Apoyar a #Aristegui implica forzosamente apoyar a Noroña
Víctor Hernández
Dijo ayer Carmen Aristegui en su conferencia de prensa donde dio su posicionamiento sobre su despido:
"Abrazo a quienes en todos los tonos y con los diferentes lenguajes, se han manifestado en contra de lo que es a todas luces un hecho autoritario, desmedido e inaceptable. Un hecho así, sólo es imaginable en las dictaduras que nadie quiere para México. Castigar por opinar o por cuestionar a los gobernantes. El tema nos pega a todos."
¿Qué parte de "todos los tonos y con los diferentes lenguajes" no entenderan los que atacan constantemente a Gerardo Fernández Noroña precisamente por su tono y su lenguaje?
Prosigue Aristegui:
"El comentario editorial (preguntando si tiene o no Felipe Calderón un problema de alcoholismo) cerraba diciendo que el tema, y dada su exposición pública através de la manta de los legisladores, merecía una respuesta seria, formal y oficial de la propia presidencia de la república. La presidencia no respondió a la periodista. De inmediato exigió a los dueños, que no a la periodista, una disculpa pública inmediata por la tremenda osadía. Demostró con ello un grado de irritabilidad e intolerancia que por si mismo hablan de algún tipo de problemática, que porsupuesto también debe uno analizar."
¿Entenderán esto los que se pronunciaron en contra de meterse con el asunto de la bebida de Felipe Calderón--incluyendo al propio Andrés Manuel López Obrador? ¿Lo entenderán los que se desgañitan exigiendo pruebas a Noroña?
Sigue Aristegui:
"El estado de salud y grado de equilibro de un mantadario, por supuesto que es un asunto de claro interés público. La sociedad mexicana tiene derecho a saber con certeza, sin ofensa, sin caricaturizaciones, sobre las condiciones de salud de quien ha tomado y seguirá tomando todos los días decisiones gravísimas que impactan sobre el destino de una nación. Y vaya sí ha impactado el destino de la nación las decisiones tomadas desde los pinos en este sexenio."
Considerando que el propio Felipe Calderón declaró en enero de 2001 que su actividad de esparcimiento es beber alcohol ¿no era entonces la manta de los diputados del PT un señalamiento que merecía ser incorporado al debate nacional como lo incorporó Carmen Aristegui?
Desde luego que lo era. Por eso precisamente Felipe Calderón presionó para que Aristegui se disculpara. Porque sabía que estaba poniendo en tela de juicio el estado en el que toma decisiones--y por consiguiente la legitimidad de las deciones tomadas (literal o figurado, como quieran leerlo).
Remata Aristegui:
"Lo sucedido entre el viernes y el fin de semana entre los pinos y nuestras oficinas, no se si también en otras, La Destilería y El Meridiem, es algo que no merece nadie, que nos daña a todos, y que para lo único que va a servir es para el desahogo absurdo de un berrinche presidencial. Y para el beneplácito de los que prefieren que nadie compita, que nadie cuestione, o que se cuestione poquito."
¿No es a caso un berrinche el que hacen los que atacan a Noroña ni siquiera por sus argumentos, sino porque no les gusta su personalidad, mientras Noroña recibe el apoyo de millones de mexicanos que se sienten representados por él cuando les dice en sus caras a los políticos lo que los ciudadanos quisieran decirles? ¿No son a caso los intentos de callar a Noroña para el beneplácito y aplauso de los que prefieren que nadie compita y que no se cuestione, o que se cuestione a modo?
Es alentador ver todo el apoyo que recibe Carmen Aristegui por haber sido censurada, y la exigencia de que no sea la censura política de estado. Pero al mismo tiempo es lamentable y peligrosísimo para la vida pública del país que se pretenda censurar a Gerardo Fernández Noroña por haber hecho exactamente lo mismo que hizo Carmen Aristegui: cuestionar al poder.
