 por ciento de los mexicanos- sino para que no estuviera tan jodida. Si nuestras batallas contra el poder no alcanzan, no tienen la fuerza necesaria, para enterrar para siempre la explotación y la desigualdad del capitalismo, por lo menos deben ser suficientes para garantizar que toda la población tenga para comer diariamente, vestirse, tener una vivienda cómoda y contar con servicios de salud y educación. ¿Cómo puede aceptarse, como si nada pasara, que la gente tuviera que emigrar, arriesgar sus vidas, abandonar a sus familias, hacer trampas, robar, matar, para que sus hijos tuvieran para comer? Mientras los gobernantes y empresarios se pasan la vida dilapidando nuestros dineros en viajes, lujos, parrandas y borracheras –y esto ha quedado muy claro en los últimos días- nuestro país sigue derrumbándose por falta de inversiones, empleos y producción.
2. Por ello festejo con alegría que el diario La Jornada haya recibido unos tres mil cables de Wikileaks. Lo anterior y cientos de miles de más comunicados, me hace poner a Julian Assange, el director de esa agencia perseguido por EEUU, en un pedestal. Lo que hacen esos cables en México y todo el mundo (Túnez, Egipto, Italia, entre otros países) es enterarnos, indignarlos, movilizarnos, así como reconfirmar las denuncias que desde hace décadas venimos haciendo contra los gobiernos, los empresarios y el imperio de los EEUU. Cada publicación de Wikileaks nos descubre que el mundo durante siglos ha sido gobernado y sigue aún, por personajes de clases altas y medias cuya preocupación única ha sido servir a sus intereses particulares a pesar de saber que la mayoría de la población carece de empleo, ingresos y vive en la miseria. ¿Qué son esos gobernantes, en dónde nacieron, por qué venden armas, hacen la guerra, asesinan a seres humanos y todo les importa un carajo?
3. Casi 40 mil asesinados en México en los últimos cuatro años no son nada, sobre todo cuando la inmensa mayoría de ellos pertenecía a familias pobres y miserables. México vive en paz, dice su gobierno en medio de fiestas, pero al mismo tiempo le pide a EEUU que intervenga, que lo ayude a acabar con “la delincuencia organizada”. ¿Será acaso un sueño pasajero, nuestra imaginación, una simple borrachera de la que no despertamos? Pero no es borrachera es una realidad que varios miles de agentes de la CIA, la DEA, el Pentágono yanqui -que funcionan encubiertos a través de sus embajadas y consulados- tienen muy bien registrados. Ahora los yanquis, que antes hablaban de la intervención del ETA vasco y de las FARC colombianas asesorando a “terroristas”, ahora van más allá y empiezan a meter a Al Qaeda asiática. El mismo canto anticomunista de hace 40 o 50 años: “las guerrillas en Latinoamérica son armadas y asesoradas por Cuba, Rusia, China y Norcorea”, cuando todas eran armas yanquis.
4. El gobierno yanqui de Obama está desesperado; no sabe ya que hacer para “proteger” su frontera con México de eso que le ha llamado “terrorismo”, que no es otra cosa que la continuación de su guerra anticomunista de los cincuenta y sesenta. Después del bombardeo o auto bombardeo de la Torres Gemelas de Nueva York que pudo ser real, pero también un pretexto inventado para llevar la guerra a Afganistán, Irak, Irán y Pakistán, los yanquis se sienten nuevamente autorizados para intervenir donde les plazca y para amenazar a cualquier país del mundo. Han construido altos muros, han colocado gigantescos reflectores y videos, su patrulla fronteriza es cada vez más numerosa y beligerante, al mismo tiempo de su Congreso brotan las leyes más restrictivas y fascistas contra la migración mexicana y de Centroamérica; ahora es más que obvio que –junto a Europa- sigue encabezando a las naciones más racistas y xenofóbicas.
5. Janet Napolitano, la secretaria de Seguridad Interior de ese país, al responder a una pregunta sobre la potencial amenaza de “terroristas” dentro de los EEUU, habló del vínculo potencial “entre un cártel y Al Qaeda”. Tal como lo hizo el mes pasado, amenazó y advirtió de nuevo la funcionaria policíaca Napolitano a los cárteles en México: “No traigan esa guerra a Estados Unidos”, y si eso ocurre, volvió a intimidar, “responderemos muy, muy vigorosamente”. Dijo que están altamente concientes de la cantidad de violencia en México, el número de muertes asociadas con esa violencia; que están trabajando muy de cerca con el gobierno de Calderón sobre ello. “Tenemos a individuos en México trabajando sobre estos temas… y estamos muy, muy vigilantes acerca de que esa guerra sea llevada a través de la frontera a Estados Unidos. Pero tenemos que trabajar con México para llevar a un final la guerra”.
6. Y no dejan los gringos de tomar medidas: Wikileaks ha revelado que de 2007 hasta 2010 sus cables en manos de La Jornada demuestran cómo ante los ojos de Washington, la potencia económica del norte de México, se ha convertido en una zona de la narcoguerra, pese a los esfuerzos del gobierno mexicano y las múltiples formas de colaboración bilateral. Hablan de un declive de Nuevo León –que alberga unas mil 200 empresas yanquis- de enclave económico a “territorio zeta”, y se dice que eso obligó a mediados de 2007 a la designación como cónsul general a Williamson, diplomático de carrera con formación militar, egresado del Colegio Nacional de Guerra con una maestría en Estudios Estratégicos y ex consejero para Latinoamérica en la Oficina Internacional de Narcóticos del Departamento de Estado. Esa misión diplomática cubre también San Luis Potosí, Zacatecas, Coahuila y Durango. Altos militares en México.
7. La Napolitano y la Clinton –las Thatcher que tanto desprestigian a las féminas- son las que más han exigido la más amplia y directa intervención del ejército yanqui en México. Por eso a ellas se ha dirigido en varias ocasiones Calderón rogándoles ayuda económica, militar y de asesoría. Y dado que “la delincuencia organizada” está ganando la batalla en México desde hace mucho, no nos caerá de sorpresa una invasión abierta yanqui por el Norte dado que controlan ya los estados mexicanos fronterizos como Nuevo León. Y el argumento será indiscutiblemente el mismo: “intervenimos para salvar a nuestros conciudadanos estadounidenses que tienen inversiones en el país”. Ese día será de profunda tristeza para la población mexicana, pero por el contrario sus gobernantes en lugar de brindar con tequila lo tendrán que hacer con licores yanquis para ponerse a tono con los invasores. ¡Salud y que la cruda sea leve!
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