sábado, 1 de enero de 2011

El innombrable llegó de metiche

¡¡Exijamos lo Imposible!!
¿A qué vino Carlos Salinas de Gortari a Mérida?
Por Gilberto Balam Pereira

No a tomar sorbetes de la nevería, ni fresas, ni chocolate.

En sus 16 años pospresidenciables, Salinas de Gortari ha hecho apariciones públicas para presentar libros de su autoría que nadie lee (más de 3,000 páginas en total), arropado por los medios televisivos y la radio que tanto le deben. Seguro que nadie cree que vino a promover su más reciente mamotreto en el que, entre otros detalles, vulgariza los conceptos de democracia, república, Estado, ciudadanía, además de aprobar la política de Fecal contra el narcotráfico y de atacar a periodistas de gran prestigio. Enorme preocupación y fijación neurótica ha padecido en los últimos años este señor, con su altanería y egolatría heridas, consciente del desprecio del que es objeto por parte de la población.

El propósito del vehemente contenido de sus panfletos es pretender legitimar y justificar su nefasta política de ex presidente, ante los mexicanos que siguen arrastrando sus inhumanas consecuencias.

En mi opinión, CSG no tiene ni la popularidad ni la fuerza política e influyente que exageran los dueños del duopolio televisivo y de la radio, que se esfuerzan por presentarlo en los mismos términos halagadores de su época de Ejecutivo Federal. Ni siquiera sus congéneres capitalistas “lo pelan” como lo hacen los medios. Parece un “nini” más: ni lo ven, ni lo oyen” los ciudadanos. Los priístas no requieren de su presencia ni de sus buenas intenciones para unificarse en torno a determinadas figuras que su partido erige como los elegidos: Peña Nieto, Moreira, etc. Paredes, Elba Ester, Carlos Slim parecen no mostrar interés en la siniestra personalidad de nuestro personaje.

Los mexicanos que, como dicen los autores chabacanos con su lugar común, tienen “memoria histórica”. Recordamos el momento en que CSG tomó posesión como presidente cuando declara oficialmente la asunción del neoliberalismo como forma política y económica del gobierno mexicano, anunciada por Miguel de la Madrid y perpetrada por Zedillo y los gobiernos panistas, vamos, por el PRIAN en su máxima identidad de corrupción y autoritarismo.

De las dramáticas consecuencias de tal forma de gobierno, se han ocupado innumerables autores nacionales e internacionales, por lo que no redundaremos. Sólo de primera intención me viene a la mente, como producto de la codicia, rapacidad y cinismo de estos siniestros políticos, las reformas reaccionarias de la Constitución, sobre todo de los Artículos 27 y 123, la firma del devastador TLCNA, el sórdido y por demás rapaz Fobaproa y la cadena interminable de privatizaciones de los bienes públicos, la constante devaluación del peso, los aumentos a los combustibles, incluyendo los anticonstitucionales contratos lenones de Pemex que ya hace tiempo también está privatizado. ¡Que no se haga nadie al occiso! En diciembre de 1994, al dejar CSG la presidencia, se hizo evidente el derrumbe de la economía del país. Los ganones de la tragedia del pueblo son por ustedes conocidos.

Bueno, pero a todo esto, ¿a qué vino CSG a Mérida?

Nadie creerá que sólo vino a anunciarnos las baratijas de su libro. Ni a tomar sorbete de coco, fresas y chocolate. Ni a caminar por el Paseo Montejo donde nadie le hizo caso. Pero qué tal Juan Gabriel quien abarrotó el Monumento a la Patria no hace mucho. En la nevería tampoco “pelaron” al pelón.

Con su investidura de profeta mesiánico, se nos presentó anteayer en Mérida anunciándonos con el más patético cinismo (lo dice en su libro que aconsejó que se lea): “México está en peligro, su soberanía, su libertad, su justicia, están en riesgo de desaparecer”.

Pero, ¿a qué vino? Hay conjeturas y apuestas.

¿A promover su mamotreto?, no. ¿A llevarse a Ivonne a la cúpula priísta?, tampoco. Aunque la verdad es que muchos yucatecos de la oposición de izquierda, de derecha e intermedios, así lo quisieran. Que desaparezca esta señora del escenario de la grilla yucateca, en particular pretensión de algunos empresarios de ultraderecha y algunos priístas arrepentidos.

Por mi parte, ni me va ni me viene. No milito en ningún partido. Vendría en lugar de Ivonne algún otro cuadro priísta peor, condescendiente con los empresarios amigos del “alto vacío”.

El PRI ha demostrado en su trayectoria que no deja fácilmente decaer a ninguno de sus cuadros. Así sean de la peor calaña. Este partido ha apoyado en su oportunidad a sus peores cuadros como Dechamps. Montiel, Ulises Ruiz. Mario Marín, Madrazo, Peña Nieto, Bours, etc. El partido los defiende a ultranza. No acepta éste un mínimo de desprestigio ni debilidad política de sus cuadros. Llevarse a Ivonne a la cúpula priísta sería signo de debilidad del gobierno estatal, que no pueden los priístas permitir.

Por lo tanto, puede observarse que CSG, metiche, se entremete y se avienta al ruedo para respaldar a Ivonne contra la embestida de los empresarios partidarios de Patrón Laviada, otra ficha de la peor ralea, que es intocable por los “enemigos “ de Ivonne y que en el momento del anterior gobierno, callaron.

Puedes ser antipriísta, aunque para ello no te importe sumarte a la extrema derecha. Cuidado. Con los principios no se juega, o no se debe jugar, ni hacer grilla.

Para terminar, coincido con los que opinan que CSG vino a dar el espaldarazo a Ivonne para mantenerla viva y no dejarla caer ante las posturas oportunistas de la ultraderecha que capitalizan (para variar) las debilidades de un gobierno controversial y fallido en muchos aspectos.

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