Que si el tono, que si el lenguaje. Es irrelevante. El tema fue puesto sobre la mesa por Gerardo Fernández Noroña y los diputados del PT. Carmen Aristegui lo retomó y esto causó que Calderón se quitara la careta y se dejara ver a si mismo como lo que es: un remedo de dictador que prefiere el seliencio mientras se niega a aclarar si está imparado o no para tomar decisiones de relevancia nacional.
Tanto que se queja la derecha de Hugo Chávez y sus desplantes autoritarios contra la oposición, pero no son capaces de tolerar ni de defender el legítimo derecho a la manifestación pacífica de las ideas del diputado Gerardo Fernández Noroña. Incurrieron precisamente en lo que critican: en la intolerancia chavista a lo que no les gusta ni siquiera por una cuestión de datos duros, sino de simple estética y gusto personal, que de ninguna manera puede considerarse como un motivo válido para censurar a nadie.
Es por eso que apoyar a Carmen Aristegui implica forzosamente apoyar a Noroña. No hacerlo es incongruente, una agresión a los derechos ciudadanos y un lastre para la democracia. Yo NO quiero un México donde impere la censura y el berrinche personal por encima del derecho de toda persona a manifestarse de manera pacífica.
PD: Que dice Roberto Gil Zuarth--quien se pusiera el saco cuando Ricardo Monreal habló de lambiscones de Calderón--que Felipe Calderón tiene "buena salud". Que la muestra son sus actividades cotidianas. Lo que no dijo es si Calderón tiene problemas de alcoholismo o no. Y es que el alcoholismo no impide realizar actividades cotidianas. Lo que impide es la toma de decisiones correctas. A ver si para la próxima sí responden la pregunta y no se tardan 6 días en responder.
UPDATE: En un artículo para Proceso titulado "La Manta", publicado el 9 de febrero de 2011 en el sitio de internet del semanario, el reportero José Gil Olmos escribe:
"El tema del presunto alcoholismo de Calderón ha permeado a los medios políticos desde que era coordinador del PAN en la Cámara de Diputados, en el año 2000. Su afición, principalmente al tequila, fue reconocida en 2003, cuando pasó a ser secretario de Energía y era cliente asiduo al restaurante bar La Barraca Orca, que estaba enfrente de su oficina y donde, junto con su jefe de prensa, Maximiliano Cortazar, ya tenían una mesa especial con su nombre registrado en las sillas.
"En 2006, principalmente en el cierre de campaña de Jalisco, y en ese mismo estado, cuando se festejó su triunfo, fue visto por la prensa en una situación etílica que le impedía dar un discurso.
"En 2007, al cabo del primer año en el gobierno, la revista Contralínea documentó, a través del IFAI y de facturas, que la presidencia había hecho un gasto oneroso en la compra de botellas de alcohol.
"En su edición 178 del 18 de abril de 2010, consignó lo siguiente: "De enero de 2007 a noviembre del año pasado, la Oficina de la Presidencia desembolsó 685 mil 837 pesos en alcohol. El producto más socorrido fue el tequila, del que se adquirieron 999 botellas de las marcas Don Julio y José Cuervo Reserva de la Familia, cuyo costo es de 865 pesos por botella.
"La Presidencia también compró 516 botellas de vino tinto, 269 de whisky, 147 de licores, 130 de ron, 83 de vino blanco, 60 de brandy, 48 de coñac, 44 de vino oporto y 19 de vodka.
"El 2 de enero de 2007, un mes después de que Felipe Calderón Hinojosa tomara posesión de la Presidencia de la República, la dependencia adquirió 3 mil 862 pesos en bebidas alcohólicas. En total fueron 16 botellas, entre licor de café Baileys, vino oporto Ferreira Tawny, whisky Chivas Regal y Johnnie Walker Etiqueta Negra, vino blanco L.A. Cetto Fumé Blanc y una botella de tequila José Cuervo Reserva de la Familia. Ese mismo día, Calderón Hinojosa dio un mensaje al gabinete de seguridad en la residencia oficial de Los Pinos".
