Marcelo parecía enemigo del SME

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Invaluable aporte de los huelguistas del SME
María Teresa Jardí

El sábado 17 de julio pasado tuve la oportunidad de hablar con algunos trabajadores del SME e incluso con algún miembro de su dirigencia en el campamento que tenían en el zócalo los trabajadores electricistas.

Es entendible el enojo que los medios de comunicación televisivos y radiales, y yo añadiría que también algunos escritos, despiertan en el ingeniero que permaneciera sin comer 89 días y quien estaba dispuesto a dar su vida por la recuperación del trabajo para los 44 mil trabajadores jefes de familia agredidos por el porrismo fecalista que tiene el control del Ejecutivo bajo las siglas del panismo fascista.

Con el cuerpo deteriorado estaban los trabajadores en huelga de hambre y al menos dos de ellos, Cayetano y Miguel, el último de Necaxa, por cierto, habrían perdido la vida de no haberse negociado al menos el reconocimiento de Martín Esparza como el representante, que es, de los electricistas, por decisión de los trabajadores y por ello como el interlocutor del nuevo secretario de la usurpada Gobernación calderonista.

Las condiciones del campamento eran del todo precarias. Mientras por la noche les tiraban canicas, irrespetando, incluso, lo que el Palacio Nacional para todos los mexicanos tendría que significar como parte del patrimonio generador de la identidad —en una construcción que cada día se antoja más lejana debido incluso a la incultura monumental de la clase política— cuya única esperanza de construcción para el pueblo se cifra en la llegada de AMLO.

El jefe de gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, se encargó de llenar el zócalo de eventos, cuando no acompañados por gigantes pantallas, montando gigantescas carpas, en aras de mantener cada vez más arrinconados y cercados por rejas a los huelguistas a pesar de su bien documentada y razonable protesta.

Preguntando, me enteré del poco apoyo que del resto de sindicatos recibían y del mucho que la gente de a pie les brindaba, acercándose al pasar a preguntar en qué podían ayudar, condoliéndose de la situación, que ellos mismos de similar o igual manera, con trabajo o sin trabajo en otros rubros, también sufren de explotación generalizada. El costo de haber convertido al pueblo mexicano en el pagador incluso de los lujos —incluidos los coches Mercedes Benz regalados a gobernadores por la “maistra” que forma parte de los criminales organizados que mandan en México— de los que todo lo tienen y a los que todo se les condona, porque es la forma de mantenerse la mafia apoderada del poder como dueña de la geografía con las vidas en ella incluidas como si México fuera un rancho que los dueños administran y los gobernados fuéramos las vacas que en el rancho pastan.

La visita a la que me refiero se dio un día después del cierre de Insurgentes y conscientes estaban los compañeros del malestar despertado entre los habitantes de la capital que se encontraron en ese brete.

Pero me explicaron que se vieron obligados a tomar esa medida, debido a la cerrazón, que incluso para entonces en Ebrard también sentían, con relación a un movimiento que sólo demanda justicia.

Usuaria también de las vialidades cerradas, les revertía con algo escuchado de un automovilista atorado ese día quien decía: “que en el momento el atorón causa furor, pero que eso no quita el apoyo ciudadano porque del lado de los trabajadores electricistas está la razón”.

El plantón del SME en el zócalo, con la huelga de hambre, logró convertirse en el generador de la conciencia ciudadana para buena parte de los habitantes del DF, aunque también recibían apoyo de otros lugares y desde luego reconocían el de los yucatecos.

Los electricistas con su huelga de hambre suplieron por unos días al menos. No saben ni compañeros electricistas, bien a bien, qué va a pasar a futuro con ese movimiento. A lo largo de 89 días suplieron la tarea que tiene toda oposición partidaria, fundamentalmente cuando se dice de izquierda, o cuando al menos a los ciudadanos, que sí somos de izquierda, espera convencer de que nos representa. Así es en los lugares donde los partidos políticos conservan cada uno su propia ideología. Del PRD ni sus luces. Un poco más de presencia del PT, pero más a título personal de algunos militantes, que como partido que aspira a llevar como candidato a Andrés Manuel.