¿Le irán a pedir pruebas a José Gil Olmos?
"Abrazo a quienes en todos los tonos y con los diferentes lenguajes, se han manifestado en contra de lo que es a todas luces un hecho autoritario, desmedido e inaceptable. Un hecho así, sólo es imaginable en las dictaduras que nadie quiere para México. Castigar por opinar o por cuestionar a los gobernantes. El tema nos pega a todos."
¿Qué parte de "todos los tonos y con los diferentes lenguajes" no entenderan los que atacan constantemente a Gerardo Fernández Noroña precisamente por su tono y su lenguaje?
Prosigue Aristegui:
"El comentario editorial (preguntando si tiene o no Felipe Calderón un problema de alcoholismo) cerraba diciendo que el tema, y dada su exposición pública através de la manta de los legisladores, merecía una respuesta seria, formal y oficial de la propia presidencia de la república. La presidencia no respondió a la periodista. De inmediato exigió a los dueños, que no a la periodista, una disculpa pública inmediata por la tremenda osadía. Demostró con ello un grado de irritabilidad e intolerancia que por si mismo hablan de algún tipo de problemática, que porsupuesto también debe uno analizar."
¿Entenderán esto los que se pronunciaron en contra de meterse con el asunto de la bebida de Felipe Calderón--incluyendo al propio Andrés Manuel López Obrador? ¿Lo entenderán los que se desgañitan exigiendo pruebas a Noroña?
Sigue Aristegui:
"El estado de salud y grado de equilibro de un mantadario, por supuesto que es un asunto de claro interés público. La sociedad mexicana tiene derecho a saber con certeza, sin ofensa, sin caricaturizaciones, sobre las condiciones de salud de quien ha tomado y seguirá tomando todos los días decisiones gravísimas que impactan sobre el destino de una nación. Y vaya sí ha impactado el destino de la nación las decisiones tomadas desde los pinos en este sexenio."
Considerando que el propio Felipe Calderón declaró en enero de 2001 que su actividad de esparcimiento es beber alcohol ¿no era entonces la manta de los diputados del PT un señalamiento que merecía ser incorporado al debate nacional como lo incorporó Carmen Aristegui?
Desde luego que lo era. Por eso precisamente Felipe Calderón presionó para que Aristegui se disculpara. Porque sabía que estaba poniendo en tela de juicio el estado en el que toma decisiones--y por consiguiente la legitimidad de las deciones tomadas (literal o figurado, como quieran leerlo).
Remata Aristegui:
"Lo sucedido entre el viernes y el fin de semana entre los pinos y nuestras oficinas, no se si también en otras, La Destilería y El Meridiem, es algo que no merece nadie, que nos daña a todos, y que para lo único que va a servir es para el desahogo absurdo de un berrinche presidencial. Y para el beneplácito de los que prefieren que nadie compita, que nadie cuestione, o que se cuestione poquito."
¿No es a caso un berrinche el que hacen los que atacan a Noroña ni siquiera por sus argumentos, sino porque no les gusta su personalidad, mientras Noroña recibe el apoyo de millones de mexicanos que se sienten representados por él cuando les dice en sus caras a los políticos lo que los ciudadanos quisieran decirles? ¿No son a caso los intentos de callar a Noroña para el beneplácito y aplauso de los que prefieren que nadie compita y que no se cuestione, o que se cuestione a modo?
Es alentador ver todo el apoyo que recibe Carmen Aristegui por haber sido censurada, y la exigencia de que no sea la censura política de estado. Pero al mismo tiempo es lamentable y peligrosísimo para la vida pública del país que se pretenda censurar a Gerardo Fernández Noroña por haber hecho exactamente lo mismo que hizo Carmen Aristegui: cuestionar al poder.
Que si el tono, que si el lenguaje. Es irrelevante. El tema fue puesto sobre la mesa por Gerardo Fernández Noroña y los diputados del PT. Carmen Aristegui lo retomó y esto causó que Calderón se quitara la careta y se dejara ver a si mismo como lo que es: un remedo de dictador que prefiere el seliencio mientras se niega a aclarar si está imparado o no para tomar decisiones de relevancia nacional.
Tanto que se queja la derecha de Hugo Chávez y sus desplantes autoritarios contra la oposición, pero no son capaces de tolerar ni de defender el legítimo derecho a la manifestación pacífica de las ideas del diputado Gerardo Fernández Noroña. Incurrieron precisamente en lo que critican: en la intolerancia chavista a lo que no les gusta ni siquiera por una cuestión de datos duros, sino de simple estética y gusto personal, que de ninguna manera puede considerarse como un motivo válido para censurar a nadie.
Es por eso que apoyar a Carmen Aristegui implica forzosamente apoyar a Noroña. No hacerlo es incongruente, una agresión a los derechos ciudadanos y un lastre para la democracia. Yo NO quiero un México donde impere la censura y el berrinche personal por encima del derecho de toda persona a manifestarse de manera pacífica.
PD: Que dice Roberto Gil Zuarth--quien se pusiera el saco cuando Ricardo Monreal habló de lambiscones de Calderón--que Felipe Calderón tiene "buena salud". Que la muestra son sus actividades cotidianas. Lo que no dijo es si Calderón tiene problemas de alcoholismo o no. Y es que el alcoholismo no impide realizar actividades cotidianas. Lo que impide es la toma de decisiones correctas. A ver si para la próxima sí responden la pregunta y no se tardan 6 días en responder.
UPDATE: En un artículo para Proceso titulado "La Manta", publicado el 9 de febrero de 2011 en el sitio de internet del semanario, el reportero José Gil Olmos escribe:
"El tema del presunto alcoholismo de Calderón ha permeado a los medios políticos desde que era coordinador del PAN en la Cámara de Diputados, en el año 2000. Su afición, principalmente al tequila, fue reconocida en 2003, cuando pasó a ser secretario de Energía y era cliente asiduo al restaurante bar La Barraca Orca, que estaba enfrente de su oficina y donde, junto con su jefe de prensa, Maximiliano Cortazar, ya tenían una mesa especial con su nombre registrado en las sillas.
"En 2006, principalmente en el cierre de campaña de Jalisco, y en ese mismo estado, cuando se festejó su triunfo, fue visto por la prensa en una situación etílica que le impedía dar un discurso.
"En 2007, al cabo del primer año en el gobierno, la revista Contralínea documentó, a través del IFAI y de facturas, que la presidencia había hecho un gasto oneroso en la compra de botellas de alcohol.
"En su edición 178 del 18 de abril de 2010, consignó lo siguiente: "De enero de 2007 a noviembre del año pasado, la Oficina de la Presidencia desembolsó 685 mil 837 pesos en alcohol. El producto más socorrido fue el tequila, del que se adquirieron 999 botellas de las marcas Don Julio y José Cuervo Reserva de la Familia, cuyo costo es de 865 pesos por botella.
"La Presidencia también compró 516 botellas de vino tinto, 269 de whisky, 147 de licores, 130 de ron, 83 de vino blanco, 60 de brandy, 48 de coñac, 44 de vino oporto y 19 de vodka.
"El 2 de enero de 2007, un mes después de que Felipe Calderón Hinojosa tomara posesión de la Presidencia de la República, la dependencia adquirió 3 mil 862 pesos en bebidas alcohólicas. En total fueron 16 botellas, entre licor de café Baileys, vino oporto Ferreira Tawny, whisky Chivas Regal y Johnnie Walker Etiqueta Negra, vino blanco L.A. Cetto Fumé Blanc y una botella de tequila José Cuervo Reserva de la Familia. Ese mismo día, Calderón Hinojosa dio un mensaje al gabinete de seguridad en la residencia oficial de Los Pinos".
¿Le irán a pedir pruebas a José Gil Olmos?
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